Ya sabemos que los hijos de los villanos mas temibles de todos los tiempo son enviado a auradon como una especie de redención, por las atrocidades que sus padres hicieron en el pasado, por la cual fueron desterrado en una isla encerrados en un domo...
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Ben llega a la casa de los charmings después de dejar a Audrey.
- Bien, ¿como te fue con Audrey? ¿terminaste con ella por fin?,- pregunta neal ofreciéndole una bolsa de papas fritas.
- No puede,- responde ben .
Neal suelta un suspiro.
- No se que esta esperando, la fiesta de los padres es dentro de dos días, si quieres invitar a cierto chico de pecas y cabello, es mejor que lo hagas, antes de que "ya sabes quien" se te adelante,- le a conseja neal.
La mandíbula de ben se tensa, sus garras aparecen y se claven en el sillón.
- Oye tranquilo con esas garras,- dice neal.
- Lo siento,- dice ben,- saben como me pongo cuando pienso en "rojo".
- ¿Aun no le has dicho a el sobre eso?.-pregunta neal.
Ben niega con su cabeza
- ¿Qué estas esperando?, a que el lo descubra o que alguien se diga,- dice neal,- sabes muy bien que aparte de robín, yo, los caballeros y Rubén estamos al tanto de tu secreto.
Ben estaba consiente de eso, si no fueran por sus amigos Carlos probablemente hubiera descubierto su secreto la noche anterior.
- El, no descansara hasta verme totalmente expuesto delate de Carlos y que el me vea como un monstro,- dice ben.
La noche se aproximaba lentamente las luciérnagas estaban por doquier iluminando el lugar, Carlos se dirigía su habitación en eso siente como su estomago ruje como un león hambrienta, así que se desvía hacia la cafetería, por suerte no hay mucha gente y pide tres hot dog y un refresco.
A los 10 minutos la orden de Carlos ya estaba lista, cuando estaba apunto de pagar ben aparece atrás de el,
- Descuida yo pago,- dice el.
- No es necesario yo puedo pagar mis cosas, gracias.,- dice Carlos tajantemente.
- Bien, como quieras,- dice ben regalándole una sonrisa,- solo quería ser amable.
Carlos se sienta en una mesa mientras que ben lo ve caminar elegantemente desde el mostrador.
- Por favor dame lo mismo que el,- dice ben al empleado.
En un dos por tres la orden ya estaba lista, así que ben procede a sentase en la misma mesa.
- ¿Que estas haciendo aquí?,- pregunta el chico de pelo blanco.
- Pues,a punto de comer,- dice ben mostrando la bandeja.
- Lo se, grandísimo idiota no soy torpe,- dice Carlos.
