CAPITULO XVIII "SEGUNDO Y SEXTO MIEMBRO DE LA FIRMA"

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¿Qué ventaja podría tener el invitado a una pelea en un recinto como éste?

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¿Qué ventaja podría tener el invitado a una pelea en un recinto como éste?

conocer el recinto. 

conocer al rival...

caminé por la puerta principal, tomé las AK47 y me sentía como un tipo normal regando su jardín un domingo en la mañana, así mismo me sentía mientras disparaba y miraba a todos los hombres de Christian caer. 

- CHRISTIAN... 

grité antes de cambiar el cartucho del arma y volver a disparar... 

la realidad es que nunca me había sentido bien matando gente, pero he matado más personas en 5 minutos de lo que he matado toda mi vida y me siento bien con ello, tal vez me estoy perdiendo, o tal vez me estoy encontrando, solo hay de dos. 

seguí mi camino hasta que llegué al primer patio de la Hacienda, está justo en medio de todo el lugar y en el centro, una canasta, con mi hijo.

- si yo fuera tú, tendría cuidado en dónde piso. 

Christian apareció y me quede mirando el suelo, trampas.

- Christian, deja a mi bebé fuera de ésto, lo nuestro es de dos. 

- no, ya no es de dos, desde que trajiste a todos esos que están afuera ésto se volvió un todo, contra un todo. 

- sabes que no es así.

- para que veas que no soy mala persona, he puesto las trampas muy abiertas, para poder romperte la cara antes de ponerla arriba de una - se quitó la playera - entonces ¿bailamos? ho, pero también traje aliados, tú tenías leones, yo tengo algo más pequeño pero igual de peligroso.

perros. 

me acerqué a Christian y comenzamos una pelea en dónde, hasta para respirar, tenías que pensarlo seriamente. 

5 perros rottweiler aparecieron, eran enormes y estaban olfateando muy cerca de la canasta en dónde estaba mi bebé. 

ataqué a Christian con más precisión de la solicitada regularmente y conecté todos mis golpes, lo tomé de la cabeza y lo estrellé en la pared, entonces me moví por mi bebé. 

los perros sintieron mi presencia, estaba tan enojado que sería capaz de pelear con un puto león ahora mismo. 

los perros comenzaron a ladrarme, afuera se escuchaba una genuina batalla, entre disparos, gritos, gemidos y golpes, pero los malditos perros querían estar cerca de mi hijo. 

me acerqué más cuando vi a uno con toda la intención de acercarse de más y le di una patada. moví la canasta y después la tomé, retrocedí poco a poco mientras los perros seguían ladrando.

la dejé abajo y entonces, me atacaron. 

retrocedí sin fijarme y pisé una trampa que de inmediato me aprisionó el pie, grité.

❖ 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐲𝐞𝐬: 𝐄𝐥 𝐌𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐨 𝐒𝐮𝐩𝐫𝐞𝐦𝐨 ❖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora