15

9.3K 1.2K 58
                                    

Scarlet

Bien, mi mente estaba confusa.
Primeramente me acababa de de enterar que mi esposo tenía una relación extramarital con Madame Stoichkov, mejor amiga de mi madre.

Por otro lado, hace días que no veía a James y lo extrañaba con el alma aunque me costara admitirlo.

Y por otro lado, Stephan se había dado cuenta de lo que sucedia entre su hijo y yo. Y simplemente podía pensar en el cómo se había entrado.

-Yo tampoco soy ciego, y conozco a mi hijo... - me dijo Stephan cuando se lo pregunté.-... Siempre te sigue con la mirada, y eso es algo que James nunca había hecho con ninguna. Además está de otro humor, ya no sale de fiesta ni a clubes de caballeros o a cantinas o burdeles, solo sale si tu le acompañas. Y en los bailes, ya no busca a sus antiguas amantes, ni coquetea con las damas, y solo está pendiente de con quién platicas o bailas. Tú eres más difícil de leer en cuanto a esas cuestiones. Pero no soy estúpido, sé que algo ha sucedido entre ustedes, sino James no se comportara así.

Pero aunque pudiera parecer un reproche, mi esposo sonreía sereno como si solo me estuviera hablando de un hecho científicamente probado, y con el orgullo como si él lo hubiera descubierto.

Pero yo rabiaba por dentro.

¡Me estaba tratando como a una ramera!

-Yo jamás he estado con otro hombre que no seas tú... - le dije, ahora sí, dolida.-... Y me ofende que pienses que con tu hijo....

No pude ni siquiera decirlo. Bien sabía que estaba actuando hipócritamente, como si no deseara que James me hiciera suya completamente. Pero era diferente desearlo que haberlo hecho ¿no?

Sin darle lugar a una oportunidad para que me dijera nada. Salí de su habitación.

Pero no volví a la mía, sino que salí por la puerta del pasillo. Quería estar sola y si me quedaba en mi habitación sería muy posible que él quisiera continuar con esa charla.

La oscuridad del pasillo me acobijó como una manta de soledad que necesitaba.

Mi mente era un embrollo. Y mis sentimientos no se encontraban en mejor situación.

Se suponía que debería estar casi al borde del llanto por saberme engañada, y por el cinismo de mi marido al no negarmelo, pero no ne sentía así, es más casi sentía alivio e incluso el permiso de Stephan para que pudiera haver con James lo que conplaciera. Pero yo no iba a hacer nada. No. Yo era una mujer respetable.

Sin embargo, me preocupaba mi futuro. Si Stephan decidía que un divorcio era lo mejor para poder casarse con Madame Stoichkov, sería mi ruina. Mi familia me repudiaría al igual que la sociedad londinense.

¡Y mis niñas! Yo era su único modelo de madre. Mis gemelas eran mi adoración y ya casi eran señoritas, necesitaban de mi.

Y por otro lado, estaba todo mi asunto con mi hijastro. Pero ¿Qué era exactamente lo que sentía por él?

Caminaba por el pasillo mientras pensaba en todo eso, pero no sabía a donde me dirigía. Abrí una puerta al azar y entré.

El aroma parecido al sándalo inundó mis pulmones y los pesados cortinajes no dejanan pasar la luz de luna, pero yo bien sabía dónde me encontraba. La habitación de James.

Y como un niño que busca el consuelo de sus padres después de una pesadilla, me recosté en su cama, buscando su presencia, su cercanía, o simplemente algo que me reconfortara.

Sus almohadas aún olían a él. Y con ese aroma en mi nariz pude consiliar el sueño.

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
James

La Madrastra (Saga Montgomery #1)Where stories live. Discover now