34. Familia culiá.

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Caminé con cuidado de no meter ruido bajando las escaleras, cada pequeño ruidito hacía caras raras. Era de familia bajar lentamente para encontrar a algún weón haciendo weás raras, ese día justo habíamos quedado solos el Juan y yo, entonces, esperaba que la rata estuviera haciendo alguna weá. Me asomé lentamente por la pared y vi al Juan sentado en la silla de la cocina metiéndose todo el dedo en la nariz. Me aguanté la risa y saqué mi celular sacando vendidas y justo saqué una foto cuando se metió el dedo en la boca y no me aguante.

 ──CONCHETUAMRE JAJASAJAJSJAS JUAN CULIÁO. ──Casi sale disparado para el cielo con el salto que se dio.

 ──¡NICO CULIÁOOOO! 

  ──ASCO WEÓN, AS-CO. 

  ──PUTA WEÓN, NOOOO. ──El Juan casi se pone a llorar cuando vio las fotos. ──NO PO NICO NO LO SUBAI A JAIDEFINICHON.

──Nah, no la subiré. ──El Juan como que volvió a respirar. ──Lo va a subir el tío choreza. 

──NO PO WEÓN NO LA MANDIS AL GRUPO PERRO CULIÁO. ──Se me tiró encima y yo al querer correr se me subió a la espalda y me empezó a chasconear. ──TOMA PERRA. 

──SALE WEÓN, MI PELO ESTÚPIDO. 

──AJAJAJAJAJ WEÓN GAY. 

──Y VO CONCHETUMARE A MI NO SE ME OLVIDA CUANDO TE VI BAILANDO BEYONCÉ WEÓN.

Y como que eso le dio más rabia y me llegó a sacar pelo, weón me estaba muriendo con una rata atrás mío. 

──¡JUAN! ¡NICOLÁS! ──Dijo mi mamá mientras sentía la risa de la Melanie atrás de ella y mi abuela quien decía 

  ──Apuesto por la ratita, mi niño está perdiendo. ──Como que se lamentó. ──Veinte lucas a la rata. 

──¡MAMÁ! ──Gritó mi vieja y como que nos miró. ──Veinte al Nico. 

──¡VIEJA! ──Dije mientras la Melanie apostaba cuarenta para mí. 

Di vuelta mi mano tomandolo de la cintura y lo di vuelta haciendo que se cayera de mi espalda y me senté en su estomago riendome y le tome las manos haciendo que se pegara a si mismo mientras pataleaba debajo mío.

──Pa que te pegai, Juan. ──Me reí mientras mi abuela tiraba chuchás y mi mamá junto a mi hermana me pasaban cuarenta lucas por ser un puto Dios.

──Amor...──Mi papá como que nos miró y miró a mis amores y a mi abuela que no me tenía fe y suspiró. ──¿De nuevo me la perdí?

Todos asentimos y mi papá como que pisó el suelo fuerte, igual que un pendejo. 

  ──Gracias por las cuarenta lucas, Juan gay pobre. 

──Maraco. 

──Pero con cuarenta lucas que vo no tení, ratita. 

El weón me miró e hizo como esas weás que hacen los gatos cuando se enojan y me tiró un manotazo. 

  ──Eri rata, Juan. No eris un gato. 

──Sí po culiáo, acá la gata soy yo. 

──¿Gata? ──Dijo mi mamá mirando a la Melanie quien asintió. 

──Sí, una gata. 

──Una gata...

 ──Fiera. ──Dijo mi abuela intentando bailar reggueton.

 Al final fui a guardar la plata y al llegar arriba sonó el timbre y ni cagando bajaba de nuevo a ver quien era, además ninguno de los cabros me había avisado y lo más seguro es que fuera el weón de la luz o el agua, así que fui a mi pieza y me agaché para guardar la plata asegurada en mi cajón. Cuando sentí unas manos en mi cintura y me hicieron saltar y darme vuelta con un manotazo que le pegó en la cara a un weón con rulos medios castaños rojizos y casi me muero.

 ──CONCHETUMARE, JAIME. 

   ──Oh, weón. Mi nariz.  ──Dijo tirandosé a mi cama tapandose la nariz y yo me senté a su lado aún con la mano en su cara el weón como que me miró.  ──Ven para acá weón. 

  Y como arte de magia le dejó de doler la nariz y me tiró para quedar encima de él y apoyó su nariz en mi cuello. 

   ──Jaime culiáo.

──Nico, te extrañé tanto. ──Me dio un beso en el cuello. ──Extrañé tu piel, tu olor. Te amo. 

──No digai eso. ──Casi me morí de pena al no poder decirle que lo amaba. 

──¿Me amai?  ──Preguntó. 

Me quedé callado, pero como respuesta antes que se diera cuenta lo que significaba mi silencio, lo besé, le hice cariño en el pelo mientras él me subía un poco de donde estaba haciendo que nuestros cuerpos se rozaran y yo, como adolescente caliente, gemí y el Jaime bajó sus manos a mi trasero apretandolo mientras yo le hice cariño en la carita y en su barba que estaba creciendo. 

──Ay weón, son tan shippeables. 

Sentí una voz y me levanté de la cama corriendo mientras el Jaime solo giró la cabeza. 

──Hola, nona. ──Le dijo a mi abuela mientras ella entraba a la pieza y me miraba.

──Hola, Jaimelito. ──Se acercó a mí y dijo. ──Negrito, vaya al baño a arreglar eso mientras yo hablo con el Jaimito. 

──¡Abuela! ──Dije rojo mientras el Jaime se reía y se sentaba como indio.  ──Me voy. 

──Ay, mi niño, con usted quería hablar.  ──Dijo mi abuela antes de que yo saliera de la pieza al baño. 

Lo más seguro es que le diera una charla de sexualidad. 

Pero ahora, mi problema era en los pantalones. 

Perro culiáo, me tocó super poco y estoy con todo el pico parado.

Suspiré sintiéndome súper mierda.

yeta culiáo ; JainicoWhere stories live. Discover now