Antes

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—Quiero que salgas ahora mismo de acá —grité lo más fuerte que pude.

Mi respiración salía tensa de mis fosas nasales, mi mandíbula apenas se había abierto para dejar salir aquellas palabras, mi pecho subía y bajaba costosamente.

—Christopher...

—¡Vete!

—Deja que te explique, ¿Sí?

Maldita sea, ¿No lo entendía?

La tomé por los hombros, le apreté, fuerte, muy fuerte. Ella abrió la boca aguantando el dolor que mi agarre le producía.

Sus ojos, sus ojos maldita sea. Esos celestes que me habían enamorado como un imbécil. Esos que me habían hecho soñar, amar, admirar... esos mimos que en estos momentos no me provocan nada más que asco.

—¿Qué me puede llegar a explicar una tipa como tú? Alcohólica, drogadicta —pronuncie con odio— y quien sabe cuántas cosas más.

—Me lastimas —y la verdad era que no sabía si lo que le lastimaba era mi agarre o mis palabras.

Le solté y ambos rompimos a llorar. Le di la espalda. Mierda, cómo dolía. Seis años de relación en estos momentos dolían, rompían.

—Tienes que escucharme —su voz quebrada estaba a punto de convencerme.

—Dhana.

—Christopher, por favor, dame solo un minuto para explicarte las cosas.

—¿Qué me vas a explicar maldita sea? ¿Qué he vivido todo este tiempo en una maldita, puta y asquerosa mentira? ¿Me vas a decir que me amas? Porque no te voy a creer. No puedo creer nada que salga de tu puta boca.

—Por favor...

Se abrazó mirándome, mientras más y más lágrimas caían por sus mejillas. Negué. Limpié mi cara y la miré destrozado por varios segundos.

—Nunca te perdonaré.

Dhana rompió en llanto.

—Ahora, vete.

Ella ya había salido de mi casa. Cerré la puerta de un portazo y grité. Nunca nada había dolido así.

Fui a la cocina y saqué una cerveza, no quería pensar.

Cerveza. Dhana.

La botella explotó en la pared. No me iba a transformar en lo que ella era. Golpee el mesón con mi puño. Fuerte. Fuerte, maldita sea. No sabía qué hacer. Todo se había destruido.

Mensaje, Dhana, amor.

20:34

"Perdón. Te amo hasta que el sol muera".


Leí y me partí en mil pedazos, más de los que ya estaba roto.

Lloré y lloré. Nunca había llorado tanto.

21:45 sonó mi teléfono. No iba a contestar. Dhana tenía que entender que lo nuestro había acabado.

21:47 volvía a sonar y yo no iba a contestar.

21:50 ...

Diez minutos después el timbre sonó. Tomé aire, después de lo ocurrido no había marcha atrás. Si ella no lo entendía, iba a ser lo posible para dejárselo claro.

Abrí.

—¿Por qué no contestas?.

—No te importa. ¿Qué mierda quieres?

—Dhana... —dijo Christian. Mi mejor amigo.

—Chris... no ahora. Ya no me interesa nada de ella —intente cerrar.

—Christopher.

—¡Qué mierda, Christian!

—Dhana...

—¡A la mierda! Si te fue a llorar, aguántala, a mí ya no me interesa.

—Dhana está en el hospital —soltó de una y apretó la mandíbula.

Dhana está en el hospital.

Te amo hasta que el sol muera. Dhana está en el hospital. Alcohólica, drogadicta. Hospital.

Dhana.

Sentía la mano pesada de Christian en mi mejilla —O te mueves, o te muevo Christopher. Mierda. No pienses en nada ahora, ella está mal.

Tomé aire, mis cosas y lo seguí.   



•••

¡Hola!

Quiero darles la bienvenida a esta nueva historia.

Como expliqué en la descripción, esto es para el "Concurso Escritor Silbante" , en el cual me tocó la canción que titula esta novela: "Little do you know". Si no la han escuchado, háganlo. es maravillosa. Yo nunca lo había hecho y me enamoré.

También les cuento, que esta historia estará terminada de aquí al 23 de Enero.

Sin más, espero que les guste, si es así la compartan, comenten, voten, etc.

Será una historia que nos removerá los sentimientos. Al menos eso espero.

Un abrazo,

Fran.

Little do you know - #CESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora