Oscuridad

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Había llegado a casa, luego de una dura tarde en busca de un nuevo trabajo. Lo vi bajar por las escaleras, con su clásico pijama (el cual consistía en un par de calzonsillos y una remera). La sonrisa de oreja a oreja, como siempre la había visto.

Lo saludé con un beso en la mejilla y luego me dirigí a nuestra habitación. Aunque no se notara, discutimos hace dos días y dejé de dormir con él. Cambié mi ropa por un pantalón holgado y una remera holgada. Entró por las puertas de la mismas y comenzó a reír.




—¿Qué?—pregunté.

—Con eso puesto, no lograrás que te pongan un dedo encima...—dijo.

—¡Ey! ¡Se que adoras mis pijamas!—respondí.

—Si, tenes razón, pero aún así...—rió.

—Pues déjame decirte que no tengo intenciones de provocar algo en vos.—me acerqué a él, besé su frente y solo me retiré de su habitación, yendo a la mía.


...

Tiempo después él ya se había dormido y yo aún no podía conciliar el sueño, justo ésta noche, una noche antes de mi primer casting para una película, necesitaba dormir.
Pensé en tomar un té, tal vez eso lograría darme un poco más de sueño, baje las escaleras hasta la cocina y puse a calentar agua.

Miré por la ventana y había comenzado a llover, prendí la radio, ya que era lo único que tenía a mi alcance, lo único que veía.

Siempre me había aterrado la oscuridad y a estas horas de la noche, era lo que inundaba la casa.

Un ruido se escuchó proveniente del living, me quedé quieta y traté de convencer a mi inconsciente de que sólo habría sido alguna ventana o quizá las mismas gotas de la lluvia. Suspiré y decidí subir el volumen de la radio pero cuándo me giré para apretar el botón, ésta se apagó totalmente, dejándome sin aliento.

Oí ruidos de las escaleras,eran secos y cortos, mas bien se oían como pasos, comencé a sudar del miedo y la única luz prendida se apagó, dejándome completamente a oscuras.

Divisé una silueta a lo lejos del comedor, fijé mi vista en aquella figura, pensando si debía llorar, correr,gritar, o más bien todas a la vez.




—¿Quien está ahí?—pregunte. Nadie respondió.

—¿Justin?—exclamé temblorosa.






Los pasos volvieron a ser constantes y cada vez más cercanos, me giré para no ver lo que estaba delante de mi. Cerré los ojos y suspiré, luego sentí una presencia cerca de mi cuerpo, que lo agitó e hizo que gritara.

Cuándo abrí los ojos, las luces estaban prendidas, la radio funcionaba y el agua ya estaba caliente, todo estaba exactamente como antes.




—¿Te asustaste nena?—exclamó Justin.

—¡Tarado! ¡Si, me asustaste!—le pegué cuántas veces pude.—¡Te odio! ¡Ahora no podré dormir sola!—agregué.

—¡Genial!—me abrazo por la cintura.

—¿Porque?—pregunte.

—Significa que dormirás conmigo...—rió.

Me giró para que quedar frente a mi, se acercó y me besó.

—Te ves increíble con ese pijama...—susurró.

Imagine Book (One Shoots/Short texts)Where stories live. Discover now