Prohibido besar a Cameron Olsen

24. Así que...¿Estabas celosa?

Pestañee varias veces, no podía creer lo que estaba viendo...Esto...No era real.

Sacudí mi cabeza y ahí fue cuando caí en la realidad, el chico no era Simón y la chica no era Hanna.

— ¿Blair? —Una voz femenina a mis espaldas llamo mi atención, esta vez sí era mi hermana. — ¡Dios! ¿Qué paso contigo? —Se acerco a mi preocupada y puso su mano en mi cabeza, hizo una mueca y negó con desaprobación. — ¿Cómo llegaste aquí? Estas hirviendo.

—Blake y Jace me trajeron, tenemos que hablar.

— ¿Hablar! ¡Nada de eso! Lo importante es que estés bien y no lo estas, te llevare a casa.

Solté un gruñido, Hanna se saco su chaqueta y me la dio logrando tapar mi pijama de Los padrinos mágicos.

—Tengo que contarte algo sobre Cameron.

—También yo, pero será mejor mañana.

No quería volver a casa, mi madre me mataría. No recuerdo cómo es que llegamos ni lo que paso después, pero al día siguiente desperté con dolor de cabeza y un aliento asqueroso. Me removí un poco en mi cama buscando mi celular, solté un grito demasiado agudo cuando algo cayó fuertemente sobre el piso.

— ¿Simón? —Confundida, me cubrí con las sabanas. — ¿Qué haces aquí? Oh espera, estoy delirando otra vez.

—Ya sé que soy bello pero ¿Tanto como para delirar conmigo? Me halagas, Blair. —Achine mis ojos.

—Es por culpa de la fiebre, ayer te vi besándote con Hanna y juro que morí de celos. —Le confesé al falso Simón, una sonrisa se dibujo en sus labios. Abrió su boca para habar pero sus palabras fueron interrumpidas por mi madre quien entro a la habitación con una taza de té.

—Oh miren quien despertó...Gracias por traerla, Simón.

Mis mejillas se calentaron.

—Espera ¿Tu lo vez?

—Por supuesto que lo veo, no finjas que sigues enferma Blair estas castigada de todos modos.

Cuando termino de decir eso tomo la taza de té. La mire con una ceja levantada.

—Creí que eso era para mí.

—Lo siento fue por el estrés les daré cinco minutos más.

Mamá salió con la taza de té en sus manos, puse mis ojos en blanco y mire a Simón.

—Asi que, estabas celosa...

Me mordí las mejillas y maldije mentalmente.

—Escucha, se que últimamente estuve un poco idiota contigo pero quiero que sepas que no es mi intención molestarte o algo asi. Pero me pone imbécil no saber lo que te pasa conmigo.

—Creo que sabes perfectamente lo que me pasa contigo, pero tu estas con otras chicas y...Ugs.

—Bueno, es mi culpa también.

— ¿Qué cosa es tu culpa?

—Que no estemos juntos, es mi culpa.

Mi corazón se encogió, Simón era ese chico que venía al rescate cada vez que estaba en apuros pero sentía que solamente conocía una parte de él, la parte que todo el mundo conocía. Yo quería conocer al otro Simón... Aunque estaba perdidamente colada por los dos.

—Se sincera conmigo, alguna vez... ¿Me darías una oportunidad? —Me mantuve en silencio por unos segundos, mire sus ojos.

—Sí, lo haría.