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jueves, 2004

Las manos de Jeongguk tomaban las de Jimin con delicadeza, el menor tenía miedo de que pudiera romperse con tan solo un movimiento.

—¿Puedo ver tus constelaciones? —susurró, jugando con sus dedos. Jeongguk sintió como su estómago se revolvía.

El chico subió las mangas de su suéter. Miró con horror como las manchas aparecían.

Diminutas manchas en sus brazos.

—Jimin, por favor no lo hagas más. —rogó, apretando el agarre.

—Pero, yo solo... —Sus ojos negros se cristalizaron. —Yo quiero ser bonito. Con estas manchas no se puede, las constelaciones las cubren.

Los ojos de Jeongguk se ubicaron en los brazos de su amigo. No había ninguna mancha.

—No hay nada, Jimin.

—Sí, sí que las hay. —jugueteó con las mangas de su suéter y luego miró los hipnotizantes ojos de Jeongguk. —Ellos dicen que estoy enfermo.

—¿Quiénes?

—Los niños del colegio.

El más alto se acercó un poco más, acariciando con delicadeza la mejilla del chico. Una vez que notó como el chico se relajaba ante su toque, le abrazó.

—Eres bonito, Jimin.

—¿En serio?

—Sí, eres precioso.

Jimin se sintió lindo, pero no precioso. Pues una voz en su cabeza le repetía lo horrible que era, y su mente solo le mostraba las manchas que se esparcían por todo su cuerpo.

BODY DYSMORPHIC [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora