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jueves, 2010

La respiración de Jimin se aceleró.

Las grandes puertas del edificio estaban abiertas de par en par, dejando ver el montón de adolescentes que iban de un lugar a otro sin preocupaciones.

Jeongguk, ahora castaño y más alto que antes, pasó por su lado, rozando por solo un pequeño instante sus brazos.

El rubio sintió como su respiración se quedaba atorada en su garganta, y sus latidos se hacían más fuertes. Jimin, inmediatamente, rascó la zona, con una mueca de inseguridad.

El menor se giró para observarlo, una expresión neutra en su rostro.

Creía que le daba asco a Jeongguk.

Ajustó las correas de la maleta y se adentró en el gran edificio, tratando de ignorar los pensamientos que pasaban por su mente.

―¿Creíste que sería diferente? ¿Qué vendría a abrazarte para decirte que todo está bien? ¡Pues no! ¡Porque se dio cuenta de la basura que eres!

―Por favor, basta. ―murmuró Jimin, llorando, jaló su cabello y cerró sus ojos fuertemente.

La figura negra se distorsionaba a cada segundo, pero estaba ahí.

Miró a Jimin unos segundos, para luego reírse a carcajadas. El sonido era ensordecedor.

Se miró al espejo, vio como las manchas se esparcían desde su cuello hasta sus brazos.

Gritó y golpeó con fuerza el gran espejo del baño. Sus nudillos sangraban y su rostro estaba rojo.

Cubrió su rostro con sus manos, llenándolo así de sangre.

Escuchó como la puerta se abría, era el director junto a un montón de personas.

Entonces, la figura se le acercó y le susurró al oído:

―Estúpida basura demente.

―Señorita Park, sabemos que Jimin está en una condición especial, pero, es el comienzo de año, y no permitiré que permanezca en esta institución sin tener el respectivo tratamiento para su trastorno.

La tía de Jimin asintió, tomando con fuerza la mano con vendas de su sobrino.

―Hoy es su primer día de terapia. ―Informó ella. ―Primero un psicólogo y luego un grupo de apoyo.

Jimin sintió como su estómago se revolvía.

¿Terapia de grupo? No tenía ganas de asistir a una estupidez.

―Espero y eso, mejore la conducta de Jimin, hasta luego, señora Park. ―El director se levantó, estrechó la mano de su tía y salió de su despacho.

Su tía tenía puesta la mirada en las manos de Jimin, lo cual le incomodaba demasiado.

―Así que... Terapia, ¿eh? ―cuestionó pasando sus manos por su cabello.

―Será divertido, quien dice que no conozcas a alguien que se comunique con los extraterrestres.

Jimin soltó una pequeña risa que fue suficiente para que su tía sonriera.

―Vámonos, Jimin. Tienes que descansar. ―dijo, jalándole el brazo al muchacho.

Su tía era bastante joven y bella. Era muy normal que la confundieran como su hermana.

La convivencia entre ella y Jimin era bastante buena; ella siempre lo apoyó en todo y le tenía mucho cariño.

Jimin salió rápidamente, evitando todas las miradas de burla hacia él.

Pero luego vio al mismo castaño de esta mañana, viéndolo con asco mientras pasaba su mano por el trasero de una chica.

Entonces, recordó las palabras de la figura.

Y tenía razón, claro que era una basura.

BODY DYSMORPHIC [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora