—Julianne tenía esa mirada psicópata de nuevo —comenta Axel entre risas —. Nunca entendí por qué Asher habla con ella. Está loca.

Asher se tensa.

—¿Por qué crees que está loca? —Le pregunto a Axel. Aprieta sus labios, negándose a hablar. Hago un sonido impaciente y me vuelvo hacia el resto, mis ojos suplican que terminen con mi curiosidad —. ¡Quiero saber! No me dejen con el chisme a medias.

—Hace semanas la sorprendimos espiando a Asher mientras él nadaba en el lago —Se burla Andrew —. Le ha dicho a más de una chica que sale con mi hermano. Te volverías loca si ves su Instagram y Facebook. En sus redes sociales abundan fotos de tu compañero.

Mis celos incrementan y trato de no mirar a Asher, pero no puedo evitarlo. ¿No dirá nada al respecto?

—Eso es... extraño —susurro.

—Demasiado —concuerda Andrew —. Si fuera Asher, patearía su culo psicótico.

Asher no responde y nadie vuelve a hacer comentarios durante el trayecto a la Fortaleza. Julianne está enamorada de él. Eso puede notarlo cualquier persona normal, pero presiento que su forma de quererlo no es sano.

Su expresión asesina me lo dijo.

🌙

Asher

Cuando llegamos a la Fortaleza, me duele el pecho por el estrés y el agotamiento. Ha sido un día caótico como todas las demás de esta semana y quiero mandar al infierno a mi familia por ser los causantes. Primero mamá le cuenta a Julianne que encontré a mi compañera y soporté las lágrimas de mi supuesta amiga por casi una hora. ¿No debería estar feliz por mí? Ella lloró hasta quedarse deshidratada, pero entendió que este momento iba a llegar tarde o temprano.

Bailar con Arianne y tocarla casi terminó con mi compostura. Me dolió saber cómo se sentía, pero agradezco que sea sincera. No me gusta que se guarde nada conmigo porque no soy su jodido enemigo. Soy su compañero y no me importará esperar el tiempo que sea necesario para que me acepte como tal. Por último, mis hermanos metiches tienen la costumbre de decir estupideces. ¿Qué les costaba callarse? No quiero que Arianne se sienta insegura respecto a Julianne.

Abro la puerta del auto y acuno a Arianne en mis brazos. Está dormida con la cabeza hundida en el hueco de mi cuello. Ella ha lidiado con mucho en los pocos días que estuvo aquí y merece un descanso. Ojalá pudiera llevarla a un lugar dónde esté a salvo y nadie la lastime.

—Esta será la última vez que mencionan a Julianne mientras Arianne está presente —exijo —. ¿He sido claro, imbéciles?

La risa de Axel resuena mientras nos acercamos a la Fortaleza. Es casi de madrugada y las luces están apagadas excepto el de la sala. Andrew se limpia los restos de labial en su cuello porque sabe cómo se pone mamá cuando huele una humana en él. Tenemos prohibido relacionarnos con ellos desde que Ashton nos salió con una sorpresa el año pasado.

Por supuesto que mis adorados hermanos ignoran cada advertencia.

—¿Acaso dijimos algo malo? —Se ríe Andrew —. No finjas que las acciones de Julianne son buenas. Da miedo.

Un gruñido bajo sale de mi pecho.

—Metete en tus putos asuntos.

Axel rueda los ojos.

—Cómo quieras, hombre. Si no le pones un alto a Julianne... —Se detiene y le echa un vistazo a Ari en mis brazos —. Tu relación con Arianne puede salir perjudicada. Sabemos que a tu amiga no le importa que la hayas encontrado. Seguirá intentando lo imposible con tal de tenerte.

Dulce Maldad [En Librerías]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora