Capítulo 14

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Me acaba mandar un mensaje Mario diciéndome que ya está a punto de llegar, y ahora mismo estoy hecha una mierda, ¿y si me fugo? Sería lo más recomendable para mí, no lo quiero ver.

¡Acaban de tocar la puerta! ¡Mierda! ¿¡Qué  hago!?—abri la puerta.

—Hola Mari... —cuando abro, pero no resultó ser él, era Jake.

—¿Por qué no te quedaste en mi casa?  —dice un poco más sobrio.

—¿Enserio me lo preguntas? ¡Qué te lo diga la tipa  con la que te dabas un beso!

—¿Enserio hice eso? Vaya, no me acuerdo de nada —se rasca la cabeza— y si me dí un beso con esa chica, ¿a tí que más te da?

—¿Qué más me da? Que yo estaba esperando que el señorito Jake trajera las putas sábanas para dormir y cuando salgo lo veo a  él comiéndose a una chica— suspiro.

—Yo... yo no hice eso —miente.

—Tal vez no te acuerdes, pero lo hiciste. Ahora, ¿me puedes hacer el favor de retirarte?

—Pero...

—¡Qué te vayas! Mario está por venir.

—Con mayor razón me tengo que quedar, o yo me quedo o te vienes conmigo.

—No te vas a quedar y tampoco iré contigo ¿entiendes? Largo de mi habitación.

—Bien me voy.

Y sale de la habitación, ¡ah! ¿por qué tiene que ser tan idiota?

Me siento en la cama, ya mi día era un asco como para que Jake venga y lo arruine aún más. «Toc Toc» ¡Mierda ese debe de ser Mario! Calma, hay que abrir.

—Hola Alejandra -dice con una sonrisa en cuanto abro la puerta.

—Hola Mario, pasa —¿por qué lo invitaba a pasar? Si fuera por mí lo mandaba al mismísimo infierno y ahí que se queme.

—Gracias —se sienta en mí cama— guau, estas más guapa.

—Calla, no digas más esas cosas.

—¿Aún te incomoda por lo que pasó entre nosotros?

—Claro que sí Mario, y siempre será así.

—Bien.

—¿A que has venido? —digo cortante.

—Pues... quería decirte algo —dice cabizbajo.

—Dime.

—Pues mira, yo aún te quiero, sé que fui un estúpido de primera pero era un niño, sé que no puedo justificarme por mis actos pero quiero recuperarte y te juro que haré hasta lo imposible porque así sea.

¿Es enserio?

—Sé que te he fallado —continua—, no he estado a la altura de tu amor, perdóname, te necesito en mí vida.

—Bien.

—¿Sólo eso dirás?

—¿Qué quieres que diga? "Sí Mario, te perdono, hagamos como que nada haya pasado y que no me humillaste".

—No te lo tomes así, pero eso sí te digo, de que te recupero, te recupero —dice y sale de mi habitación.

¡No me jodas Dios! ¿¡Por qué mi vida es una mierda!?

Cojo mi móvil y mando un mensaje.

Mensaje de Alejandra:

Bett, ¿Tienes paquetes?

Contigo ni a la esquina © #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora