Parte 26

1 0 0
                                    

- ¿Cómo es posible eso? ¿Cómo que su padre vive? ¿¡Por qué no respondes?! – exclamé –

Ya estábamos en casa de Jeanette. Estábamos en la cocina discutiendo algunos asuntos sobre lo antes dicho, lo cual, ¡aún no podía creer!

- Respira, Jenniffer, respira – tranquilizó Jeanette – Tienes que calmarte –

- Pero es que esto es increíble, de hecho, es imposible ¡compruébalo tú misma! –

- Sí que lo es – asegura calmada – Pero debes creerme –

- Bueno. Si lo que dices concuerda y todo es cierto ¿cómo es que nunca lo hemos visto? –

- Sí que lo han visto. Ha estado entre ustedes durante mucho tiempo. ¡Debes creerme! –

- Claro que intento, pero no puedo. No puedo, no puedo y no puedo... - ya estaba que me volvía demente, ni siquiera loca, DE-MEN-TE ¡Sicópata inclusive! Pero se abrió la puerta de la cocina y entró Josías, Amanda, Crash y Federica –

- ¿Pasa algo aquí? – consulta Josías –

- Oímos gritos – aclaró Crash –

- Y olía a desesperación por acá – añadió Sami –

- ¿Todo bien, Jenniffer? – Federica me miraba sospechosa –

- Sí. Todo está bien – mentí al respecto para no ser descubiertas – sólo le decía a Jeanette lo mucho que lo siento por... -

- Eso no importa. Vengan conmigo Amanda y Federica – Jeanette las llevó afuera y les enseñó algunas cosas que, desafortunadamente, no pude ver.

- Yyyyyyy... ¿ahora qué? – dije dudosa - ¿qué rayos hacen los chicos cuando las chicas se van? –

- Bueno... - Josías sabía que yo estaba en casa aún, y que conmigo ahí no podrían hacer, sea lo que sea, que tenían planeado – Pues contigo aquí... nada –

- ¡Oh, vamos! – dijo Crash decepcionado - ¿No haremos nada? ¡Quiero combatir monstruos, correr de aquí para allá! No sé tú, pero no me quedaré sentado haciendo nada –

- Toda la razón, Crash – asentí –

- Ok. En todo caso, quería saber que otros misterios aguarda esta casa para descubrir –

- ¿No se veía misteriosa Jeanette, Josías? – Crash puso una cara de duda divertida, pero, seria - ¿Qué hacían tú y Jeanette en la sala de allí? –

- ¿¡Yo?! – estaba terriblemente nerviosa – Bueno... nada. O sea ¿Qué es lo que creían que hacíamos? –

- Te ves insegura, sospechosa, dudosa. Además, ¡se te notaba enojada en esa habitación! ¿Qué planean? – Josías parecía sospechar de mí. Empecé a temer –

- ¡Nada! ¡¡Espera!! – noté algo raro – tú no dirías tantas palabreas sin una "y". ¡Se te está pegando algo de Fede! -

- ¡Es verdad! – asintió Crash - ¿qué tienen tú y Fede? –

- ¡¿¡Yo!?! – Josías se puso en sumo nervioso, hasta parecía, SOSPECHOSO – N-n-n-nada, nada – vituperaba y tartamudeaba. No le creí –

- ¿De verdad? – Crash no le creyó ni un poco - ¡No te creo! Incluso parecería que te ¡atrae! –

- ¡¡¡¡¿Qué!!!!? – el cazador se volvió presa...Crash y yo teníamos a Josías arrinconado, encerrado en contra de sus propias palabras. Pero encontró la manera de eludir nuestras preguntas – ¡Miren eso!

Las Crónicas del 7°BWhere stories live. Discover now