El Devastador Comienzo del Fin

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Soy Jenniffer Lizama y ésta historia es real, aunque no del todo, pero en parte es veraz.

Entiendan por favor desde el principio que lo ocurrido no es mi culpa, más bien, yo fui involucrada involuntariamente.

Eran las 7:30 de la mañana, estaba exhausta con sólo pensar en ni nueva tarea, ¿conocen al 7B? ahora seré su nueva Profesora de Educación Diferencial, claro que, vuelvo a preguntar ¿conocen al 7B? si la respuesta es NO entonces, ¡no tienen idea lo que es pasar un día con ellos! No exagero, es un curso realmente impresionante, increíble, más bien, Imposible. De cierta manera, algunos de ellos, no todos, digo yo, son simpáticos y me hallan divertida, sólo que ¡me siguen y no se apartan! De alguna manera eso puede verse como tierno, e incluso gracioso. En fin, al prepararme, desayunar y llegar frente a su sala para abrirles la puerta para entrar, a veces me encuentro con que ellos ya abrieron y salen sigilosamente, cosa de que no se note que ya estuvieron dentro. Son 20 alumnos (aunque cada uno con 100 mini-vándalos dentro), o si lo digo de forma más específica, 11 señoritas bastante habladoras, y 9 muchachos no del todo muy caballeros, y harto revoltosos, que digamos. Su profesora en jefe es una simpatiquísima mujer llamada Pritcila que, ¿¡qué!? ¡Pritcila si es un nombre ¿okey?! Definitivamente me siento asombrada por este curso, aunque, la verdad, hubo un día que me dejaron más que impactada.

Un día muy especial, el anterior a mi cumpleaños, hubo muchos estudiantes los cuales, por el hecho de no haber entregado ciertos trabajos e informes a la hora indicada y correspondiente, fueron motivo de desaprobación de parte de profesores y estudiantes de otros cursos. Esto despertó cierto enojó en ellos, así que decidieron vengarse...: Entraron a la sala ordenadamente y en completo silencio, algo muy extraño, la verdad, proviniendo de ellos. Se sentaron cada uno en sus respectivos puestos, luego miraron a la pared fijamente y empezó el caos; dos chicos que se ubicaban a los extremos de la sala, uno llamado Luke (el más "bakán", como se decía en la escuela) y una llamada Isadora (muchacha divertida pero también muy revoltosa), comenzaron a marcar el ritmo de una canción de Rock conocida, golpeando las mesas. Más tarde les siguieron otros chicos; Joseph, Romeo, Kala, Kathy, Alfonzo, Katherine, Véctor y Jazmin. El ruido unísono aumentaba y se le unieron aún más fuerzas; Stefan, José, Camelia, Romina, Josefina y Soledad. De la nada, entre todo el escándalo, sentí que me tiraba el brazo y llevaba fuera del salón. Eran tres chicos, Valentine (una Valiente chica, con la cual siempre se reunían Camelia y Romina), Gustav (un muchacho de lentes, gracioso y con una gran pasión a los videojuegos) y Federica (una niña de la cual poco sabía, pero me habían mencionado que era estudiosa y de altas calificaciones):

- No se asuste - dijo tranquilamente Federica, aunque ya era tarde pues estaba espantada -

- Quédese aquí o ¡corra! - replicó Gustav, mientras trataba de entrar nuevamente a la sala con Valentine -

- No mire a la ventana, si quiere mantenerse calmada – dice Valentine con una voz firme, la cual me asombró por sus palabras –

No hice caso y, por curiosidad, me fijé en la ventana de la puerta lentamente y con precaución. No podía creer lo que veía, contemplaba algo prácticamente imposible; las mesas y sillas en donde los chicos se sentaban ¡levitaban! Era insólito lo que con mis propios ojos observaba y eso que no era todo; fuertes vientos circulaban dentro de la sala formando un tornado lleno de estuches, lápices e incluso mochilas recorriendo toda la sala. De la nada, delante de las cortinas apareció un gran agujero de gusano o portal que se tragaba todo lo que había a su paso, incluyendo a ¡Pritcila y a los dos héroes que se atrevieron a entrar a salvarla! Esto en serio me horrorizaba:

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué se la llevan? – pregunté desesperadamente a Federica, quien me acompañaba y contemplaba todo lo acontecido –

- ¡Venga conmigo! - me gritó y tomó del brazo fuertemente- A menos que quiera ser absorbida también –

- Pero, ¿qué pasa? No entiendo. Estoy, confundida – interrogué nuevamente –

- Sé que esto le parecerá extraño, pero debe de confiar en mí, es su última esperanza –

El hoyo negro crecía y se intensificaba más y más cada vez, hasta llevarse inclusive la puerta consigo:

-Ya es tarde, no hay tiempo de explicaciones, ¡a correr! –

Le cedí mi brazo y corrimos tan rápido como pudimos, bajando las escaleras y cruzando pasillos y salas completas, de un lado para otro. Todo cambió desde aquel momento...

 Todo cambió desde aquel momento

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Volví, por fin... Hubo problemas técnicos y no escribí mas caps y todo, pero, repito, he vuelto, y para quedarme... Y hay mas... Más historias tenga para recompensarles... de verdad lo siento mucho, por todo todo todo... espero que me perdonen... 1000 besos a todos y a cada uno, los amo. Bye, bye...

Las Crónicas del 7°BWhere stories live. Discover now