yeta culiáo ; Jainico

32. Fue solo calentura.

El grupo aunque se había distanciado demasiado para mi parecer a lo que era antes seguía siendo unido para salir a tomar, y carretear, ahora estábamos todos en la misma plaza de siempre con la diferencia que yo iba acompañado del Iván y todos nos quedaron mirando como si tuvieramos un pico tatuado en la frente.

──¿Tú eri el weón del nico? ──Abrí los ojos de pura impresión y sonreí de lado al recordar la weá que le había dicho al Jaime quién ahora se estaba mirando las uñas pero se notaba que tenía la oreja parada.

──Uy sí, en Nico es mi sempai. ──Me puso los brazos en los hombros y me dio un beso en la mejilla que me dejó más confundido de lo que estaba antes.

Los cabros se cagaron de la risa y yo le seguí el juego pasando mi brazo por su cintura y apretandolo a mí.

──Es el amor de mi vida. ──Le besé la mejilla cuando todo el grupo, hasta la Crystal y la Tamara hicieron "owwwww"

──Me dan asco los maricones. ──Soltó el Jaime, y siguió caminando hacia la casa de el weón del carrete.

──Sigamos a jaimapa. ──Volvimos a caminar cagados de la risa y los cabros recordándole al Iván la falta que hacía en nuestras vidas, o en los juegos.

Cuando llegamos al carrete todo se dispersaron estaban tocando reggueton culiáo asqueroso y cuando quise tomar bebida de la cocina se me cayó toda en la ropa por un weón que me empujó.

──Puta la weá. ──Bufé caminando a una pieza que estuviera desocupada y entré.

Estaba el Jaime acorralando a una mina en el rincón con la mina tocandole el pico y lo único que salio de mí fue un "conchetumare perdón, sigue tocandole la pichula tranquila."

Me dolió ver esa weá, abrí con cuidado la otra puerta con una mano en los ojos, cuando no vi a nadie suspiré pero al segundo después una mano se puso en mi boca y me agarró de la cintura haciendome entrar en la pieza y pensé.

"CONCHETUMARE ME VAN A VIOLAR POR LA CRESTA ESTO PASA POR NO PRESTAR LA RAJA ANTES A ALGUIEN ME VA A DOLER MÁS QUE LA CHUCHA" y me dio vuelta.

──¿JAIME? QUE WEÁ ENFERMO CONCHETUMARE.

──Perdón, perdón. ──Me acorraló en la misma puerta. Estaba demasiado cerca mío y cuando menos me lo esperé me besó.

mE BESÓ DESPUÉS DE QUE BASICAMENTE ME HAYA DICHO QUE ME ODIABA EL CONCHETUMARE.

Igual le seguí el beso poniendo mis brazos alrededor de su cuello y él tomó mis caderas levantándome y me apoyó en la pared dando un pequeño salto para acomodarme que me hizo soltar un pequeño gemido entre su boca y sé separó de mí y me miró con una sonrisa ladeada.

──Nico, me encantai...

Sentí como si mi cuerpo reviviera después de esas palabras y yo pasé mis yemas por su rostro acariciando y él como un pequeño gatito se acurrucó en mi mano.

──Tú también me gustai, mucho.

Él me miró y caminó conmigo en sus caderas hacia la cama, y me dejó acostado ahí y pasó sus manos por mis piernas y levantando la polera con su otra mano iba besando mi abdomen hasta que hizo que me sacara la polera y beso mis labios.

──Mira como te tengo. ──Dijo él con una burlona sonrisa en su cara y me puteé internamente por ser tan aweonao. ──Ya se me pasaron las ganas.

Y se paró caminando lentamente hacia la salida, quizás esperando que lo detuviera quizás pero yo mientras me ponía mi polera y me acomodaba el pico le solté las primeras palabras que mi modo de defensa soltó.

──Por lo menos ahora fue mutuo. Yo también me quité la calentura. Mhhh, nah. Ni me calenté con vo, amigo. ──Le puse una mano en el hombro y salí antes que saliera de su mirada atónita y me pegara un buen combo.

Y fui a buscar a alguno de mis amigos.