Capítulo 16: Mátame en su lugar

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AVISO: Coger una caja de pañuelos.

Wattpad me ha estado tocando lo que no tengo con este capítulo, pero a lo grande, así que espero que ahora vaya bien. 

Vale, no sale todo el capítulo (o igual sí, no sé, como WATTPAD NO ME VA), si no os sale, mañana subo la otra parte. Porque hoy ya estoy harta de Wattpad, y si sigo así, voy  acabar rompiendo mi ordenador (y eso no lo queremos ni vosotros ni yo).


-Mátame en su lugar- le gritó Albus a Delphi. Scorpius estaba llorando de miedo. Le encantaba despertarse en medio de semejante caos, pero no hasta el punto de poder llegar a morir. Solo quería estar en su casa... En la cama... Con Albus. Albus no podía mantenerse en pie sabiendo que iban a dañar a su amado.

-No, Albus, No lo hagas. Mátame a mi. Deja a Albus en paz- le defendió Scorpius. Albus se estaba enfadando. Se palpó el bolsillo. No había ninguna varita. Albus se entristeció, no tenía ninguna forma de defenderse a si mismo, a Scorpius o a cualquier miembro de su familia.

-Scorp, ¿dónde está mi varita?- murmuró Albus apresuradamente. Albus empezó a maldecir, y a hundirse dentro de su pijama. Albus y Scorpius ya no estaban encadenados a las sillas, pero no podían levantarse.

-¿Por qué quieres matar al amigo de mi hermano? Albus y Scorpius son los que más se merecen vivir de aquí. Mátame a mi, no a ellos. Déjalos vivir en paz- dijo James. Harry sonrió, había criado a tres maravillosos hijos, y estaba muy orgulloso de ellos. Pero no podía quedarse ahí de pie, viendo como ellos morían. Caminó hacía James y le dio la mano.

-Mátame a mi también. Estos chicos merecen vivir- dijo Harry. James le sonrió a su padre.

-A nosotros también- dijo Hermione empujando a Ron. Agarró las manos de Harry y de Ron con confianza.

-¿Qué? Hermione, yo no quiero morir- susurró Ron.

-Oh Ronald, eres muy egoísta. Deja vivir a los chicos- dijo enfadada Hermione ante el comentario de su marido. Ron siempre había tenido miedo de Hermione, por lo que siempre obedecía sus órdenes. Teddy, Rose y Lily se mostraban vacilantes, pero caminaron y se colocaron junto a los demás. Albus y Scorpius estaban felices por tener esa familia y esos amigos, pero no podían morir todos ellos solo por dos personas. Ginny caminó hacia ellos también. Todos estaban juntos, con las varitas preparadas. Pero ninguno se había dado cuenta de que Jazzy había estado ausente por un tiempo. De pronto, apareció con la varita más famosa de todos los tiempos: la Varita de Saúco. Estaba completamente arreglada, sin ninguna cicatriz en la madera.

-¿Qué? ¿Cómo? La tiré al barranco que está cerca de Hogwarts, ahora debería estar lleno de basura. ¿Cómo la has conseguido?- la interrogó Harry.

-Un simple hechizo Accio, suelen funcionar- dijo Jazzy como si nada.

-¿Cómo la has arreglado?- preguntó curioso Harry. Jazzy rodó los ojos y puso mala cara.

-Cariño, como tú, hay mucha gente que no lo sabe, pero hay hechizos para todo. Oh, pero tú no lo puedes saber, porque fallaste en tus TIMOs- se burló Jazzy. La cara de Harry estaba de un brillante fucsia. Preparó su varita para una furiosa batalla contra la adolescente. Pero antes de Harry pudiera hacer nada, oyó un familiar hechizo. Uno que habían utilizado con él. Miró detrás suyo, y vio a Ginny saltar en frente de Albus.

-¡Avada Kedavra!- gritó Delphi. Ginny fue golpeada. En el suelo, estaba tumbada la mujer de cuarenta años. Su rostro estaba pálido y sin vida.

-¡No!- gritó Harry. Corrió hacia su mujer y le puso las manos en las mejillas. Sacudió su cabeza, pero no hubo respuesta-. ¿Qué has hecho?- Harry tenía un aspecto aterrador. Delphi le sonrió y se rió. ¿Esa era la única cosa que ella era capaz de hacer en situaciones como esa? Harry estaba llorando arrodillado.

I will always come find you (Traducción)Where stories live. Discover now