28.-

1.4K 181 128
                                    

POV Omnisciente

Así pasaron los días y semanas, sin ningún problema grave en realidad. Además de los celos y posesividad que Jaime sentía cuando salían y Nicolás olía a omega, y digamos que unos pocos alfas se detenían para olerlo haciendo que el híbrido se enojara más aún, pero además de eso, nada más importante pasó.

Un día Jaime despertó por los quejidos de dolor de Nicolás, haciendo que se asustara de inmediato. El moreno estaba teniendo contracciones. El enojón llamó a un vampiro doctor de confianza y este llegó de inmediato a la casa. Jaime hizo que pasara y el médico cuando vio que habían unos pocos problemas, le ordenó al híbrido que saliera de la habitación y que claro, cerrara la puerta.

Jaime miró a su esposo unos segundos ya que sentía por el lazo el dolor que tenía este. Nicolás solo modulo las palabras "te amo" antes de que Jaime saliera de la habitación.

Todos los de la manada estaban ya en el living acompañando a Jaime, quien estaba desesperado por el dolor que sentía. Todo lo que Nicolás sentía, él también lo sentía.

-Jaime, Nicolás va a estar bien, te lo prometo.-Dijo Manuel casi en un murmuro para hacer sentir mejor a su casi hermano, pero eso no sirvió.

-Y-Yo siento su dolor, Nicolás esta en pánico.-Dijo Jaime sintiéndose de lo peor. Debió hacer algo, o haberse precavido de que alguna vez podría anudar y ahora su esposo lo estaba pagando.

-Pero va a estar mejor, Nicolás siempre ha sido fuerte o al menos lo ha intentado.-Dijo Yelo, notando los ojos rojos de su mejor amigo.

-Solo quiero que él este bien y mi hijo también.-Dijo el enojón intentando no hacerlo en un susurro para que los otros no supieran lo débil que estaba, pero ya todos sabían que estaba mal.

-Estarán bien, los dos son fuertes.-Dijo Edgar quien solo en ese momento había hablado.

Estuvieron horas sin saber nada de Nicolás ni del hijo de este hasta que el doctor salió de la habitación y Jaime apareció al lado de él para saber que pasaba.

-Acá esta el campeón.-Dijo el médico con una leve sonrisa, teniendo envuelto en una manta al recién nacido. Este ya estaba llorando haciendo que la sobreprotección de Jaime aumentara y lo tomara en sus brazos.-Cómo se llama?

-Dominik Castiel Navarro Gaulle.-Murmuró Jaime mientras observaba a su hijo quien se había calmado al estar en sus brazos. El híbrido vio como su hijo recién nacido quería acariciarle la cara, así que se acercó solo para que lo hiciera. Jaime ni siquiera sabía que su hijo estaba bastante entretenido viendo sus ojos rojos de alfa.-Cómo esta mi esposo?.-Preguntó el enojón, mirando unos segundos al doctor y luego a su hijo.

-É-Él todavía no ha despertado.-Dijo el doctor casi temiendo la reacción de su amigo.

-Despertado? Qué pasó?.-Preguntó el híbrido mirándolo fijamente, sintiendo un pesar en todo su cuerpo.

-Su cuerpo no era lo suficiente resistente para quedarse despierto, así que esta inconsciente.-Respondió el médico, notando como también el recién nacido lo miraba y les podría jurar que tenía el ceño fruncido.

-Pero esta bien, cierto?.-Preguntó el hombre de los ojos rojos, haciendo cariño en la pequeña mano de su hijo, algo nervioso.

-Sí, esta estable.-Dijo el doctor, tranquilizando a su amigo.-Puedes pasar a verlo. Yo iré abajo por si necesitas algo más.

Jaime asintió, abrió la puerta y entró a la habitación. Cerró la puerta y miró a su esposo descansar en su cama. Vio como había algo de sangre en las sabanas que habían colocado solo para él y también notó como no tenía ninguna herida en el estómago. Se sintió algo celoso ya que sabía que su amigo le había dado de su sangre para sanarlo.

-Él es papá.-Dijo Jaime, cargando a su pequeño Dominik para que vea a Nicolás.-Él es el mejor papá que vas a tener, creo que yo seguiré después de él. Sé que eres muy pequeño para entender algunas cosas, pero si eres parecido a mí, lo entenderás. Si alguna vez escuchaste decir a tu papá Nicolás que no te quería, solo quiero que sepas que no es así, él te ama y yo también, mucho. Estoy seguro que él sacrificaría su vida por ti y yo también lo haría, un millón de veces si es necesario.

Jaime miró como Dominik lo miraba atentamente, como si lo estuviera entendiendo y lo estuviera tomando en consideración.

-Y quiero que sepas algo desde ahora, cariño. Yo soy el alfa.-Dijo el enojón con una leve sonrisa, viendo como su hijo fruncía el ceño y lo miraba fijamente.-No me mires así, es la verdad. Además soy tu padre, y se supone que los padres siempre tienen la razón.

Su hijo recién nacido lo miró a los ojos bastante tiempo, como sabiendo que en esto último había mentido.

-Esta bien, no todos los padres tienen razón. Él mío nunca tuvo la razón pero yo nunca seré como él, créeme. Después de tantos siglos creyendo que yo era el monstruo, tu papá Nicolás me hizo entender que mi padre era el monstruo, no yo.-Dijo el híbrido mirándolo directamente a los ojos.-Y por eso volvemos al mismo tema de antes. Tu papá Nicolás va a ser el mejor padre, ni siquiera lo dudo, así que cuando él te hable puedes moverte mucho para que no crea que tú lo vas a odiar? Es estúpido que piense eso, pero de verdad lo haría muy feliz. Sé que lo vas a amar tanto como lo amo yo.

Dominik le sonrió y se empezó a reír, haciendo que Jaime sonriera con felicidad.

-Espero que no se estén riendo de mí.-Dijo Nicolás sonriendo, viendo aquella hermosa escena. Solo había despertado en el momento que escuchó la risa de su hijo.

El pequeño Dominik miró a Nicolás y alzó sus brazos hacia él, moviéndose bastante solo para que entiendan que quería que el moreno lo cargara. Al moreno se le iluminaron los ojos mientras veía como su esposo le pasaba con cuidado a su hijo recién nacido.

El moreno vio como su hijo le sonreía, haciendo que sintiera una enorme felicidad en su corazón.

Jaime miró aquella escena, y vio como los ojos de su esposo cambiaban a dorado y luego a violeta, haciendo que se diera cuenta de algo.

Nicolás era híbrido al igual que él y probablemente al igual que su hijo.

Broken (Jainico). Where stories live. Discover now