36.-Salida

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Samuel: Me gustan las serpientes, son tan sutilmente...arrogantes que eso las vuelve mis animales favoritos.-dijo mientras caminaban y Andrea lo miro con terror cuando este prácticamente se pego al cristal contemplando la boa, quien también lo miraba fijamente. 

Andrea nunca pensó que ir al zoológico la iba animar más de lo que ya estaba al ir acompañada de Samuel, ir un sábado en una soleada mañana prometía múltiples chiquillos corriendo y haciendo escandalo por todas partes. Por ejemplo en ese mismo instante la Casa de las Serpientes resonaba de gritos de asombro y entusiasmo provenientes de ellos.

Andrea: A mi me parece agradablemente terrorífica.-expreso mientras miraba a la grande serpiente y Samuel se echo a reír. Cuando ella alzo la vista queriendo dedicarle una sonrisa de forma cortes, se lamento de inmediato al toparse con los labios de Samuel a escasos centímetros de los suyos y lo miro a los ojos sintiendo que el alma le caia a los pies, Samuel con esa gorra y esas gafas sobre su camisa se veía más atractivo que de costumbre.

Samuel: ¿Sabes? Creo que cuanto más tiempo paso aquí, más me voy aficionando a las serpientes.-susurro cerca de sus labios mientras Andrea sentía como las piernas comenzaban a temblarle de echo pensó que en cualquier momento se caería.

Andrea: A mi me pasa al contrario, su aura diabólica me da escalofríos.-dijo y se vio obligada a pegarse más junto a él cuando llego un grupo de estudiantes pegándolos más al cristal, y los senos de Andrea quedaron contra el pecho de Samuel.

Samuel: ¿Te refieres al pecado original? La serpiente tentó a Eva, y Eva tentó a Adán.-dijo al tiempo que aspiraba el aroma de Andrea.

Andrea: Siempre he pensado que ese relato es muy injusto.-susurro cerrando sus ojos al sentir su corazón acelerado, pero sin embargo no se aparto de él, permaneció firme y trato de dar su explicación lo mejor que pudo.-Las serpientes y las mujeres cargaron con la culpa de todo mientras que el hombre se hacia el inocente.

Samuel: Sii, reconozco que también fue culpable, por no resistirse a la tentación encarnada en una mujer.-dijo con un tono insoportablemente tierno, Andrea trago saliva con dificultad y después lo tomo de la mano.

Andrea: Vayamos a ver los elefantes si?-pregunto y sin esperar respuesta lo jalo del brazo sacándolo de ese estrecho lugar, mientras Samuel tenia una ligera sonrisa...

El olor de los animales, era intenso, y se impregnaba en el aire como si lo estuvieran haciendo agrade, los dos iban tomados de la mano y Andrea llevaba unas palomitas y una soda que Samuel le había comprado en el camino mientras veian a las jirafas.

Llegaron a la zona de los felinos y Andrea se subió en el muro de protección para mirarlos entra admirada y asombrada, como si nunca hubiera visto ninguno, seguían rodeándolos familias enteras, jóvenes, mayores, niños...

Samuel: Andrea bajate de aquí, no creo que sea seguro.-dijo con temor mientras se acercaba a ella y esta lo miro descubriendo uno de los miedos de Samuel.

Andrea: ¿Le temes a los leones?

Samuel: ¿Que? Yo? No, claro que no.-dijo indignado y Andrea comenzó a reír.

Andrea: Entonces ven, acércate más y los vemos juntos.

Samuel: No, yo prefiero verlos desde un poco más atrás y tu deberías hacer lo mismo, no sabemos que tan fuertes están estas bardas.

Andrea: Ven.-dijo tendiéndole la mano.-No te pasara nada confía en mi, solo quiero que estés a mi lado.

Samuel: Andrea...

Andrea: Vamos Samuel, disfruta conmigo.-dijo y este dibujo una ligera sonrisa tomándole la mano y llegando a donde estaba ella. Andrea sintió el cuerpo de Samuel tenso, mientras la envolvía entre sus brazos pero poco a poco fue disminuyendo durante el tiempo que estuvieron ahí hasta que por fin el se veía relajado y disfrutando de la vista.-¿mejor?

Samuel: Tu siempre logras hacer todo más fácil.

Andrea: Samuel, cuando me invitaste al zoológico creo que olvide decirte que no por una salida quiere decir que lo del tiempo se olvida, lo necesito.-dijo seria y Samuel la miro con una sonrisa encantadora.

Samuel: Lo se, pero tu más que nadie debe de saber que cuando deseo algo con tanta intensidad y desesperación nunca me doy por vencido.-dijo acariciándole la barbilla con su dedo.

Andrea se sintió estúpida y mentirosa, como podría decir que no cambiaba lo del tiempo si cada vez se sentía más debilitada, ansiaba ceder, ansiaba darse por vencida, Samuel le rozo los labios con los suyos, sus ojos estaban serenos, serios, parecía dispuesto a destrozar cada defensa lógica de Samuel, bajo sus labios hasta el cuello de Andrea y deposito un camino de besos hasta llegar a su mejilla de forma lenta y pausada, haciendo que Andrea se sintiera mareada, después se separo de nuevo y la miro a los ojos.

Samuel: Andrea lo que más deseo aparte de una segunda oportunidad, es formar una familia contigo. Se que ahora no es posible pero déjame seguir intentándolo. ¿Si?-pregunto y ella se acerco a besarlo.

Andrea: Si, deseo que sigas intentándolo.-dijo y Samuel sonrió, colocando el brazo en la nuca de Andrea, mientras esta apoyaba la cabeza contra su pecho, echando hacia atrás la cabeza y buscando el hueco de su hombro.

Samuel: Es una tarde preciosa.

Andrea: Si, pero si no te importa me gustaría regresar, me siento cansada y tengo ganas de dormir.

Samuel: Muy bien, como gustes, de todas formas ha sido una tarde divertida. ¿No te parece?

Andrea: Si, me alegro de que me hayas convencido para salir, me sentía morir estando todo el dia encerrada en la casa sin hacer nada.

Samuel: Bueno, haz una lista de lugares a los que te gustaría ir y aquí tienes a tu guía-dijo sonriendo.

Andrea: Creo que te tomare la palabra.-dijo mientras entraban al auto y los dos se fueron rumbo a la casa, cuando llegaron subieron a la habitación y Andrea se dejo caer sobre la cama, muerta de cansancio.

Samuel: De verdad te sientes muy cansada?-pregunto acostándose a su lado y Andrea asintió cerrando sus ojos.

Andrea: Me siento como si hubiera corrido un maratón, cuando no es así.

Samuel: Este pequeño tiene la culpa.-dijo levantando la blusa de Andrea para besar su vientre y recostar la cabeza sobre el.

Andrea:  ¿Quieres que sea niño?

Samuel: Si, y tu?

Andrea: Niña, siento que son más simpáticas, pero lo que sea que me de Dios o la vida estará perfecto.-dijo sonriendo y Samuel asintió volviendo a repartir besos en su vientre.

Samuel: Si, por mi también. Se que como sea formaremos una linda y hermosa familia.

Andrea: Estoy segura.-dijo sonriendo y cerro los ojos nuevamente para dormir...

Te sigo amandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora