La mujer con flujo de sangre

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Que grande la fe de esta mujer...

Pues de antemano creía la mujer en su mente que al tocar al Señor se sanaria, su hemorragia y cuando Jesús pregunto: con autoridad ¿quien me ha tocado?
¡Porque poder a salido de mi!

Ahí al quedar al descubierto
pero para su sorpresa, ahí recibio la confirmación de su fe, por la cual habia recibido la sanidad que por tanto tiempo, y por diferentes medios había buscado...

Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado, Y la mujer fue salva desde aquella hora.
Mateo 9:20-22

Porque sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Hebreos 11:6

Robin Alexander.

El Gran Alfarero. 01Donde viven las historias. Descúbrelo ahora