|4°| Capitulo.

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"...Necesito escapar, correr... No quiero que ellos me encuentren. Mis pulmones, gritan por aire, pero no puedo parar tengo que seguir. No soporto más. Mi cuerpo me exige que debo parar.

La única opción que tengo es ocultarme. Divise, alrededor, me hallaba en un bosque ¡Ahg! Los escucho, están cerca, vienen por mí. Me obligo a continuar. Descanse mi espalda, en el tronco del árbol. Los oí de nuevo, gruñidos, estaban enfadados.

Quiero huir, pero ya es tarde. Me tienen rodeada. Cierro mis ojos , no es real, los abro ¡Mierda! Estoy desesperada. Las observo, enormes, medianos y pequeños; con cuernos, zarpas y colmillos, peludos y desfigurados. Eran demonios. Están hablando, dentro de mi cabeza << ¡Eres mía! >> << ¡Pronto serás una de los nuestros! >> << ¡Nuestra Princesa! >> 

Siento escalofríos. Me están acorralando ¡Esto no es verdad! ¡Ellos no existen! ... "

Desperté.

Grito de dolor.  Mi cuerpo, esta hirviendo. Mis músculos se retuercen.  Estoy cubierta de sudor. Arqueo mi espalda, para aliviar el sufrimiento. Pero no funciona. Me queman, los malditos grabados, de mis manos y lomo. Las eh tenido desde que cumplí los 15 años, no tengo idea alguna, de lo que significan o son. Solamente que me causan una agonía dolorosa. Lagrimas, recorren mis mejillas. Siento que están atravesando, la carne de mi figura, con cuchillas. Son constantes punzadas. El fuego, escose dentro de mí. Me estoy ahogando, tengo que respirar.

Trato de convencerme. Soy fuerte, el ser débil, no me llevara a nada. Muerdo la carne interna, suave y tierna, de mi mejilla, para no gritar. Clavo los codos, en mi colchón, y me ordeno a levantar. El dolor, me invade. No me importa. Me paro, muy lento, temiendo que el menor movimiento me cause mas daño.

Gemí de frustración. Me sostuve del marco de la puerta, del baño, me dirigí hacia el espejo del tocador. Mis ojos, inyectados en sangre, mis labios secos y rasgados, mi piel pálida y mis cabellos pegados a mi rostro, por la transpiración.

Mire mi pijama, estaba cubierto de sangre. Con mis manos temblorosas, sacándome la camiseta desgastada, me estremecí; ya que el sudor y la sangre seca hizo que se pegara a mi piel. La deje caer. Sentí escalofríos en mi nuca. Gire mi torso y recogí mi cabello, con mi mano. Pero... ¡Que diablos! 

NO. NO. NO. NO. NO, puede ser ¡Joder! Otra maldita marca. Mierda. Mierda. Mierda. Esta vez había aparecido otro signo en el mismo sello. Una cruz.

Me faltaba el aire, contrate en respirar. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala. Inhala. Exhala.

 Pero, cada vez, que tengo una crisis; prefiero vivir en la ignorancia.

Siempre eh sabido, que no soy normal. Qué en mi hay algo, que esta mal. Un error. Eso es lo que soy.

Siento rechazo, por mi misma.

Antes pensaba que todos me odiaban, pero, la única que me odia... soy yo. Trato de darle importancia al tema, pero no encajo, ni aquí ni allá...

Princesa LegionariaWhere stories live. Discover now