31. Decepción.

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Jungkook sonreía mientras veía a su amado Jin que compraba mucha ropita para el bebé. Ropita y utensilios, juguetes, sonajas, en fin, compraba y compraba, pensando en el niño que pronto iría a vivir a su casa y le haría la vida feliz, como cuando vivía su hijo.

El menor pensaba que su hyung se apresuraba. Aún no les daban ninguna respuesta del orfanato y Bang, aunque estaba encargado del asunto, no les había llamado ni una sola vez para informarles del avance en la adopción.

Sin embargo, también estaba consciente de que, si trataba de razonar con Jin, seguramente su hyung se enojaría con él y no deseaba eso.

Esperaba que todo saliera bien y que pronto tuvieran al niño en la casa, al cuidado de su hyung.

Pensaba que ese niño era en verdad afortunado. Jin era el mejor padre del mundo y, seguramente, con él tendría una vida feliz y plena, como si fuera su hijo de verdad. Incluso se sentía un poco celoso del bebé, aunque su mente rechazaba la idea en cuanto lo meditaba bien.

En la noche, después de que pagaron todo y la tienda quedó de enviar las cajas y las bolsas al día siguiente, a la dirección del mayor en el edificio inteligente, Jungkook y Jin cenaban alegremente, comentando las noticias de las olimpiadas.

Entonces, sonó el teléfono de la casa y el mayordomo fue a contestar. Tenía órdenes de no interrumpir nunca, cuando estuvieran cenando o comiendo, pero en ésta ocasión, al parecer era urgente, pues entró al comedor y carraspeó para que los muchachos le pusieran atención.

- ¿Qué sucede? – Le preguntó Jin al buen hombre.

- El licenciado Bang, y dice que es urgente. – Le pasó el teléfono a un Jin que, prácticamente voló hasta él.

- Dime, hyung. – Le dijo.

Jungkook lo miró y adivinó en su rostro que algo pasaba pues inmediatamente, Jin se puso pálido. Después de escuchar un momento y luego de despedirse, su novio colgó la bocina.

- ¿Qué ocurre, amor? – Le preguntó, acercándose a él.

- El bebé está enfermo. Muy grave. – Le dijo, mirándolo fijamente.

- ¿Quieres que vayamos allá? – Le preguntó Jungkook.

- Si, vamos. – Le contestó, sintiéndose de pronto, muy cansado y sentándose en el sillón de la mesa.

- ¿Estás bien? Te llevaré al doctor. – Decidió al verlo tan pálido, tomándose la cabeza entre las manos.

- Estoy bien, solo es... un mareo. –

Jungkook le tomó la presión y estaba bien, así que decidió que lo que sucedía era solo por la impresión.

- Vamos al aeropuerto y saldremos en el siguiente vuelo a Busan. – Decidió Jin, levantándose y subiendo a su habitación en compañía de Jungkook.

Empacaron y se fueron al aeropuerto. Esperaron una hora y luego, les dieron dos lugares disponibles en un vuelo que llegaría en la madrugada a Busan.

Bang los esperaba en Busan, pues había estado ahí desde hacía dos días.

El bebé estaba muy grave. Le había dado pulmonía, como una complicación por haber tragado el agua de mar.

Jin y Kookie llegaron al hospital y de inmediato, subieron a pediatría para ver al niño y lo encontraron en un respirador, lleno de tubos en sus bracitos y piernitas y pálido como un cadáver.

- ¿Cómo está? – Le preguntó a la enfermera que salió a recibirlos.

- Grave. Tuvo mucha temperatura y ahora está luchando contra la bacteria que entró a sus pulmoncitos, no está reaccionando bien al antibiótico y bueno... no quiero decirles esto, pero quizás no pase la noche. – Lo miró y Jin solo asintió, muy serio y pálido.

Drive my Car (JinKook)Where stories live. Discover now