Capítulo 21

4.5K 413 36
                                    

Dedicado a: Maryanella-Bamba

Despierto de golpe. Un dolor en la parte superior de mi cabeza me abruma en el segundo en el que me siento sobre la cama en acto reflejo al apenas abrir los ojos. No reconozco este lugar, no tengo idea de lo que va a pasar ahora que desperté; de repente, un sentimiento de perdida se apodera de mi pecho, un pequeño nudo débil se instala en mi garganta y un escalofrío me recorre la espina dorsal en ese momento. La luz de afuera me hace saber que Evan me durmió toda la noche, desde aquí puedo ver el clima a través de la ventana, es de día y está nublado.

Todos mis recuerdos pasan como en un torbellino dentro de mi cabeza.

No puedo creer, que después de todo me lo haya tragado. Todo ese cuento del chico sensible debajo de la lupa escrutadora del pueblo entero, ese blando caballero dentro de una armadura de acero, un muy experto mentiroso y un excelente actor, una mente maestra y manipuladora escondida detrás de una sencilla máscara.

Siento que voy a explotar en este preciso instante.

No quiero que el dolor me domine en vez del coraje, la frustración toma un lugar en mi sistema y controla la indecisión del debate entre mi corazón y mi mente. Mi corazón disuelto en ácido tortuoso y doloroso se siente ultrajado, de una manera tan desgarradora; desde la muerte de mi papá es que no sentía este agujero inexistente ocupar el lugar de mi corazón, se siente engañado, se siente como que todo podría terminar ahora mismo. Y mi mente indignada e incapaz de dejar que algo así vuelva a ocurrir consuela a mi corazón, convenciéndolo de remplazar este dolor que no me deja respirar por algo más fuerte, algo como el orgullo y el coraje combinados.

Parece una buena idea.

Llevo mis palmas hacia mis ojos y me los cubro, suelto un quejido débil y lastimoso sólo para darle comienzo al torrente de lágrimas que han empezado a salir de mis ojos y empapar por completo mi cara, me acuesto sobre la cama una vez más y arrugo la almohada con mis manos y mi cara puesta en ella, vuelvo a soltar más quejidos, casi susurros ahogándome, no quiero llorar así, no debería llorar así. Quiero detenerme pero ahora es incontenible, el dolor crece a cada instante en mi pecho, siendo tan intenso y demoledor como nunca antes lo había sido.

Y para mi tortuoso ánimo, recuerdo aún más allá de las palabras vacías y destructivas de un amor que no comenzó, recuerdo también cómo mi madre me despreció y me mostró la verdad después de tantos años añorándola, los gestos en su rostro, su expresión impasible, y su corazón conectado con el de otra persona que ya está muerta. Todas esas veces en las que pude haber hablado, en las palabras con las que pude defenderme pero por más que hacía jamás pronuncié, nunca pude hacerle daño al que debió ser el primer amor en mi vida, nunca pude lastimar a mi madre por más que lo mereciera mientras que ella sólo se dedicaba a encararme mis errores como si fuera su trabajo, lastimándome con sus palabras y con el veneno injustificado de su corazón.

No es hasta que llego a la muerte de mi padre cuando subo el volumen de mis lloriqueos ilimitados del dolor en mi alma, empiezo a sollozar en silencio mientras me permito enrojecer aún más mi rostro tallándolo con mis palmas repetidas veces.

"No llores, idiota." me repito innumerables veces.

Estoy desecha, de todas las maneras posibles, siento que mi cabeza va a estallar, cientos de punzadas dolorosas presionan dentro de mi cabeza hasta que me duela con siquiera con abrir los ojos, mis ojos están tan hinchados que siento que van salirse de sus órbitas, mi garganta me arde y mi boca sabe amarga, tengo ganas de dormir, muchas ganas de dormir; estoy tan cansada, las lágrimas han adormecido mi cerebro y el dolor de cabeza no piensa dejarme hacer nada, ni por lo menos levantarme.

El Ángel De La Muerte | H.S | COMPLETA | (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora