35. Podríamos no sé... ¿Culiar?

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Todos estaban medios fomes este último tiempo, el Nico había averiguado como hacer para que ya no lo botara de las escaleras, pero aún así, puta que era divertido verlo caer desde el tercer piso rodando, el yelo ya ni peleaba conmigo porque pasaba más con la Crystal, el Edgarin de mi corazón estaba igual de rico que siempre, el Jaimelen que defendía con las pocas uñas que tenía y con dientes al nico cuando yo quería molestarlo y después me robaba las tallas para hacer enojar al Nicolás

Hablando de eso, nunca había entendido su relación, ni se puede llamar así, no sé si se aman demasiado o se odian con amor.

Estaba sentado en el comedor mientras todos estaban conversando animadamente, el Edgar justo no había ido al liceo y estaba sin mi yunta aburrido. Se me acercó como un gatito cuando conoce algo que no conocía antes AH CASÍ NAIKO NUNCA VAN A CONOCER ALGO QUE YA CONOCÍAN ¿O sí?

Volviendo a la weá. El Bestia se sentó frente a mí con sus ojos entrecerrados y puso la mitad de su cuerpo en la mesa para quedar más cerca mío.

──Hola, Bestia. ──Dije sin alejarme pero aún extrañado.

──Me gustai.──Me dijo acercándose un poco más y yo me puse rojo como todas las veces cuando me lo decía.

──Corrección, te caigo bien, Bestia. ──Le rodé los ojos, acaso nuestro grupo era una weá LGBT porque weón todos gays y la única mina que tenemos de mascota AAAAAAAAAAH CASI MENTIRA CRYS TE AMO MI AMOR, MI REINA LA JEFA DE NOSOTROS, NO ME MATÍS .──Tú eres hetero, weón. 

──¿Y vo cómo lo sabí? ──Iba responder y deje mi boca abierta pero de la impresión cuando dijo el aweonao ──Para comprobar podríamos no sé po... ¿Culiar?

──Nunca. 

──YA PO NAAAAIKO NO SEAI ASÍ, DAME LA PASÁ. ──Gritó.

Le sonreí cuando me di cuenta que los cabros nos quedaron mirando, miré al nico que se le cayó la comida de la boca aún mirándome, el Yelo me miró con los ojos entrecerrados y el pesho estaba ahogándose desde la otra esquina junto al Choreza que le palmeaba la espalda, el Jaime se giró mal y como aweonao se cayó, fue como en cámara lenta fue como el Jaime con una patita arriba otra con el jaime casi tocando el suelo y al otro momento el Jaime parándose ya y con ello un sonido que nos hizo a todos darnos vuelta a mirarlo y el nico sin esperar más se empezó a reír mirándole el culo, así de gay son, los shippeo.

──¿QUÉ WEÁ? ¿TE DOLIÓ? ──Le gritó entre risas el Nicolás.

El Jaime se tocó atrás y abrió los ojos al tope máximo. 

──Se-Me-rompió-el-pantalón. 

Nunca en mi vida había escuchado tantas risas de nuestro grupo y eso hermano, es es mucho decir. 

El Holy se llegó a caer de la silla y ahora estaba en el suelo agarrándose de la pierna del Jaime para reírse, hasta el mismo cascarrabias del Jaime se estaba riendo, la crystal estaba muerta de la risa igual que el Yelo que le estaba saliendo bebida hasta por la nariz, y no es chiste. Y el bestia me miraba a mí con una media sonrisa. 

──¿Vamos?

Y yo nomás, rodé los ojos con una media sonrisa negando con mi cabeza. 

──A donde tu maraca vamos a ir, Bestia. ──Le pegué un guate. ──Controla las hormonas, hermano que no soy nah un ratón de laboratorio pa que andi sacando la confusión, conchetumare.

Y de pronto mi celular sonó, avisando que alguien llamaba, cuando contesté casi me largo a llorar. 

──Naiko, mi amor. ──El edgar estaba llorando lo cual me preocupó caleta y me alejé instintivamente del Bestia. ──Falleció mi vieja, Nicolás, no sé qué hacer.

──¿QUÉ? ── Grité llamando la atención de los cabros y mis ojos se llenaron de lágrimas. ──¿Estay en tu casa? ──Dijo que sí y miré a los cabros que se acercaron a mí. ──Mi amor, voy para allá con los cabros. 

──Están en clase todavía, bebé. ──Escuché al Edgar y supuse que tenía el ceño fruncido y suspiré calmandome al toque con la imagen del Edgar en mi mente, pero al segundo al escuchar como se intentaba sorbetear los mocos sin que yo me diera cuenta me dolió el corazón pensar en su dolor.

──Dije que vamos, Edgar. ──Me levanté de un salto y les hablé a los cabros que todos pusieron carita de pena y algunos se pusieron hasta a llorar. ──Te amamos mucho mi amor, vamos altiro. 

Y todos corrimos a la sala por nuestras cosas tirandolas a la calle desde el segundo piso para después bajar las escaleras de un salto y nos quedamos mirando como ideando un plan y el Nico dividió dos grupos para pasar """""""""""""""""""Piola"""""""""""""""""

Media hora después el inspector se lo llevaba de una oreja a la oficina del director con el Jaime con su chaleco amarrado a la cintura colgado de la pierna del viejo culiáo y la Crystal con el Yelo atrás con el pelo de la Crys lleno de barro y la cara del yelo igual.

El Choreza, el pesho, el Bestia y yo suspiramos y dijimos al mismo tiempo; 

 ──"Puta que son aweonaos"

Y nos lanzamos a buscar a los cabros, el Choreza dandose como hombre muerto tomó la pelota de basquetball y le pegó en la cabeza al inspector haciendolo tambalearse para después caer de lado y el Nico lo miró y mis miró y gritó

──COOOOOOOOOOORRAN CONCHETUMARE.  

Y el clan Vionesas asesinas salió corriendo.

Mientras el Choreza se tiraba al suelo y se tocaba el pecho. 

──Vayan sin mí. 

──No hermano, en la guerra somos todos para uno y uno para todos. 

──Estaré bien, Naiko, cuida al Edgar de mi parte. ──Soltó antes de tirarse al suelo melodramaticamente y morir.

──NAIKO NO WEI MÁS AHÍ Y VAMOS, EL PORTÓN ESTÁ ABIERTO. ──Me tomó del brazo el Bestia y salimos corriendo con el Pesho siguiendo nuestros pasos hasta que una mano tomó el brazo del pesho y nos miró como "corran sin mí" y seguimos corriendo hasta llegar afuera del liceo, al ver que no había ninguna mochila seguimos corriendo hasta el paradero y ahí estaban todos mis amigos, tirados el el piso muriendo y yo... estaba igual.

Pero todo valía por mi único amor.

yeta culiáo ; JainicoWhere stories live. Discover now