-"que extraño"- pensó.

Se acercó poco a poco a la puerta comenzando a abrirla. Cuando iba a preguntar si había alguien una mano apresó su brazo con fuerza arrastrándola hacia el interior del apartamento. Unos labios se posaron sobre los suyos mientras que un brazo rodeaba su cadera y la otra sujetaba su muñeca con firmeza pero sin hacerla daño. Fue a decir algo pero introdujo la lengua en su interior comenzando a explorar cada centímetro de su boca topándose con la suya. Tenía los ojos abiertos como platos y notaba su rostro caliente, seguramente se había sonrojado. No sabía exactamente quién la estaba besando pero aquella invasión de la intimidad no le gustaba nada en absoluto. Levantó la rodilla propinándole un patada en la entrepierna, notó que su amarre se había aflojado pudiendo separarse tanto de ese cuerpo como de esos labios. Encendió la luz de la entrada descubriendo a un hombre alto, guapo, de pelo negro y algo revuelto. Su camisa estaba abierta dejando al descubierto unos abdominales ligeramente definidos. 

-"¿¡Quién cojones es este!?- se preguntó Atenea mientras se limpiaba la boca pero sin apartar la mirada de él

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-"¿¡Quién cojones es este!?- se preguntó Atenea mientras se limpiaba la boca pero sin apartar la mirada de él. 

-¿Quién eres?- preguntó casi en un gruñido mientras se incorporaba

-¿eh?

-Te pregunté que quién eres- repitió algo molesto

-Mucho te importó cuando comenzaste a besarme- replicó molesta, algo sonrojada. Sus pulsaciones estaban aceleradas. 

Se colocó la camisa comenzando a abrochársela- Creía que eras la chica de antes

-¿La chica de antes?- murmuró. En ese momento se acordó de la chica con la que se topó antes- pues muy bien no la debiste de tratar porque andaba medio llorando.

Aquel chico estaba molesto, Atenea podía notar cómo esos ojos claros le traspasaban haciendo que un escalofrío recorriera su espalda. 

-¿Quién eres y qué haces aquí?

-Vengo a recoger las cosas de Hideki- respondió algo nerviosa por aquel beso.

-¿Hideki?

-Si, el hermano de Aaron- le miró con curiosidad- Eres su compañero de piso, ¿no?

- Sus cosas están al fondo del pasillo, la última puerta- echó a andar desapareciendo por la puerta que quedaba a su derecha. 

Comenzó a andar por el pasillo lentamente, vio que él estaba sentado en el sofá viendo la tele dándole la espalda. <<Que grosero>> pensó Atenea. Se dirigió al fondo del pasillo entrando en la puerta que quedaba a su derecha. 

<<Debe ser la habitación de Aaron>>- pensó al ver un colchón en el suelo junto a la cama. Encontró una maleta de color azul clara preparada junto al escrito que estaba lleno de libros. Cogió los libros que había en la mesa metiéndolos en su mochila, agarró la maleta y se dirigió a la salida. Él no dijo nada, siguió sentado en el sofá. Salió por la puerta cerrándola tras ella. 

______________

 Cuando el reloj dio las siete y media. Llamaron al timbre.

-Ya voy, termina de poner la mesa

-Vale- dijo Atenea

-Hola Hide- dijo su madre alegre- que ilusión me hace verte ¿qué tal en la escuela?

-Bien. 

Cuando apareció por la puerta Atenea se acercó a abrazar a su hermano dándole muchos besos en la mejilla. Aquello hizo que se sonrojara.

-Ate, ya para- dijo intentando huir de sus besos

-No- le dio  un beso en la punta de la nariz

-Ya- la empujó deshaciendo el abrazo.

En ese momento notó que le daban una colleja, Hideki se quejó del dolor.

-¿Y eso a que viene?- preguntó a su hermana molesto y dolorido por el golpe.

-Eso por hacerme ir a por tus cosas a casa de Aaron

-Será tonto- dijo mientra se dirigía a la mesa molesto- le dije que lo recogería mañana

-Ya pues ta claro que no te ha hecho caso- se sentó a su vera en la mesa

-Para variar

-Por cierto- una sonrisa malvada se dibujó en el rostro de Atenea- que mono estás con uniforme 

El rostro de Hideki se puso rojo (en ese momento iba con el de deporte)- ¿Q-qué dices?

Ella le enseñó la foto que le mandó Aaron su primer día de clase.

-Eres tan mono que dan ganas de comerte a besos hermano- dijo ella entre risas

Hideki intentó quitarle el teléfono para borrar la foto que le había hecho Aaron. Pero por mas que lo intentaba no lo conseguía. 

-La pienso guardar como recuerdo- dijo con maldad mientras  bloqueaba el móvil, lo fue a guardar en el bolsillo del pantalón pero al ver la mirada de determinación de su hermano se lo guardó en el sostén. 

La cara de sufrimiento que puso Hideki hizo que su hermana comenzara a reírse

-Tranquilo que no se lo enseñaré a nadie

-¿Seguro?

-Solo a mis amigos

-¿¡Eh!? eres cruel Ate- dijo haciendo un puchero.

-si si si lo que tu quieras.

De repente abrazó a su hermano- te echado mucho de menos Hide. Se apartó de ella con una pequeña sonrisa en los labios.

-Yo también Ate. 

Al acabar la cena y de recoger los platos subió Atenea a su habitación tirándose encima de la cama. Dejó a su mente divagar y en ese momento se acordó de aquel beso tan apasionado que le había dado el compañero de su hermano. Se llevó los dedos a los labios. 

"Eran muy suaves,....carnosos.....sabía muy bien"

El rostro de Atenea se tiño de rojo al darse cuenta de que, en cierto modo, estaba añorando saborear de nuevo aquellos labios. Se hizo un ovillo en la cama cayendo en brazos de morfeo. 

Adicta a tus besosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora