seis.

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Cuando estábamos en ultimo año de primaria, Alina y yo decidimos hacer la más grande fiesta post graduación. Estábamos muy emocionados y teníamos absolutamente todo planeado. La fiesta de graduación fue espectacular; bailamos y comimos como si no hubiera un mañana.

Cuando la media noche por fin llego, ambos estábamos exhaustos y sin ganas de hacer absolutamente nada, y aun así continuamos con nuestro plan inicial. No había pasado ni siquiera media hora cuando ambos nos quedamos dormidos en el sillón de su casa. A la mañana siguiente, ambos estábamos hechos un completo desastre. Y aun así nos reímos y cada vez que recordamos ese día, es regresar a una buena época.

Cuando veo la mueca en su rostro, no puedo no sonreír incluso antes de escucharla hablar.

—Somos un total desastre Oliver. – ambos nos echamos a reír a carcajadas. Era la única verdad de la que estaba seguro en este momento. Estamos sentados en las escaleras de una iglesia en el centro de la ciudad, con su vestido empapado y mi traje desgarrado de uno que otro lado.

Después de la charla con mis hermanos, puse el plan en acción y tres días más tarde Alina y yo nos encontrábamos de camino a nuestra súper cita romántica, que al final, no salió como lo esperado.

El restaurante fue preso de un apagón, la comida resulto no estar en su mejor estado, la lluvia hizo su aparición una vez que pusimos un pie fuera del restaurante, trataron de asaltarnos mientras corríamos a refugiarnos bajo el techo de una tienda y para rematar el golpe de mala suerte, un camión termino por empaparnos de pies a cabeza.

Ahora nos encontrábamos en los escalones de una iglesia cerca del centro esperando que Xavier viniese a recogernos. Estaba asustado por lo que vendría después. Si bien, la chica podría lanzarme a un basurero junto con el resto de los corazones rotos.

—Lo lamento Alina, de verdad esto no salió como lo planee. – ella me da una cálida sonrisa y apoya su cabeza en mi hombro. La rodeo con un brazo y le doy un beso corto en la coronilla. Y ahí es cuando me relajo. Ella no está molesta, ¡por supuesto que no! Aun y cuando estaba tratando de conquistarla, ella seguía siendo mi mejor amiga.

—Es la mejor cita que he tenido Oliver – me saca la lengua y se levanta de donde estamos sentados para jalarme con ella. La miro confundido un segundo antes de que se eche a correr calle abajo. No tengo más remedio que seguirla en su carrera.

Segundos más tarde, llegamos a un parque grandioso. Las luces iluminan los árboles, las flores le dan un aspecto encantado y el cantar de los grillos le agrega un toque romántico típico de película.

—Está definitivamente no es la mejor cita del mundo Ali – ella me abraza por la cintura, descolocando mis pensamientos por completo. Cuando ella está cerca de mí de esa manera, todo mi sistema de defensa y autocontrol se derrumban poco a poco, y hace imposible que no quiera gritar a los cuatro vientos lo mucho que la quiero.

Se separa de mi pecho por un segundo y me mira directo a los ojos, con ese lindo color café que solo ella posee.

—Lo fue porque estabas tú en ella.


***

Yo desde que comencé a escribir la historia:

Yo desde que comencé a escribir la historia:

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Besitooos

-plopus

Cuando la ventana está abiertaWhere stories live. Discover now