Capítulo 41

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"Faltan ocho días"

Estoy desesperada, no sé que voy a hacer con la angustia que no me deja en ningún momento del día. Ámber no me llama, no viene a verme. Sé que ella se hará cargo de todo, que sacará a Harry libre de esto y que podremos preocuparnos de otras cosas más importantes pronto, pero esto de no saber nada y quedarme de brazos cruzados está matándome.

Tal vez Harry le pidió que no me contactara, tengo la tentación de marcar su número celular para ver si me contesta, podría calmar mi ansiedad pero también podría arruinarlo todo aunque no sé cómo exactamente. Tampoco sé cómo voy a decirle todo lo que no le he dicho a Harry por miedo a su reacción, por no saber cómo decirlo sin hacerle aun más daño, no se puede, no hay forma y ahora lamento no haberlo dicho antes, va a enfadarse porque no se lo dije, pero no tenía otra opción, estaba tratando de protegerlo de cierta manera. No tiene porque sufrir por cosas que ya fueron, que ya sufrió y que no tendrían por qué volver a causarle dolor.

—¿Qué tanto piensas, Heather? –la señora Becher corta mis pensamientos. Volteo a verla y le doy una pequeña sonrisa que intento sea tranquilizadora.

—Los dos días que estuve fuera, me arrestaron. Estuve encerrada en la comisaría hasta que pensé que Ámber me había sacado. Es amiga de Harry y es abogada –desvío la mirada y sigo secando los trastes que acabo de lavar—. Me saco de ahí.

—Eso no se escucha muy bien —dice sin ánimo mientras trata de pensar rápido en algo que pueda hacerme sentir mejor.

Antes de que lo haga dejo el último plato en la alacena y el trapo con el que estaba secando sobre la mesa. Tengo que hacer lo que pueda, en lo que realmente puedo ayudar, necesito saber otra pista, tengo que obligarme a dormir. Son poco más de las cuatro de la tarde, el cielo está nublado y sigue nevando, puedo cerrar las cortinas y recostarme hasta quedarme dormida, tengo que intentarlo.

Subo las escaleras hasta mi habitación y entro hasta el fondo, cierro las cortinas y me dispongo a darme un baño caliente. Entro al baño de alado y cierro la puerta, empiezo a quitarme la ropa y antes de terminar abro la llave de la tina, pongo el tapón para que empiece a llenarse y agrego jabón líquido. Me siento en la orilla y empiezo a desenredar mi cabello con el cepillo lentamente hasta que termina de llenarse de agua caliente la tina, entonces cierro la llave y las cortinas de la pequeña ventana, apenas logra entrar un poco de iluminación, la suficiente para no quedar a oscuras pero también para poder relajarme.

Me introduzco en la tina y me siento hasta recostarme completamente, tomo una gran inspiración, cierro los ojos y empiezo a tratar de relajarme, y aunque parezca imposible lo logro poco a poco, pensando en todas esas pequeñas cosas que me gustaría hacer algún día, que haré algún día.

Es reconfortante saber que aún tengo motivos y deseos por los cuales seguir adelante y levantarme cada mañana. El primero por ejemplo, el primero que se me viene a la mente, es Harry despertándome a besos en todo el rostro, sonrío de lleno al recordar la sensación mientras la emoción y la alegría llena mi pecho. Lo segundo, sería viajar a muchas partes. Lo tercero, ir a la universidad y hacer amigos, conocer gente, salir y disfrutar mi juventud. Cuarto, trabajar, seguir ganando mi propio dinero y comprarme un nuevo auto.

Cómo deseo abrazarte, Harry.



[...]





Estoy un poco confusa. Todo se ve de manera extraña.

Entra de una manera escandalosa y furiosa a la casa de Kristen, creo que hasta rompió la puerta para lograrlo. Aron no ha visto a Kristen desde que la reprendió por matar a cinco personas, no sabe dónde está y tampoco que ha estado haciendo, pero ella no está ahí.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora