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James

Esa tarde la vi. Estaba hermosa en su vestido tinto, sonreía, bromeaba, su cabello brillaba con tonos rojizos al sol, e.... iba del brazo de un caballero.

Mi preciosa Scarlet se paseaba del brazo de un hombre pelirrojo. Creo que era Lord Armstrong, pero no estaba seguro. Sentí un vacío en mi corazón. ¿Era él el verdadero motivo por el cual ella decía que nuestro amor no podía ser? Acaso ¿Era él el que estaba viviendo en sus sueños y corazón, mientras yo solo era el impulsor de su deseo?

Ambos subieron a un carruaje y sin dudarlo los seguí. Mantuve mi caballo a cierta distancia. Pero mis dudas me atormentaban. ¿Estaría él aprovechando el carruaje como yo lo había hecho? ¿Ella lo estaría besando como me besó a mi esa noche?

Tan perdido estaba en mis cavilaciones que no me di cuenta en donde estábamos hasta que los vi a ambos bajando del carruaje.

Bien, tanto ella como él estaban pulcros. Nada de labios hunchados, ni cabellos o ropas revueltas. Suspiré.

Que él no use el carruaje no quiere decir nada. Me recordó mi mente.

Pero ¿El Tribunal? ¿Qué haciamos ahí?

Y la verdad me cayó como un balde de agua fría. Ella venía a imponer una demanda para un juicio de divorcio contra mi padre, y el caballero que la acompañaba de seguro era su abogado.

Vaya, sí que me sentía estúpido. ¿Desde cuándo yo era así de celoso?
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Scarlet

El Tribunal de justicia era un edificio tan imoresionante como lo era La Suorema Cámara de Lores. Con la única diferencia de que cada vez era más frecuente ver damas por esos pasillos, ya fuera para demandar a sus maridos o para ser demandadas.

Aun así, fuera cual fuera el caso, todas las mujeres que entraban, salían de ese edificio y directamente también de la ciudad, algunas hasta del país. Y ese sería mi caso también.

Bruno me acompañó hasta mi audiencia de divorcio, presidida por el juez Dare, amigo de mi padrino, el Primer Ministro.

En la sala, simplemente había una mesa de negociación, y grandes ventanales.

Mi esposo estaba ya ahí con su abogado, un Lord regordete que yo recordaba que alguna vez fue a cenar a nuestra casa. Solo me permití saludar al juez que estaba sentado a la cabecera de la mesa.

Bruno tomó asiento a mi lado, anbos de frente a mi marido y su abogado.

-Bien, que se anote en el acta... - dijo el juez. Al fondo de la habitación note al callado escibano.-... Audiencia de convenio de divorcio, solicitado por Lord Stephan James Montgomery, marqués de Abercorn, en contra de su segunda esposa, Lady Fleur Scarlet Montgomery, marquesa de Abercorn, con el  apellido de Scarborough cuando soltera.

El juez nos miró severamente a ambos.-... Cuando leí el acta de su caso, me sorprendió mucho....- dijo.-... Supondré que ambas partes ya leyeron la primera oferta, por parte de Lord Abercorn, así que en ésta audiencia se comenzarán las negociaciones.

El juez miró a Bruno, era obvio que le concedía la palabra.

-Es un gusto para mi Su señoría, como siempre, tenerle como mediador en éste desafortunado asunto... - dijo mi abogado, solicito. Yo no debía decir nada.-... Mi cliente, Lady Abercorn, aquí presente, que desde éste momento pide que se le llame como Lady Scarborough, acepta la demanda de divorcio sin objeciones.

El juez sonrió.- Bien bien, Lord Armstrong, Lady Scarborough. ¿También aceptan la oferta?

Yo miré a mi esposo. Idiota, estaba complacido. Sonreí mentalmente, no tenía ni idea de la tormenta que se le avecinaba.

-Mi representada acepta otorgar el divorcio sin objeción. Milady ya no desea ser esposa de Lord Abercorn.... - continuó Bruno.-... Sin embargo, no aceptamos las condiciones que la otra parte ofrece, ni los motivos de éste trámite.

-¿Los motivos? ¿Acaso piensan en cambiarlos? - preguntó el Juez.

-Scarlet no hagas ésto... - interrumpió mi esposo. Su tono nervioso me decía que él ya presentía lo que yo buscaba.-... ¿No es mejor separarnos por muto acuerdo?

Pero yo no iba a echarme para atras. Mire a Bruno, buscando consuelo y fuerzas, él como siempre, sonrió.

-Su señoría... - dijo él al juez.-... Lamentablemente me parece que Lord Abercorn y su abogado, han minimizado los verdaderos motivos de éste divorcio.

-¡Objeción! - gritó el abogado de mi marido.

-No a lugar... - dijo el juez, sin embargo.-... Lord Armstrong, continúe.

-Gracias Señoría...-dijo Bruno.-... Como iba diciendo,  mi representada es comprobablemente un buena esposa y una buena y decente mujer,  lamentablemente no se puede decir lo mismo de su marido. Lord Abercorn cometió adulterio, y bajo esos cargos iremos a juicio.

-¡No pueden! Ésta es una audiencia de negociación, no estamos si quiera en un tribunal.-alegó el abogado de Stephan.

-Señoría, Lady Scarborough, no desea negociar con su desconsiderado marido. Y está dispuesta a llevar todo ésto a sus máximas consecuencias, si eso significa liberar su honra.- debatió Bruno.

El Juez, un hombre sereno y bonachón tomó mi mano sobre la mesa, y le miré.-... ¿Está completamente segura? ¿Está consiente de las consecuencias?

-Sí, Su señoría, lo estoy, no vine a negociar, hoy he venido solo a imponer mi demanda... - dije. Mi voz sonaba algo pastosa.

-Scarlet...-susurró molesto mi marido.

-Eso es todo Stephan...-le dije. Bruno y yo nos paramos de nuestros asientos.-... Nos veremos en el juicio.

Salí de ahí acompañada de Bruno.
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N/A: como ustedes son tan lindas y comentaron mucho el anterior, decidí publicar hoy, en lugar de hacerlas esperar una semana. Va a estar interesante lo que se viene.

Comments?

Por cierto, necesito que  sus comentarios empiecen con #TeamBruno o #TeamJames, dependiendo de a quién ustedes prefieran. De esto dependerá lo que voy a escribir, en serio.

Atte.
Lenka Mockingjay

La Madrastra (Saga Montgomery #1)Where stories live. Discover now