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POV Omnisciente

El moreno despertó y por un momento creyó que todo lo que había pasado era solo una pesadilla, pero supo la verdad cuando vio el cuerpo inerte de su esposo sobre la camilla que estaba en el sótano, porque sí, Nicolás lo había llevado ahí también en un momento de desesperación.

Nicolás se levantó, evitando las botellas de Bourbon vacías que estaban al rededor suyo, para luego acercarse al cuerpo de su alma gemela. Este no se notaba mejorando o algo, haciendo que la esperanza de que volviera disminuyera.

-Sé que hace mucho que no te lo decía Jaime, pero te amo.-Dijo el pequeño moreno, volviendo a sentir lágrimas caer. Sus ojos ardían y el dolor incrementaba en su pecho.

No pudo evitar recordar las veces que Jaime despertaba por las pesadillas. Estas eran siempre de su muerte, hacían creer a su esposo que él seguía muerto. No sabía lo horrible que era hasta ese momento.

-Dios, te amo tanto.-Dijo el vampiro roto, tomando la mano fría de su otra mitad.-Sé que yo arruiné todo entre nosotros Jaime y entiendo porque le seguiste el beso a ese weón, deja demostrártelo, pero necesito que despiertes, que me hagas entender que estas conmigo todavía.

Nicolás lo miró por bastante tiempo hasta que rompió en llanto.

-Y-Yo te maté.-Dijo el moreno con la voz entrecortada, sintiendo como hasta respirar dolía.-Creíste que no me podrías recuperar y por eso hiciste esto.

Se quedó callado por un tiempo, recordando los mejores momentos que tuvieron Jaime y él. Se rió con tristeza cuando recordó algo en especifico.

"-Dame diez segundos.-Había dicho Jaime, cuando luego desapareció rápidamente.

Nicolás sonrió y esperó por mientras esos segundos, cuando ya sintió a su novio devuelta.

-Fueron nueve segundos.-Dijo el moreno viendo como su pololo se acercaba a él.

-Ya te extrañaba.-Dijo su híbrido para luego besarlo en un compas lento."

-Si te doy diez segundos, volverías cuando se termine el tiempo?.-Preguntó el pequeño que estaba roto, mientras veía como sus lágrimas caían al piso. En ese momento nunca soltó la mano de Jaime, solo porque tenía la esperanza que este le apretara la mano levemente o algo.

Otros recuerdos venían a su mente.

"-Te amo Nico.-Dijo Jaime con una pausa.-Siempre y para siempre, no quiero que se te olvide eso."

Eso fue cuando Edgar había apagado su humanidad y le había dicho que Jaime no lo amaría por siempre.

-Me hubiera gustado que hubiéramos cumplido la promesa de siempre y para siempre.-Dijo Nicolás apenas, murmurándolo.

Recordaba las veces donde su esposo siempre presumía lo que era, y también amaba esas cosas.

"-Por qué siempre tienes que probar que eres el alfa?.-Había preguntado Nicolás con una sonrisa dirigida hacia Jaime.

-No tengo que probar nada amor, yo soy el alfa.-Respondió Jaime, con algo de orgullo."

Y ahora venía el peor recuerdo. Cuando Jaime se había sacrificado por él.

"-Tú no me recordaras como alguien que fue bueno, no fui tu novio, nunca te pudo atraer alguien como yo, ya que soy un monstruo. Tus amigos solamente son Naiko, Manuel y Edgar, pero a mí nunca me toleraste. No recordaras los siempre y para siempre, ni los te amos que nos dijimos. No recordarás las veces que hicimos el amor, ni las veces que nos reconciliamos, solo recordaras las cosas malas de mí. Me odiabas, y nunca quisiste que fuera tu amigo. No te duele que me haya ido, de hecho crees que fue lo mejor que pudo pasar.-Había dicho Jaime, usando la compulsión en Nicolás.-Ahora te vas a ir a mi casa, donde vives ahora y no recordarás nada de esto."

Todo lo había hecho por él y ni siquiera dejó que le explicará todo lo que había pasado. Sabía que Jaime estaba tan confundido y herido por el comportamiento que tenía él ahora, y no hizo nada para cambiarlo.

El pequeño moreno soltó la mano de su alma gemela y se giró para tomar la botella que estaba a la mitad de Bourbon.

-Lo lamento Jaime!.-Gritó Nicolás, no pudiendo más con el dolor, lanzando la botella contra la pared.

Esta vez nadie revivió a tiempo para evitar que esta se rompiera. Nicolás escuchó como se rompía la botella en millones de pedazos, al igual que él.

Si Jaime estaba muerto entonces Nicolás estaba completamente roto.

Mientras tanto, Edgar estaba consolando a su esposo, quién lloraba en su pecho.

-E-Es mi culpa.-Dijo Manu con lágrimas en su cara.-Yo era como su hermano y lo abandoné.

-Manu ya no puedes hacer nada, cariño.-Dijo el ruloso, abrazando a su alma gemela con fuerza.

-Cuando Jaime despierte, nunca me lo va a perdonar.-Dijo el recién nombrado, sintiendo como su esposo se tensaba.

-Manu, amor, Jaime no va a despertar.-Dijo Edgar, sintiendo un dolor casi insoportable por todo su cuerpo al decir esto. Manuel se separó del abrazo de inmediato.

-Claro que va a despertar, el Nico le dio de su sangre...

-Si fuera así, él debió haber despertado hace tiempo, Manu.-Dijo el pequeño vampiro tomándose un tiempo para luego seguir hablando.-Jaime murió.

-No, no, no puede haber muerto Edgar, él es mi mejor amigo, yo no puedo vivir sin él, lo necesito.-Dijo Yelo, sintiendo un vacío enorme en su interior.-Edgar, no nos pudo dejar, yo no...

Edgar se dio cuenta que su pareja estaba apunto de tener un ataque nervioso así que lo volvió a abrazar y empezó a hacerle cariño en la espalda para que se tranquilizara.

-Todo estará bien Manu, tranquilo.-Murmuró el ruloso en el oído de su esposo.

-No lo estará si Jaime esta muerto.-Dijo Manuel con la voz casi ahogada, llorando casi con desesperación.

Nicolás ahora se había vuelto a sentar en el piso, siempre mirando el cuerpo de su esposo. Ni siquiera firmaría los papeles por si este llegaba a despertar.

"-Sabes que estoy bromeando amor, yo estoy solamente enamorado de ti.-Dijo Jaime con una voz delicada.-Lo siento cariño, no debí bromear con algo así, fue muy estúpido de mi parte."

El moreno sonrió tristemente al recordar eso. Había sido una vez que Jaime había bromeado con que estaba enamorado de Manuel y él se lo había tomado mal.

Lo único que le quedaba de Jaime ahora, eran recuerdos.

Eso es lo malo de la muerte. No nos deja decir adiós.

Broken (Jainico). Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon