Capítulo 8: El baile II

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Esta capítulo se lo dedico a Jaspeada16. Gracias por tus votos y comentarios, los aprecio mucho.

Bueno, en España son las 12:30pm( ¿pm? ¿pm o am? Bueno, que es por la noche)  y estoy que me muero, pero quería actualizarlo hoy, para que los dos capítulos estuvieran (mas o menos) seguidos. Esto se pone interesante. ¡Espero que os guste!

El baile había acabado y McGonagall iba a empezar a decir los nombres de los reyes del baile. Todos los estudiantes se amontonaban alrededor del escenario para poder enterarse de las emocionantes noticias. Y si no estaban ahí, estaban en la mesa de los aperitivos tomándose algunos Calderos de Chocolate. Pero, lo que Scorpius y Albus no sabían sobre los reyes del baile, era, que Rose nunca había entrado con Scorpius en la competición, ni que Augusta nunca había entrado con Albus. Las chicas, habían metido a los dos chicos secretamente en la competición, y habían incitado al resto del colegio para que los votara.

-De acuerdo. Que todo el mundo se siente. Primero mencionaré a los nominados, luego, a los ganadores, seguidos del segundo y del tercer puesto- anunció McGonagall. Todo el colegio guardó silencio. Todos los ojos se movían en sus respectivos cráneos, empezando por McGonagall. Todos esperaban los resultados.

-Victoire Weasley y Teddy Lupin, James Potter y Alice Longbottom, Theodore Nott y Roxanne Weasley, Fred Weasley y Augusta Longbottom, y finalmente...- McGonagall se paró, sorprendida por la pareja-. Albus Potter y Scorpius Malfoy- todo el mundo gritó emocionado. Albus y Scorpius se miraron confusos. Luego, miraron a Rose y Augusta, que sonreían satisfactoriamente.

-Nos han nominado- dijo Albus. Scorpius asintió con la cabeza. La directora sacó un papelito de su túnica. Que revelaría los nombres de los ganadores. Todo el mundo se calló otra vez, esta vez, de buena gana.

-El rey y la reina del baile son... Albus Potter y Scorpius Malfoy. Bueno, quiero decir, los dos reyes del baile- anunció McGonagall. Todo el mundo chilló de manera ruidosa y emocionada. El aplauso fue largo, pero, poco a poco se fue silenciando. A Albus no le gustaba mucho la atención, pero Scorpius estaba en la gloria. McGonagall puso primero la corona sobre la cabeza de Scorpius, y él se deslizó hacia un lado. Albus fue el segundo, y la corona se le ajustaba perfectamente.

-¿Me queda bien la corona?- preguntó Scorpius serio. Albus soltó una risilla, y se le acercó a colocarsela. Se aproximó y le giró la corona hacia la izquierda, para que no se quedara desequilibrada. Un mechón se le había pegado en la corona, Albus lo cogió y se lo colocó detrás de la oreja. Después, le besó en la mejilla. Scorpius se sonrojó y le sonrió salvajemente.

-En segundo puesto es para James Potter y Alice Longbottom. Y el tercero es para Victoire Weasley y Teddy Lupin- la escuela también gritó con ellos.

-¿Podría pasar algo mejor esta noche?- dijo Albus, sonriendo como nunca antes lo había hecho.

-Tal vez, podríamos volver a nuestra sala común cuando nadie nos vea... Y podríamos... Pasar el rato- sugirió Scorpius. Albus sonrió satisfactoriamente y le cogió la mano a Scorpius, tirándole hacia la sala común.

Devuelta en el Gran Comedor, Rose y Augusta estaban sonriendo porque su plan hubiera funcionado. Nada podía arruinar esa perfecta noche. Bueno, excepto una cosa... Se oía un retumbante sonido que sacudía toda la escuela, y unos chirridos agobiantes que llegaban de todas partes. Todo el mundo estaba aturdido, mirando alrededor para ver que pasaba. Los susurros se escapaban del Gran Comedor. De pronto, apareció una sombra. El único sonido que dejaba, era el golpeteo de sus tacones contra el suelo. La sombra avanzó, y finalmente llegó a la entrada. Después, una alta mujer de pié apareció. Todo su cuerpo brillaba con un brillo blanco. Su única parte visible era su cara. Arrastraba un largo cabello blanco, sujeto en una trenza enmarañada. La figura llevaba una capa blanca, acompañada por un vestido y unos tacones. Sus orejas eran puntiagudas, pero algo que nunca apareció, fue su nariz.

-¡Salid de aquí!

-¡Iros ahora!

-¡Nadie te quiere aquí!

Pronto, todo el colegio estaba gritando a la figura. Ella agitó su varita y murmuró un conjuro. Su cuerpo, dejó de brillar. Se podía ver su sonrisa de satisfacción.

-¿Cómo me podéis tratar a mi, Delphi, la Augurey, con esa falta de respeto?- empezó ella-. ¡Soy la hija de Voldemort!-rugió ella-. Y estoy aquí para buscar a Albus Potter- dijo, con una voz, menos ruidosa.

~~~Sala Común de Slytherin~~~

-¡Oh, no te atrevas!- gritó Albus. Estaba persiguiendo a Scorpius alrededor de la sala común, intentando recuperar su Caldero de Chocolate.

-¡Oh, sí que lo haré!- respondió Scorpius, corriendo tan rápido como podía. Al final, se paró en su cama y se sentó. Respiraba forzosamente, y su cara estaba notablemente sombreada por un tono de rojo oscuro. Albus se paró y se sentó a su lado.

-Espera, así que somos... ¿Novios?- preguntó Albus tímidamente. Scorpius le examinó y se quedó mirándole fijamente a los ojos. Albus le miró de vuelta.

-Sí- dijo Scorpius. Se inclinó y le besó a Albus. Duró más segundos que la última vez. Scorpius, lo pudo distinguir. Sus lenguas, se tocaron y se enredaron la una con la otra. Albus, se pusó de puntillas para poder besarle. Pasado unos minutos Scorpius le cogió a Albus de la chaqueta. Scorpius alejó sus labios de Albus y le empezó a manosear el pecho. Albus tenía unos abdominales mucho más marcados que los de un chico de quince años. Scorpius nunca se había dado cuenta, y estaba fascinado de como estaba su amigo construido (o debería decir algo más que amigos). Albus le besó el cuello y la franja de piel que se veía en su pecho.

-¿Alguna vez te han dicho que eres maravilloso?- le dijo Scorpius a Albus, mientras jugaba con su suave y desaliñado pelo. Albus había alcanzado la mano de Scorpius y ahora la sujetaba. Le reconfortaba. Pero pronto, oyeron un sonido estridente.

-Albus Potter- dijo una débil voz.

-¿Qué ha sido eso?- preguntó Scorpius.

-Probablemente estemos oyendo voces- dijo Albus, esperando volver a tener intimidad con su nuevo novio. Albus asintió y volvió a besar a Scorpius. Scorpius se quitó su camisa y la echó a un lado. Scorpius le empujó a Albus y pararon de besarse una vez más. Se miraron el uno al otro sin decir palabra. Albus le besó a Scorpius en el estomago, el pecho y el cuello. Y sus labios también por supuesto. No se dieron cuenta, de que la persona que habían oído antes, estaba parada delante suyo.

-¿Albus Potter es gay?- exclamó Delphi. Albus saltó y Scorpius se empezó a poner su camisa.

-Pensaba que estabas en Azkaban- dijo Albus, ignorando su último comentario.

-Es bastante fácil fugarse. Deberías de saberlo. El padrino de tu padre también se escapó- ella se rió, pero enseguida volvió a su postura inicial-. Pero he vuelto a por ti. Teníamos algo real. Sé que tenías sentimientos hacia mi, y yo siento algo hacia a ti también.¡Pero tú has a elegido a ese desecho de niño por encima de mi!- gritó Delphi, enfadándose.

-Tú me dejaste, y de todos modos, lo único que tú querías era a tu padre. Ni siquiera fui directo contigo, porque no sabía que esperar de ti- dijo Albus disgustando a Delphi.

-¡Vete de una vez, antes de que llame a un Auror!- le amenazó Scorpius.

-Bueno, lamentaréis esto. Ya lo veras Albus Potter- dijo Delphi. En vez de irse. Se desvaneció entre las sombras. Scorpius y Albus giraron su cabeza en el mismo momento. Scorpius y Albus, tenían miedo y duda, por lo que vendría.


Se que me repito mucho, pero, la verdad, es que me da igual. Muchas gracias a todos los que lo leéis, votáis y comentáis. Nada de esto sería posible sin vosotros (Oh Dios, suena tan cliché).

No os olvidéis de votar y comentar.

I will always come find you (Traducción)Where stories live. Discover now