No salude con sombrero ajeno

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Generalmente a los seres humanos nos gusta recibir elogios de admiración, y esta bien recibirlos cuando los merecemos por méritos propios, lo malo sería aceptarlos cuando no los merecemos...

Mientras predicaban el evangelio, cierto hombre estaba sentado, imposibilitado de los pies, de nacimiento, jamás había andado, Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe para ser sanado, dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies, Y él saltó, y anduvo, Entonces la gente, vio lo que Pablo había hecho, y alzaron la voz, diciendo en lengua licaónica: Dioses bajo la semejanza de hombres han descendido a nosotros, a Bernabé llamaban Júpiter, y a Pablo, Mercurio, porque éste era el que llevaba la palabra, Y el sacerdote de Júpiter, cuyo templo estaba frente a la ciudad, trajo toros y guirnaldas delante de las puertas, y juntamente con la muchedumbre quería ofrecer sacrificios, pero al ver eso Bernabé y Pablo, rasgaron sus ropas, y se lanzaron entre la multitud, dando voces y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a ustedes, que les anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay. Hechos 14:7-15

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, 1 Timoteo 2:5

Robin Alexander.

El Gran Alfarero. 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora