VITAM MEAM ODI

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Capítulo I


ODIO MI VIDA


Me encuentro caminando por los pasillos de Hogwarts, voy a la oficina del director Snape ya que para mi desgracia me mandó llamar para no sé qué cosa bueno tal vez si se pero haber qué culpa tengo yo de que mi maestro de historia mágica sea un señor viejo y además que su clase me arrulle y sea más fácil dormir. No es mi culpa. Ya llegue y como siempre antes de tocar te llaman a pasar.

- Adelante, señorita.

-¡Le juro que no es mi culpa en lo absoluto!- entro a la oficina de Snape, causando que me mirase con una cara de estupefacción ante mi repentina entrada, al parecer no es el único presente en la oficina pues logro escuchar una risilla burlona detrás de mí. ¡Oh mi Dios! A quien me encuentro es nada menos que Draco Malfoy, no lo pienso dos veces y saco mi varita y lo apunto, a la espera de que ataque.

-Baja esa varita te harás daño, únicamente conseguirás causarte daño no queremos que eso pase- comenta ante mi repentina acción. Pero este hijo de la vecina que se cree y el director Snape solo nos observa ósea que honda. Esto solo me lleva a pensar que se nos volvió a cambiar de bando.

- ___ querida baja esa varita, el señor Malfoy no hará nada estúpido, adema que estaría fuera de lugar.

-¡Pero es un traidor!- espetó sin más, ganándome una mira muy fea de parte de ambos.

-Deberías hacerle caso. -Contesta burlón el hurón de Hogwarts

-Tú cállate que no vez que estamos hablando los mayores. – Termino con burla, porque mi especialidad es sacar de quicio a las personas. Snape suelta una risa por lo que le acabo de contestar a Draco, quien solo me ve con el ceño fruncido.

-Bájala. –Ordena el profesor ahora un poco más calmado. Con esa orden bajo mi varita y la guardo me siento en una silla que está enfrente del escritorio de Snape, justo a un costado del Hurón. Ya no aguanto la curiosidad y le preguntó que hago aquí.

- ¿Para que me llamó?, no creo que es por qué me duermo en las clases de historia mágica o ¿sí? - digo levantando una ceja.

-No, no estás por esa razón.-Lo dice mientras se sienta al lado de mí, mientras me mira y sonríe como si fuera un violador.

- Tienes razón ____ no estás aquí por eso.

-¿Entonces?- pregunto mas confundida ahora que antes de haber entrado en la oficina.

-Como ya se les fue comunicado estamos manteniendo la paz con los mortifagos restante, realmente con los más inofensivos, para prevenir próximas guerras en el mundo mágico.- Responde dejándome más confundida.

Lo cual solo causa un asentimiento de cabeza, es verdad se comenta el chisme que los mortifagos más fuertes y que no están de acuerdo con la paz con los magos, por consiguiente con los no magos, son llevados a juicio y recluidos en Azkaban. Pero como lo he dicho son solo rumores.

- Para mantener la paz entre ambos mando el señor Malfoy y yo creemos que la única solución, además la más sensata es que consumemos este acuerdo con un matrimonio, donde nazcan niños, que mantengan La Paz entre ambos bandos.

-¡Verga! - lo dije sin pensar-Bueno, eso no explica ¿yo que pinto aquí?, Pero bueno quién será la pobre desafortunada.- Comento mirando a los ajos a Draco quién solo se le hace más grande la sonrisa, contestando sin bacilar.

-TÚ - lo dice como si nada el rubio teñido, y es que no es normal ver un tono de cabello como el suyo, apuesto a que se lo decolora.

-¡Perra Madre!, ¿yo por qué?- termino de preguntar y es que aunque fuese una broma, no me la merezco, aun tengo cosas que hacer, molestar a mis compañeros de clases, enfadar a mis profesores.

-Porque así se ha decidido.-cometa Snape exasperado.

-Habiendo tantas mujeres en esta escuela, ¿Por qué me toca a mí?- Ya no aguanto más exploto por el enojo que siento en estos momentos.

-Así se deicidios serás mi mujer.- sonríe triunfalmente con su estúpida cara de satisfacción.


-¡Quisieras!, pero eso no va a suceder ni aunque me paguen.

-No estés tan segura, porque esta situación está por verse. –Comenta con chulería Malfoy.

-Permítenos hablar a solas Draco, espérala afuera de mi oficina. – Pide Snape.

-Está bien, no tardes mi amor.- Sonríe cual cínico, estúpido Malfoy, se dispone a salir no sin antes darme un beso en la mejilla, hijo de su mama.

-Pero qué clase de broma es esta profesor Snape.- comento ya entre asustada y enojada.

-Lamento informarle que no es una broma, señorita usted contraerá nupcias con el señor Draco Malfoy, esto es para sella la alianza entre ambos bandos. No es una decisión que dependa de mi ____, proviene de parte del ministerio, lamentablemente solo me apego a la orden del ministerio.

-No lo haré, no me pueden obligar a hacerlo- contesto histérica, por la injusticia que se está cometiendo.

-Lo hará, se lo aseguro porque si no, pondrá en peligro la vida de miles de personas dentro de ambos mundos, en especial la de su hermano pequeño y ambos queremos que eso no suceda verdad.- termina con una amenaza, lo que me lleva a solo asentir con la cabeza.

-¿Ahora que procede profesor?- comento mas resignada, tragándome las groserías y malas palabras que quiero soltar.

-Se graduara de Hogwarts en este mismo instante- Me entrega como una especie de certificado o algo así.- Dejará las instalaciones de Hogwarts y se irá a vivir a Malfoy Manor.

Asiento con la cabeza y salgo como odio mi vida, nada de esto puede empeorar. Pero como la mala suerte me acompaña en cuanto salgo y parto camino a mi habitación por mis cosas Draco me sigue y me toma de la mano.

-¿Pero qué te pasa?- Trató de sacar mi mano de su agarre, pero no puedo lo único que consigo es que me agarre más fuerte.

-No trates de evadir mi tacto nunca más me oyes.- Bueno y es que como no escucharlo si me grito en la cara, pero de mi parte solo lo ignore y seguí caminando, pues quien se cree para decirme eso. Nos hemos parados y me pone contra la pared así mismo quedando frente a frente.- No me vuelvas a ignorar ni a evadir mi tacto... entiendes ahora eres mi mujer y si yo te quiero tocar te voy a tocar.

-¡Suéltame!, quien te crees para ordenarme cosas.

-No me hagas enojar, no te gustara eso te lo aseguro.- Me dice amenazadora mente.

-¡Que suéltame maldito!- trato de empujarlo pero no consigo nada, solo que me observe con mas enojo.

-Te tendré que enseñar a respetarme.- susurra mientras niega con su cabeza.

-¿pero que mier...- No pude terminar de hablar ya que me estaba besando y no se lo estoy siguiendo y se enojo porque me mordió el labio y introdujo una mano por debajo de mi falda agarro mi muslo y lo estrujo hasta que abrí mi boca para su lengua y le seguí el beso. Esto causando un gran conflicto en mi mente pues ahora mismo debería estar empujándolo par que me deje en paz, no siguiéndole el beso.

Además de que me está forzando a hacer algo que no quiero, y eso es un delito, aunque ahora el ministro de magia no va a interferir en nada, si el mismo ordeno que me casara con Malfoy, es algo que nunca perdonare, pero cumpliré para mantener con vida a mi hermano.

Odio con todas mis fuerzas a Malfoy por lo que está provocando, aunque ahora mismo no sé qué es lo que odio más si mi vida en general, o a él en particular, lo único seguro en mi es que siento odio y uno muy grande. 

DESPUÉS DE LA GUERRA - DRACO MALFOYOnde histórias criam vida. Descubra agora