Resaca

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Christian

Dios como me duele la cabeza y con el sonido que sale de la habitación de Mía empeora más. Ayer por la noche después de bailar con Lizzy decidí que era mejor irme, le dije a Elliot que iba al baño y que después me iría a casa, y por lo que ve el se quedó balando con las dos. Qué bueno que no me quede porque si me hubiera quedado de seguro hago algo, que después me pudiera arrepentir pero lo bueno es de que aún un poco ebrio soy consiente de que tengo cosas que hacer.

Escucho un golpe en la puerta y eso me distrae de lo que estaba pensando.

—Adelante —digo, queriendo taparme la cara cuando abren la puerta.

—Hijo, baja a comer el desayuno está listo.

—En seguida bajo mamá.

Escucho que ella se acerca a la cama y siento cómo el colcho se hunde, con eso sé que ella está sentada a mi lado.

—Hijo, ¿te sientes bien? —dice pasando la mano por donde está mi costado izquierdo.

—Si, mamá ¿por? —digo levantando la manta un poco el sol me deslumbra un poco y abro y cierro los ojos varías veces antes de acostumbrarme.

—Solo pregunto por es, raro que aún sigas en la cama a esta hora y en sábado —dice pasando la mano por mi cabello esta vez.

—¿Qué hora es? —digo volteando a ver el reloj despertador que tengo al lado de la lámpara de noche que tengo a un lado de la cama.

—Son las 12 hijo.

Vaya si que me dejo de cama la resaca, jamás me había quedado en la cama tan tarde, ni aún después de una noche de salir con Elliot.

—Vaya si que es tarde —digo estirándome.

—De hecho tu papá quería despertarte desde hace 4 horas pero le dije que mejor te dejara descansar es sábado y falta poco para que empiecen las vacaciones de invierno.

—Vaya tan rápido van a ser las vacaciones.

—Si hijo solo les queda como tres o dos semanas y ya salen si no es que adelantan la suspensión de clases por la nueve.

—¿Como por la nieve? —digo consternado.

—Si hijo hoy ya empezó a caer un poco de nieve.

—Vaya —digo levantándome de la cama y jalando las cortinas ligeras que están después las gruesas. Entonces es cuando me doy cuenta de que apenas una pequeña capa de nieve cubre el pasto por partes.

—Si de hecho tu hermana Mía quería ver si la llevamos a ver si el lago del bosque estaba congelado ya —dice mamá, ya de pie.

—Pero para que se congele todavía falta a menos que, haya nevado cerca del bosque.

—Es lo mismo que le dije pero no me hizo caso, insistió a que te dijera que cuando te levantaras, le avisaras para que vayan a ver si ya se congeló. Tu papá quizo que entrar en razón pero sabes cómo es Mía tan insistente que nadie puede decirle que no.

—Si, y Ana ella ya se levanto.

—De hecho ella está en la en el estudio con tu papá quería que le diera otro libre de su biblioteca, ella quería que le baja un libro que estaba hasta arriba.

—¿Y cuál era?

—Tiempos Difíciles.

—Vaya Dickens.

—Si es lo mismo que dijo tu papá cuando supo que quería leer el libro.

—Y cómo supo que papá lo tenía.

—Ella le dijo que quería leer un libro de Charles Dickens y él le dijo que a lo mejor entre los libros que tiene podía tener algunos. El reviso en la lista que tiene guarda en uno de sus cajones y se dio cuenta que tenía tres.

—Y me imagino lo que le dijo esta Ana —dije buscando un playera de mis cajones.

—Los quiero los tres —decimos los dos a la vez.

—Si ya la conoces cuando termina uno enseguida quiere leer el otro. Después del primer libro que le comparamos se siguió, ella nos dijo que en la casa temporal en la que estaba, ella solo tenía tres libros de literatura inglesa y que esos los había leído como 20 veces o más, siento que ella va a terminar estudiando literatura inglesa.

—¿Tu crees?

—Si estoy segura de eso, hijo ¿sabes dónde Elliot?

—No.

—¿A dónde fuero anoche?

—A un bar restaurante —le miento.

—Tomaste algo de alcohol Christian.

—No, nada —decido mentirle.

—No me mientes verdad hijo.

—No mamá, te juro.

—De acuerdo, te espero abajo para que desayunes algo.

Ella sale de la habitación y me deja. Lo más seguro es de que Elliot está en algún hotel con lidia así que decido qué es mejor dejarlo. Salgo de la habitación me me cruzo con Mía.

—Al fin despiertas dormilón.

—Hola enana, a así que quieres ir al lago.

—Si, quiero ir así apúrate hermanito.

—Si mi capitana —digo poniendo una pose de militar. Nos reiremos los dos y ella me enseña la lengua.

—Ve anda no te burles de mí.

—Desayuno y te aviso ok.

Voy a bajo y me encuentro a mamá en la barra de la cocina con el teléfono en el oído.
Abro el refrigerador y veo que quedan Hot cakes agarro unos tres y los meto al microondas. En eso se escucha un ruido, como si algo se rompiera.

Anastasia Grey (Setlee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora