31- INCREÍBLE (2)

Start from the beginning
                                    

—Tiene muchos errores —le advertí al sentir su mano acariciando mi espalda—. Las escenas venían a mi cabeza tan rápido que no tuve mucho cuidado a la hora de escribirlas. Tengo que pulirlas —recalqué.

Abrí el archivo en donde tenía la historia y comencé a morderme las uñas cuando él tomó el aparato e inició la lectura. El tiempo comenzó a correr y treinta minutos pasaron más lento que de costumbre. No había ninguna expresión en el rostro de Levi que pudiera decirme qué estaba pensando al leer, así que decidí ir a prepararme un café. Me tomé mi tiempo, no tenía prisa por regresar.

Bien, sí que tenía prisa, pero deseaba engañarme a mí misma y hacerme creer que no estaba nerviosa. Cuando regresé cerca de quince minutos después, Levi tenía la máquina a un lado y los ojos fijos en mí. Tragué grueso al ver que parecía muy serio. Me acerqué con lentitud a un lado de la cama y tomé asiento cuidando no derramar nada.

Nos observamos durante un par de segundos en silencio y luego él lo rompió.

—Eres cruel —dijo sin más.

—Solo un poco —reí.

—¡¿Un poco?! Quemaste su casa, mataste a su madre y hermano, y por si fuera poco ocasionaste un accidente que dejó paralítico al amor de su vida.

Me mordí el labio inferior.

—En realidad quedó parapléjico —susurré.

Levi me miró con asombro.

—Oh, bien. Eso es mejor que quedar paralítico, me siento más tranquilo —replicó con sarcasmo. Yo solo lo miré con diversión.

—¿Estás enfadado?

—¡Claro que estoy enfadado! —dijo frunciendo el ceño en mi dirección. Me carcajeé y su expresión se suavizó—. ¿Qué clase de criatura malvada eres? —preguntó acercándose a mí.

Tomó la taza entre mis manos, la dejó en la mesita de al lado y entonces me abrazó.

—Solo es una historia —dije, sabiendo que no era verdad. No era solo una historia, era una parte de mí, de mi alma. Era mi mente plasmada en letras.

Levi besó mis labios fugazmente y se inclinó hacia atrás.

—Eres diabólica.

—Gracias por el cumplido.

Y volvió a besarme.

Antes de darnos cuenta la madrugada nos encontró acurrucados en mi cama mirando una serie en Netflix. Levi debía ir a trabajar en poco más de tres horas, pero no parecía tener la intención de moverse de mi lado. Llevábamos ya un rato así acostados, con mi mejilla sobre su pecho y su barbilla sobre mi cabeza. Su pecho subía y bajaba acompasado con sus respiraciones calmadas y me pregunté si ya se habría quedado dormido. Me moví con cuidado para no incordiarlo y entonces fijé mis ojos en su rostro.

Él sonrió.

—¿Qué pasa?

—Nada, pensé que estabas dormido.

—No tengo sueño —expresó. Su mano aún se encontraba sobre mi cintura y me apretó un poco para acercarme de nuevo. Traté de reprimir un bostezo, pero fallé—. Aunque al parecer tú sí.

—Son como las seis de la mañana —farfullé cerrando los ojos.

—Entonces duerme.

Besó mi frente y antes de poder decir algo, colocó la sábana sobre nuestros cuerpos y me rodeó con ambos brazos.

—¿No vas a irte? —inquirí.

Me acurruqué aún más cerca de su pecho. Sus labios seguían presionados contra mi frente y sentía su respiración cálida bañarme el rostro.

Siempre has sido tú ✔ (EN LIBRERÍAS)Where stories live. Discover now