1. Tu nombre

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Apagó, como todas las mañanas, la alarma de su teléfono móvil y volvió a cerrar los ojos, deseando que al abrirlos hubieran pasado los dos meses que le quedaban para comenzar las vacaciones de verano. Los exámenes finales estaban cerca y Hyuk llevaba semanas acostándose tarde, pero eso no le impedía levantarse temprano para cumplir con sus prácticas

Buscó algo que ponerse y optó por unos pantalones sencillos junto con su sudadera favorita, algo casual con lo que se sentía cómodo. En cuanto llegara a su lugar de trabajo vestiría con su uniforme, así que no solía complicarse eligiendo la ropa. En cuanto estuvo listo, caminó a la cocina para recoger el almuerzo que su madre le había preparado el día anterior. Desde que se independizó, la mujer que más quería había cogido la costumbre de prepararle todo tipo de manjares para que su pequeño siempre estuviera bien alimentado y dejárselos en la nevera, Hyuk siempre estaba agradecido por ese gesto, pues de lo contrario viviría a base de comida instantánea.

Echó un último vistazo a sus cosas para asegurarse de que no se olvidaba nada y salió por la puerta a toda prisa. Mientras esperaba el bus, miró su teléfono móvil y sonrió al recordar el día en el que se encontraba, según el listado de clientes, hoy lo volvería a ver.

Fue en sus primeros días de prácticas y aún era demasiado torpe, su jefe de recepción le había explicado el protocolo que debía seguir en cuanto un nuevo huésped viniera y Hyuk siempre se saltaba algún paso. En cuanto aquel muchacho se presentó delante del mostrador, con la sonrisa más bonita que había visto en su vida, se quedó completamente paralizado, de tal manera que su superior tuvo que darle un toque de atención.

Le recogió su documento de identidad y la hoja de reserva con las manos temblorosas mientras le volviía a mirar, deteniéndose en los adorables hoyuelos que decoraban su rostro.

- Lee Hong Bin. – Leyó y pensó que era un nombre precioso. – Reserva de cinco noches, habitación individual en todo incluido.

- Exactamente. – Dijo mientras sonreía de nuevo, haciendo que el menor sintiera un cosquilleo en su estómago.

Se giró para continuar haciendo el chek-in de su nuevo cliente, bajo la atenta mirada de su jefe de recepción, al terminar le pronunció la frase que establecía el protocolo del hotel.

- Bienvenido al hotel Excelsis, deseamos que tenga una estancia de su agrado. – Intentó hablar sin que las palabras se le trabasen y esperó a que Hong Bin le diera las gracias y se marchara, pero no lo hizo.

- Muchas gracias. – La voz aterciopelada de aquel muchacho lo tenía hipnotizado. – Pero...

Hong Bin le echó un vistazo rápido al superior, que no parecía quitarles ojo de encima, e hizo un gesto al menor para que se le acercara. Hyuk dudó pero le hizo caso.

- Creo que para que pueda abrir mi habitación deberías darme la llave. – Le susurró tan bajito que casi no le entendió.

Sintió su cara arder más de lo que estaba, después de todo el papeleo se le había olvidado la parte más importante de todo el proceso. Con la cabeza agachada y con el pulso doblemente acelerado Hyuk cogió una de las tarjetas, la puso en la máquina escribiendo el número de la habitación y finalmente se la entregó. Hong Bin le volvió a sonreír, cogió sus pertenencias y con un gesto de agradecimiento se fue bajo la mirada del pequeño.

Hyuk casi perdió el autobús por estar tan inverso en sus recuerdos. Se subió con rapidez y después de varias paradas, ya se encontraba en la entrada del hotel. Se vistió con el uniforme reglamentario, saludó a sus compañeros y se puso en su puesto. Revisó, como cada mañana, la lista de los clientes que hoy llegarían y su sonrisa se extendió al leer el nombre que se había convertido en su favorito, desde sus primeros días.

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If I could have anyone in the world... It would still be youWhere stories live. Discover now