CAPITULO 10:

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Al ver las cercanías no pude evitar que mis mejillas se tornaran rosadas. Levanté mis manos y las posé sobre su pecho empujándole hacía atrás para alejarlo pero evidentemente él tenía más fuerza y no cedía de su posición.

- ¡No lo sé! ¡Y aunque supiera dónde está la pluma, no te lo diría! - Le grité mientras desviaba la mirada.

- ¿Eso crees? Porque yo creo que si que lo harás - Se acercó aún más a mí haciendo que nuestros labios se tocaran.

Al notar aquello cogí impulso con una de mis piernas y le metí una patada en las partes bajas pero claro se me olvida que con él cualquier truco que haga, sabría como solucionarlo y eso hizo; echó uno de sus brazos hacia atrás y cogió mi pierna antes de darle en sus partes bajas.

- ¿Crees que así lograrías soltarte? - Se rió - Vamos se una buena chica y dime donde está.

- ¿Como sabes de la pluma? - Lo miré mientras cambiaba de tema.

- Eso es algo que no te incumbe. Ahora dime donde está - Fruncio el ceño.

- Mi madre me contaba historias y una de ellas era de un ángel que le cortaron sus alas por una humana - Le miré mientras lo observaba distraerse unos segundos y eso me valió para cambiar de posición y dejar a Ace debajo de mí, sentándome en sus caderas - ¿Por qué quieres esa pluma? ¿Acaso eres tú aquel ángel?

- No digas bobadas - Me agarró de las piernas e hizo fuerza para quitarme de encima suya.

- Pues entonces no tengo porque darte nada - Me acerqué a su rostro - Además, no eres tan aterrador como haces ver.

Oh su cara de cabreo fue la mejor de todas. Me aguanté la risa mientras me quitaba él de encima suya y se posicionaba él de nuevo encima de mí.

- ¡Por que no habéis visto nada! - Me miró un tanto cabreado - Ahora deja de jugar y dime donde está.

- Con una condición - Lo miré.

- Tsk ¿cual? - Me miró.

- Muestrame tus alas negras.

- ¿Por qué deberías?

- Quiero comprobar algo - Le quité de encima de mí - Vamos, saca tus alas.

Escuché un suspiro de su parte y observé como de su espalda salían dos enormes alas negras.

- Ahora dime donde está.

No dije nada, me acerqué a él y le toqué sus alas.

- Oye ¡¿me estás escuchando?! - Me miró mientras le ignoraba y tocaba sus alas.

Eran demasiado suaves.

- Tú eres aquel ángel y aquella pluma es lo que queda de tu amada - Lo miré mientras observaba como baja sus alas haciendo que éstas tocaran el suelo - Pero...conseguiste estas alas con un pacto con el diablo - Lo miré triste - ¿Por qué hiciste aquello?

- Es algo que no te importa.

- Claro que sí, esa pluma lleva en mi familia por generaciones. Necesito saber porque quieres la pluma, es algo que no le puedo dar a cualquiera porque si - Lo miré fijamente mientras vi como comenzó a perder la paciencia.

Cogió aire y luego lo soltó intentando tranquilizarse.

- Una de las razones por la que estoy aquí es para recuperar esa maldita pluma - Suspiró mientras hacia desaparecer sus alas - Cuando me desterraron como dice el cuento que tu madre te contó, un amigo mío me dijo que si conseguía recuperar aquello que deje en la tierra podría volver pero después de unos 2.996 años aún no encontré lo que buscaba. Una vez perdí la pista pero por fin la encontré.

- Espera...espera...espera... ¿cuantos años has dicho?

- 2.996 años y si, esos son los años que tengo - Me miró mientras soltaba una risilla al ver mi rostro palidecer - Y si hice un pacto con el diablo no fue nada más que para poder conseguir lo que buscaba - Suspiró mientras se sentó en la cama - Mira _____, ambos sacaríamos algo con esto. Yo me iría y así tú seguiría escabulléndote de tus mayordomos y yo dejaría de ser éste monstruo. Así que dime donde está.

- Te recuerdo que tenemos un contrato - Lo miré.

- Lo sé y se rompería cuando yo dejase de ser esto. Por esa razón dime en donde está.

Suspire.

- Ace, se que la quieres pero....yo no se donde está, simplemente se un acertijo para encontrarla...

- Dímelo, por favor - Se levantó, me agarró de las manos y me miró a los ojos.

- Bien... - Suspire y cerré los ojos - Se vos queréis encontrar lo que dormido está, infinidades de pruebas debéis de pasar...la primera en cuestión es una prueba de valor...debéis ir a donde el sol toca la tierra y por las temibles cuevas adentraros hasta llegar a una prueba que requera su valor - Abrí mis ojos - Eso es lo que debes de hacer. No sé nada más. Ahora debo ir a hablar con mi padre...

- Donde el sol toca la tierra - Le escuché decir mientras se posaba una mano bajo el mentón - Habla del atardecer o del amanecer...

Ni siquiera prestó atención a mis palabras. Simplemente salí de allí y me dirigí hacia donde estaba mi padre. En cierto modo no quería que se fuera...tenía razón aquel cuento que mi madre me contó... Me enamoré de ese idiota pero él solo piensa en todo menos en amar y es normal...

Me acerqué hasta el cuarto en donde se encontraba mi padre y observé como fue ha abrir la puerta pero me paré en seco al notar una mano en mi hombro, me giré y observé a Ace.

- ¿Qué pasa ahora? - Lo miré.

- Nada, simplemente cumplir mi deber hasta que encuentre la pluma - Al escuchar aquello puse mala cara y miré hacia delante comenzando a ir hacia donde se encontraba mi padre.

Pero de nuevo alguien me paró.

- ¿Qué te pasa? ¿No estás contenta de que me vaya tal y como siempre quisiste?

- Claro que si...no sabes cuanto - Mentí mientras mi mente cambio el "si" por el "no".

Le escuché suspirar mientras me soltaba. Caminé hasta la habitación de mi padre y después de unos diez minutos volví a salir de allí.

- ¿Y bien? - Le escuché decir a Ace - ¿De verdad piensas hacer al final la fiesta esa?

- Si - Dije secamente - Deberías estar buscando la pluma - Fue lo último que dije antes de meterme en lo habitación.

- ¿De verdad quieres que me vaya? - Arqueó una ceja mientras se metía en mi habitación.

- Ya ni siquiera sé lo que quiero - Suspire mientras me senté en la cama y me eché hacia atrás quedándome tumbada.

- Digame algo, _____...¿está enamorada de alguien, verdad? - Me miró.

Aquello me pillo por sorpresa y me levanté de la cama, sentándome en ella.

- ¿Por qué dices eso? - Lo miré.

- Básicamente por su comportamiento...cuando llegué eras diferente; eras cruel con tus ex-mayordomos y calculadora y ahora pareces todo lo contrario. Yo como soy un demonio, me gustabas más antes pero eso depende de la persona. Así...que ¿quien es?

- Me parece increíble que siendo lo que eres no te hubieras dado cuenta - Sonreí con tristeza mientras me levanté y me acerqué a él quedándome a pocos centímetros de sus labios - Solo tienes que darte cuenta de quien me gusta eres tú - Dije rompiendo la poco distancia que había entre ambos, besando sus labios -

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¿Ace le corresponderá o no? ¿Qué creéis?

Buenos espero que os haya gustado.

Nos vemos en la próxima

Mi Mayordomo (Ace x tn)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum