Capitulo 11

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¡Una hora más! ¡Vamos vamos!, puedo aguantar. Estoy tumbada en mi cama esperando a que sean las doce, tengo sueño, pero eso no va a impedir que vaya.
«¡Toc, toc!»

¿quién toca a esta hora?

Con algo de energía que aún me queda en mi cuerpo, me levanto y colocó la mano en el picaporte. Dudo en abrirla, puedo no hacerlo y fingir que estoy dormida. Ante la insistencia de la persona no me queda más remedio que abrir.

—¿Aún despierta? Almenos te podrías a ver quitado  el disfras. —bromeó Jake mientras entra en mi habitación y se sienta en mi cama.

—¿Qué haces aquí? —pregunto seria.

—¿No te alegra verme? Estaba aburrido, pasaba por aquí y ví que la luz estaba encendida por debajo de la puerta —sonríe.

—Sí, ¿se nota mucho la felicidad en mi rostro?—sonrio— pero en una hora ya me voy.

—¿Con tus amigos emos? —pregunta.

—Sí, con ellos —pongo los ojos en blanco.

—No te juntes con ellos —dice— hay rumores de que se drogan.

—¿Y a tí que más te dá lo que yo haga? —me cruzo de brazos.

—Nada

Para ser sincera odio a las personas que me dicen que hacer con mi vida, también a las que hacen algo y no saben el porqué.

—Entonces ¡vete de mi habitación maldito acosador!

—¡Alejandra! Ese es tu maldito problema. No te gusta que hayan personas que se preocupen por tí, te crees capaz de afrontar la vida sola pero no es así, yo te quiero ayudar.

—¿Porque me quieres ayudar? Toda mi vida he crecido sola y otra cosa, ¿por qué me paras besando?

—No lo sé.

—Genial.

—¿Qué es genial? —pregunta.

—¡Que ahora un idiota me para pegando su ADN  y resulta que no sabe porque! ¿Y sabes que es lo peor? ¡Qué me gustan tus malditos besos!

Él no dice nada, no se ríe, no se burla, solo se queda ahí parado como si nada. Una parte de mí desea a más no poder que me bese, pero él no lo hace, solo camina hacia la puerta sin que yo pudiera reaccionar. Se devuelve hacia donde yo me encuentro, aparta un mechón de mi cara y me besa, mi mente se quedó en blanco como siempre suele pasar. Me coge de la cintura y me atrae más hacia él. A ciegas él me guía hacia mi cama individual, pero yo me aparto.

—¿Qué pasa? —dice Jake.

—Na…da, solo que… vete Jake —digo conteniendo las lágrimas.

—Pero…

—¿No me oiste?

—Bien —dice Jake— Alejandra…

—¿Qué?

—Nada.

Se dirige hacia la puerta y se va, no estaba lista para tener relaciones. Tengo miedo de que sea como Mario, desde este momento no he vuelto a tener relaciones sexuales y tampoco sentimentales  ¡verdad! Mario vendrá mañana. 

Veo el reloj y son más de once y cincuenta, ya mejor me voy.

Salí de mi habitación y caminé por el pasillo oscuro. Cuando ya estaba a punto de llegar a la cafetería me parecio ver  a Nate.

—¿Nate? —digo.

—Hola Alejandra, ¿qué haces despierta a estas horas?

—Voy a salir —suspiré.

—¿Te acompaño? Sólo baje a comprar algo en la dispensadora.

—No, de hecho estoy apurada, adiós —y me fui sin dejar que él se despidiera.

Llegué a la parte trasera de la cafetería, aún no llegaba Matt. Él iba a traer la inyecciones para todos.

—¿Y a tí que te pasó? ¿Se te quitó lo ñoña? —ríe a carcajadas Catherine.

—Ja ja ja, muy graciosa —digo con voz sarcástica— me ocurrió algo que no quiero comentar.

—Bien —responde— eh mira, ahí viene Matt.

—Chicas, aquí tengo la gloria —dice sacando una inyección.

—Yo empiezo —dice Bett, coje una y se la mete en el brazo cayendo al piso. Me causó gracia, empezaba a decir tontería y media de que estaba en el paraíso.

—Sigo yo —dice Catherine y lo mismo pasó con ella, no pude evitar reirme, me causaba demasiada gracia.

—¿Yo primero? ¿O tú? —dice Matt.

—Tú primero —digo y cojo la última inyección que hay antes de que Matt caiga al suelo.

—Vale pues… voy yo— y me lo metí en el brazo.

Fue algo raro, sentí algo de dolor. Pero al instante desapareció, si era como en el paraíso, ahora los entiendo. Esto es la gloria y hacía que mi mente olvidara todos mis momentos de mierda. Noto como mis piernas se tambalean y caigo yo también al suelo, es una sensación exquisita a la cual quiero volver cada vez que pueda.









Contigo ni a la esquina © #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora