XL UN PERRO NO MUERDE LA MANO QUE LO ALIMENTA

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-          Mi papá no sabe nada de esto, se moriría de vergüenza

-          Lo sé, nadie aquí sabe nada, basta que yo diga algo para arruinar tu vida y regreses a esa horrible prisión en la frontera, si es que no te mata antes la familia de esa jovencita, Marcela, pobrecita, hasta tu pequeña hijita cargará con la vergüenza de un papá presidiario

-          Señora, se lo ruego no diga nada

-          Por qué he de no hacerlo?

-          Haré lo que usted me pida

-          Eso era lo que yo quería escuchar, las palabras mágicas para tu salvación

-          Qué quiere

-          Quiero que pongas esto en el dichoso café de Izaguirre

-          Qué es

-          Veneno

-          Lo quiere matar? Qué le ha hecho

-          Eso no es de tu incumbencia, vamos a dejarlo en que me está estorbando su presencia, lo necesito muerto, y para mañana

-          Señora yo no soy un asesino, jamás he matado a nadie, el Licenciado me dio un hogar, me dio comida, me ayudo a estudiar no puedo traicionarlo

-          Eso no es mi problema, tú sabrás si antepones tu sentimentalismo estúpido, o tu futuro, él es un anciano, ya vivió, y ahora ya es necesario desaparezca, tu eres joven, tienes porvenir, una familia, quieres la desgracia de tu esposa, de tu hija, volver a la cárcel, o en el mejor de las fortunas, que tu suegro te mate

-          Qué me ofrece además del silencio, claro

-          Bueno, te ofrezco el doble de la recompensa, mil monedas de oro, para que te largues de esta ciudad con tu familia,

-          Señora la vida de un ser humano no vale eso, lo siento pero por mil monedas de oro no pienso matarlo ni a él ni a nadie

-          Eres un perro, cuánto quieres

-          Tres mil monedas

-          Bien lo decía mi papá, todos tienen un precio, mayor o menor, pero lo tienen

-          Tres mil monedas o nada

-          De acuerdo, si es ese tu precio, de acuerdo, pero lo quiero muerto a más tardar mañana

-          Qué tengo que hacer

-          Poner una cucharadita de esto en su café, no tiene sabor alguno, le causará un infarto, y con eso de que ya está viejo, nadie va a pensar que fue causado, los viejos mueren de eso,

EL ALMA QUE ACOMPAÑA A LA MUERTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora