Carpe Diem

1.4K 87 9
                                    

Siempre quise correr, sentir el viento en mi cara, vivir la sensación de velocidad en cada fibra de mi ser... Sin embargo, un trono de hierro con dos ruedas viejas me mantienen anclado al suelo, a esta triste dependencia, a no poder cumplir uno de mis muchos anhelos. Es frustrante... Y triste, muy triste. Querer levantarte y no poder, querer alcanzar un objeto y caerte, depender siempre de alguien, privado de tantas cosas... En más de una ocasión he pensado que acabar con todo no estaría tan mal... Luego me doy cuenta que la vida es un don, y por el mero hecho de no poder andar, no quiere decir que no pueda ser feliz. Sé que con esfuerzo y perseverancia puedo conseguir lo que quiera, no soy menos que nadie, no me siento inferior, tengo las mismas posibilidades. Por todo ello me voy a embarcar en un viaje sin retorno, en el que voy a experimentar cosas jamás imaginadas. Solo quiero que si no hay noticias sobre mí en un plazo de diez años, este escrito salga a la luz, y el que lo lea sienta que puede hacer lo que se proponga, que nunca debe desfallecer, nunca rendirse. Y la mejor manera para empezar es tratar de sonreír... Simplemente sonreír y mirar al futuro con otros ojos. Porque la vida es breve y no hay tiempo para estar triste.

Vuestro cordial amigo,

C.D.

18/12/2003

Terror a media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora