—Hola Phoebe. —Sonríe con picardía, aún más, desde atrás del mostrador. —Estás preciosa, te ha hecho bien el viaje, ¿Mucha playa y surfistas bronceados?

—Claire —saludo cariñosamente. —Gracias por el halago, mucha playa y nada de chicos, no fui a eso. Ahora a lo que vengo, iré con mi madre.

Me despido de ella y voy a la oficina de mamá. Ahí me recibe Hannah, su muy eficiente asistente. Bueno, a ella le debemos la existencia de Theodore, alguna vez mamá lo dijo, de hacerlo directamente, no. Más bien fue información filtrada que llegó intacta a mis oídos.

—Hola, Hannah, buenas tardes. ¿Mamá está adentro?

— ¡Hola, Phoe! —Sonríe, sonríe y sonríe, ¿Cuánto va a durar esa sonrisa enorme? —Como cada día, allí la encuentras. Con la diferencia que hay mucho movimiento en estos días. Recién se terminó de imprimir el último lote de tu libro y empieza a circular por las principales librerías. La chica Grey causa mucha expectativa. Y por supuesto, eso representa trabajo y más trabajo.

Doy aplausos efusivos, me he emocionado mucho en microsegundos. Mi primer libro estará en las librerías del país, un buen comienzo me espera.

—Perfecto. Voy a llevarle paz y serenidad a la mujer de adentro. —Es ley de mi madre perder un poco la cabeza cuando el estrés puede más que su fuerza de voluntad.

—Le avisaré que has llegado. —Realiza un amago por tomar el intercomunicador pero la detengo.

—No es necesario, le daré una sorpresa. Adiós Hannah.

Abro sigilosamente la puerta, ella está sentada sosteniendo su cabeza con la palma de la mano mientras habla por teléfono.

—He dicho que sí... Ese mismo salón... Habla con los Grey, joder. Que desconfíe así... es insultante —masculla en un tono más que molesto—, nunca hemos fallado, aumente lo dicho... Deposítalo entonces... Si es lo que hay... Claro, adiós. —Cuelga y dejando caer su cabeza en el escritorio dice—: Jodidísima mierda.

—Esa boca señora Grey —digo divertida. —El hombre que tiene como esposo no aprobaría ese tipo de vocabulario por parte de usted.

— ¡Oh, mi vida! —Su rostro de enfado cambia a una enorme sonrisa radiante, camina y me abraza. —Estás aquí. Te extrañé tanto mi niña, tardaste demasiado en volver.

—Yo realmente extrañaba tus abrazos mami. —La aprisiono y luego nos separamos, toco su frente. —Tienes una "V" justo aquí, me gusta.

—Y arrugas por acá. —Señala el rabillo del ojo. —Estoy feliz de que regreses mi amor pequeño.

—Eres la madre más preciosa del universo, así tengas más arrugas que una pasa. —Beso su mejilla, y con sorna pregunto—: ¿A qué hora sales por el pan, Anastasia?

—Tu sentido del humor, definitivamente no lo has heredado de tu padre. Hoy me iré temprano, un viejo amigo nos visita y quiero estar en casa cuando llegue, ¿Recuerdas a José?

— ¿El fotógrafo famoso? Como olvidarlo, tiene muy buenas fotografías y hablan mucho de él en los periódicos. Tenía tiempo sin visitarte.

—Exacto, regresa de una exposición en Europa, eso le ha tenido muy ocupado. Aprovechará unos meses para descansar, reunirnos como amigos y ponerse al corriente con tu obra, ya que será quien esté a cargo de las fotos del lanzamiento de tu libro, quiero a los mejores tras este trabajo. Y él, sin duda lo es.

—Lo escribí yo, precisamente, y estás tú tras de él. Madre, mi sueño es una realidad porque tú has estado desde un inicio. Todos en esta editorial son muy capaces y buenos en lo que hacen. Sin duda, los mejores han trabajado en el libro. Las maravillosas mujeres Grey lo han hecho, ¿Hay algo mejor que eso? —Hablo en un tono egocéntrico pero burlesco a la vez.

LA HIJA DE GREY (ONE)Where stories live. Discover now