Nuevos Grandes Problemas

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   Cuando estábamos fuera del comedor, Sami, Crash y yo jugamos algo que nos mostró Jeanette; un juego de mesa que ella, su padre y su hermana solían jugar. Cuando Crash estaba moviendo su casilla, Federica se nos acercó y dijo:

- ¿Qué es lo que están haciendo? –

- Es un juego que nos enseñó Jeanette – responde Sami –

- Así es – continúa Crash - ¡Y yo voy ganando! –

- Puedes unírtenos si quieres – le ofrecí sinceramente –

- Con gusto – aceptó ella y tomó asiento –

- Es fácil – explicó Jeanette – simplemente tienes que seguir las indicaciones de acuerdo a la carta que... -

Fue muy entretenido. De un instante a otro, apareció Josías y nos vio, riendo y divirtiéndonos. No era una mirada muy amable, ni una muy alegre. Federica notó la tristeza de sus ojos, los cuales reflejaban cierta sensación incómoda, de pena. Ella sonrió.

- Josías ¿quieres unírtenos? – pregunta dulcemente –

-...- afirma con la cabeza – OK –

Josías inicia una nueva partida. Luego de un rato jugando, Josías sale del juego y se va a otro lado. Crash, también sale. Entonces intenta seguir a su amigo. Inesperadamente, no logra encontrarlo y empieza a tener miedo. Crash sale fuera de la casa y, detrás suyo, se escuchan unas pisadas extrañas.

- ¿Aló? ¿Quién anda ahí? ¡Hola! – de repente, los pasos se aceleran y van más rápido cada vez, sin detenerse. De entre los árboles aparece Josías corriendo y gritando –

- Hazte a un lado y huye – exclama asustado –

- ¿Qué haces? ¡Me asustaste! – dijo Crash - ¿De qué arrancas? –

Josías tira a su amigo del brazo y lo lleva consigo, para escapar de eso. Crash miró hacia atrás y contempló algo inimaginable: Un dragón, uno, de 8 cabezas. En cuanto Crash vio esto empezó a acelerarse, pero seguía siendo muy lento. Nuestro amigo cada vez estaba cansado y el monstruo que los perseguía estaba a punto de atraparlo, pero su colega no lo iba a permitir, de ese modo, lo tomó y lo cargó en su espalda.

- ¡Nos alcanza! –

- Sí, lo sé –

- Está por llegar aquí –

- Crash, hago lo que puedo –

- ¡¡Va a devorarnos vivos!! –

- ¡¡CÁLLATE!! ¿QUÉ NO ENTIENDES? –

- ¿Podrías ir más rápido? –

- Si quieres te dejo aquí mismo –

- Digo...estás haciendo un muy buen trabajo –

Acelerados corrían de un lugar a otro, dando vueltas e intentando perder a la bestia, pero era muy gigante y veloz, además, ¡podía volar! ¡O sea, hay igualdad aquí!

Hubo un momento en el que quedaron atrapados, pero Crash comenzó a arder molestando al animal y se detuvo un segundo, para volver con el doble de fuerza. Fue entonces, cuando Crash gritó auxilio con todo lo que le daba de voz.

Lo oímos...Fuimos por él y... bueno ya saben lo que sigue.

 bueno ya saben lo que sigue

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Las Crónicas del 7°BWhere stories live. Discover now