14. Traicinada de la peor manera.

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Llevaba más de una hora explicándole el mismo maldito ejercicio a este idiota y seguía sin entender. No sé si el hecho de que me hubiesen quitado la bota ortopédica hace unos días se había llevado su cerebro en el proceso, o el golpe que se había dado cuando lo empujé después de dormir conmigo hace tres semanas había ocasionado una lesión cerebral irreparable.

Su idiotez superaba los límites y mi paciencia comenzaba a agotarse.

—¡¿Qué es lo que no entiendes?!

—¡No entiendo absolutamente nada! —contestó.

Comencé a ir más despacio, con más paciencia. 

—Bien, has hecho cuatro ejercicios bien, es un avance —dije a forma de felicitación, sonriendo ligeramente.

Debía admitir que, en algún pequeño lugar de mí, me sentía orgullosa de que por fin mi trabajo comenzara a dar frutos.

Obviamente, jamás lo admitiría.

Él se giró hacia mí y me dio una radiante sonrisa.

—Y es porque tengo a la profesora más sexy del mundo —me halagó sonriendo seductoramente.

No otra vez.

—Deja tus jodidos juegos de seducción para otra de tus "víctimas" —pedí cerrando el libro de matemáticas—. Creo que ya es suficiente por hoy.

De repente, un portazo, proveniente de la habitación de Daniel, resonó por toda la casa. A los pocos segundos, Daniel bajaba las escaleras hecho una furia aventando un periódico sobre la encimera de la cocina para, acto seguido, salir prácticamente corriendo de la casa con otro portazo y subir en su coche, acelerando a tal velocidad, que se escuchó el chirrido de los neumáticos.

¿Y a éste qué mierdas le pasa?

¿Acaso está lunático o qué?

¿Será que... ahora a los hombres les viene el período y está hormonal?

Bien, bien, sé que no es eso.

Pero sería genial que, en vez de que las mujeres tengan que sufrir todo eso, lo hagan los hombres.

Volviendo al tema inicial.

¿Qué habrá pasado?

Zack y yo nos miramos simultáneamente, con la confusión grabado en nuestros rostros.

Daniel había llegado muy feliz y contento después de su "noche de acción", pero luego llegó el periódico y él salió disparado a su habitación con el ceño fruncido después de ver no sé qué página y ahora pasaba esto.

Algo andaba mal.

Y presentía que era algo grande.

Zack y yo decidimos saltarnos esa rara escenita, y sin más nada que hacer, nos fuimos a la sala a ver uno de esos programas de mierda en la televisión, donde no pasa absolutamente nada interesante.

Me levanté jodidamente aburrida y avisé que iba a la cocina a buscar agua.

Una vez lo hube hecho, no pude evitar ver el periódico en la encimera.

¿Debería...?

No le di muchas vueltas al asunto y lo tomé.

Fui sigilosamente hacia mi habitación y cerré la puerta con cuidado.

¿Por qué no quería ser descubierta?

Porque así no sufriría interrupciones de Cleveland.

Me senté en mi cama.

Insoportable [Sin editar]Where stories live. Discover now