Capítulo 6

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Kagome a la sola mención de Inuyasha soltó el tenedor y dejo de comer, oh no, si la encontraban se iba a armar una grande, no sabría que decirle, obviamente no le podía decir: "¡hey Inuyasha!, Sesshomaru me ha tomado como su hembra mientras tu estabas revolcándote con Kikyo, y que crees?, ¡estoy embarazada!", no, claramente no podía decirle eso; Kagome volteo a ver a Sesshomaru y se encontró con la vista clavada en ella, efectivamente estaba preocupado y podía ver también un pequeño destello de temor en sus ojos, pero ¿porque será?... Por su parte Sesshomaru registro cada facción que se hizo en su rostro, no iba a permitir de ninguna manera que el hanyou se encontrara con SU hembra, ni mucho menos permitir llevársela como sabría que él tenía planeado hacerlo, la pequeña miko le pertenecía, además no se merece estar al lado de un hibrido que no puede protegerla, si era necesario lo mataría, no iba a dudar eso, y aprovechando, se quedaría con el colmillo de su padre; ante aquel pensamiento, se levanto y camino hacia la dirección en donde el guardia se había marchado, no sin antes mirar por encima de su hombro para dirigirse a Kagome.

-"Yo me ocupare de este asunto, termina de comer y una dama de compañía que estará al cargo de lo que necesites desde ahora, te guiara hacia tu habitación"- dicto Sesshomaru mientras retomaba su marcha.

-"¡Espera!"- Sesshomaru se detuvo y volvió a mirarla por encima del hombro –"¿Que piensas hacer?, no les hagas daño…"-.

-"A tus amigos no les pienso hacer daño, mi problema es con Inuyasha, no me pidas clemencia con él"- dijo fríamente y se fue.

Kagome se mordió el labio inferior nerviosamente, había perdido ya el apetito, Rin la obligo a terminar de comer igualmente, decía lo mismo que Sesshomaru pero más suavemente, "que tenía que comer para que su hermanito naciera sano y fuerte como el Amo Sesshomaru"; luego, en el comedor se hizo presente una youkai neko, era alta y delgada, de cabello corto y rojo, ojos rosa pálido, orejas en la parte superior de su cabeza y una cola delgada revoleteaba de allá para acá, estaba descalza y vestía un sencillo kimono purpura con diseños de nubes azules. La neko se quedo parada a la entrada del comedor mientras miraba fijamente a kagome, le sonrió, dejando mostrar sus filosos colmillos e hizo una leve reverencia, acercándose a ella para tomarla de la mano, Kagome ante ello se sintió incomoda.

-"Mi Lady, tuve la gran suerte de ser escogida para ser vuestra dama de compañía, la protegeré con mi vida y me procurare que todas sus necesitas sean satisfechas totalmente, mi nombre es Naomi, a su servicio mi señora"-

-"Gracias Naomi, mi nombre es Kagome, y por favor no me llames con tanta formalidad, solo dime por mi nombre"- le sonrió.

-"Oh, lo siento mi Lady pero eso me es imposible, vuestro señor me mataría, además así es como se le debe tratar a la Dama de Las Tierras de Oeste"-

-'Oh bueno"- suspiro Kagome.

-Mi Lady, por favor seguidme, la escoltare a su alcoba-.Kagome solo asintió mientras le tocaba la cabeza a Rin y salía del comedor tomada de la mano con Naomi, se sentía tan raro aquello, realmente le incomodaba pero no dijo nada, ya que su mente estaba ocupada en sus amigos y en Sesshomaru, se preguntaba que iba a ocurrir entre ellos, dios, solo esperaba que nada malo.

Inuyasha no supo qué hacer cuando la madre de Kagome le había informado que ella no estaba allí, rápidamente Inuyasha volvió al Sengoku y empezó a buscar por toda la aldea con ayuda de sus amigos, por su mente pasaban miles de cosas, y una de las que más quería descartar es que Kagome estaba muerta, eso ni pensar, pero le inquieta no sentir su marca, es decir, solo le sucedería eso al compañero si el suyo muere, o se quita la marca con piel y todo o, pero en casos mínimos, la reclamación de otro macho mucho más fuerte que el compañero actual para domar a la otra hembra, pero claro, también la hembra debe estar de acuerdo, todo vale, incluso inconscientemente si su cuerpo lo desea. Inuyasha estaba ansioso, no sabía en qué situación podía estar su hembra, su kagome, si, solo de él, pero de repente se detuvo al captar un leve aroma a ella, estaba en el bosque, inmediatamente se dirigió a ese lugar con sus amigos, los cuales llegaron unos minutos después de que él llego, encontrándolo arrodillado en el suelo, Shippo salto del hombro de Miroku y se puso al lado de Inuyasha para olfatear, se quedo estático; ambos humanos al no entender el silencio de sus amigos se acercaron para mirar el lugar pero todo parecía bastante normal, quizás algo pillaron en el olfato avanzado de los cuales los humanos no poseían.

-"Inuyasha, Shippo, que sucede?"- pregunto Miroku serio.

-"¡Díganos y no se queden callados!"- grito sango preocupada.

-"El aroma de Kagome está muy fuerte en este lugar… sangra también de ella…"-...

-"¡¿Que quieres decir con eso Shippo?!, ¡¿que Kagome fue atacada?!, ¡¿esta herida?!, ¡¿la mataron?!, ¡¿que cosa?!"- volvió a gritar sango.

-"Eso no es lo más importante…"- dijo Inuyasha en voz baja.

-"¡¿Qué?!, como que no es lo más importante imbécil?!"- le grito Sango en la cara a Inuyasha mientras se plantaba delante de él.

-"El olor de Sesshomaru está por el lugar también… se mezcla con el de ella…"-

-"Quieres decir que Sesshomaru tuvo que ver con la desaparición de Kagome?"- pregunto Miroku.

-"Sí y hay que ir a rescatarla, nadie está a salvo en garras de Sesshomaru"- fijo su mirada hacia el Oeste –"Ese bastardo seguramente la llevo a su castillo…"-.

-"¿Castillo?"- pregunto Shippo confundido.

-"Las tierras fueron heredadas por mi padre… al primogénito, todo en él le pertenece"- miro a sus amigos –"Démonos prisa, Kagome está en peligro"-.Sin decir ninguna palabra mas, partieron de inmediato rumbo al Oeste, donde el palacio de Sesshomaru sería su próxima parada, mataría a Sesshomaru si se ha atrevido a hacerle algo a Kagome, las pagaría muy caro, pensó Inuyasha mientras apretaba sus puños y saltaba a toda velocidad, dejando atrás a sus amigos. Por otro lado, Sesshomaru estaba esperando pacientemente mientras veía una cosa roja acercarse a donde él estaba, la figura se fue divisando a medida que se acercaba, dejando mostrar a Inuyasha y más atrás a sus amigos, se iba a divertir sacándole la tráquea al hanyou, ante aquel pensamiento Sesshomaru sonrió, nadie se iba a entre poner entre su nueva adquisición… la pequeña miko era suya....

Arrebató de compañero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora