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POV Omnisciente

Nicolás habló la mayoría de la tarde con sus amigos respecto a ese tema, pero no quería seguir hablando de eso ya que sin Jaime ahí, no tenía en quien apoyarse para ser fuerte. Luego de que sus amigos entendieran que este ya no quería hablar sobre ese tema, Nicolás se fue sin decir nada más.

-No debimos ni siquiera pensar en eso.-Dijo Manuel echándose la culpa cuando el pequeño moreno se fue.-Sabía que había pasado algo malo pero aún así insistí.

-Manu no sabíamos de que se trataba, no es tu culpa.-Dijo Edgar tomando de la mano a su alma gemela para que no se sintiera mal.

-Pero...

-Nadie tiene la culpa si? Creo que al menos teníamos que hacer.-Dijo Bestia, interrumpiendo a su amigo Yelo.

Mientras tanto ellos conversaban de eso, Nicolás había llegado a la mansión de los corazones rotos solo para esperar a su novio. Le preocupaba de que este se haya ido así y que más encima todavía no era hora para que este se transformara.

El moreno veía como la noche llegaba y no veía ningún rastro de su alma gemela, haciendo que se preocupara aún más. Lo necesitaba a su lado ya que desde que había pasado lo de la violación, nunca lo había dejado solo.

Durmió por solo unas pocas horas en la habitación de Jaime hasta que un aullido lo despertó. El moreno se levantó y miró por la ventana para que ver pasaba. Vio a un lobo de pelaje negro y ojos rojos observar la casa y luego mirarlo a él. Nicolás de inmediato supo que era Jaime, así que apareció en el primer piso para luego abrir la puerta y ver a la forma lobo de Jaime detrás de esta, observándolo.

-Vamos Jaime, pasa.-Dijo Nicolás en un murmuro, viendo como el lobo hacía eso para luego cerrar la puerta de la casa.

El lobo lo miró por un par de minutos más hasta que este subió por las escaleras y entró a la habitación. Nicolás solo lo siguió, algo confundido pero sabía que algo quería su esposo.

Cuando los dos ya estaban en la habitación, Nicolás cerró la puerta para girarse y ver a su pareja sobre la cama pero en forma lobo todavía. El moreno se sentó en la cama y sintió como la forma lobo de Jaime se acercaba a él.

-Sé lo que quieres Jaime.-Dijo el moreno notando como el lobo alfa lo miraba intensamente.-Y-Yo también lo quiero.-Dijo el pequeño moreno tomándose una pausa.-Quiero que me hagas olvidar lo que me hizo ese weón.

La forma lobuna de Jaime lo miró unos segundos más hasta que Nicolás pudo notar que este se convirtió en humano otra vez. El enojón estaba completamente desnudo y aún con aquellos ojos rojos que no se quitarían hasta el día siguiente.

Jaime, en un movimiento rápido pero no brusco para que su novio no se asustara, lo colocó abajo suyo. Lo observó como si lo estuviera admirando, como si Nicolás fuera su razón de vivir. Y bueno, era así.

-Estás seguro de que quieres esto, amor?.-Preguntó Jaime con una voz ronca, siempre observando los ojos de su esposo.-No sé si después me pueda detener, pero quiero que sepas que siempre lo intentaré si se trata de ti.

-Sí, esto es lo que quiero.-Contestó Nicolás mirando a su alma gemela.

Jaime solo miró unos segundos más los ojos de su novio para luego comenzar a besarlo lentamente para hacerlo sentir bien. El enojón iba a borrar cada parte que ese weón había tocado y lastimado de su esposo, eso lo tenía bastante claro Nicolás.

Pasaron unos minutos así hasta que el moreno se separó. Jaime solo miró como este se sacaba la ropa, ya que Nicolás sabía que el enojón estaba esperando que le diera una señal o algo para hacerlo.

El moreno se quedó solo en calzoncillos, haciendo que se sonrojara un poco al notar que su pareja observaba todo su cuerpo con bastante intensidad y deseo.

-N-No me mires.-Dijo el moreno haciendo que Jaime lo mirara a los ojos.

-Por qué no? Eres hermoso.-Dijo el enojón mirándolo con adoración.

-Claro que no.-Dijo el pequeño moreno mirando otra parte.

-No digas eso.-Dijo el híbrido con una pausa, acariciando con una mano el torso de su novio y con la otra también acariciando el rostro de este.-Tú no te ves de la manera en que yo lo hago y tampoco te amas tanto como yo lo hago.-El enojón se volvió a tomar un tiempo para luego seguir hablando.-No sabes lo perfecto que eres para mí, Nico.

Luego de haber dicho eso, el enojón le sacó la única prenda que le quedaba a su novio para luego quedar en las mismas condiciones.

El enojón con una de sus manos comenzó a masturbar a su pareja lentamente, haciendo que este soltara pequeños gemidos que ni siquiera intentó callar, ya que sabía que a su esposo le gustaba escucharlos.

-M-Más rápido.-Había dicho en algún momento su pequeño travieso en un gemido, haciendo que Jaime sonriera levemente para luego hacer lo que quería su novio.

Siguieron unos minutos más así hasta que Nicolás volvió a hablar.

-Te necesito.-Dijo su pequeño, quien ahora tenía sus ojos dorados, casi en un murmuro.

El enojón detuvo aquél gesto de placer para colocarse entre las piernas de su novio.

-Tú quieres que yo...

-Q-Quiero que solo lo hagas.-Dijo Nicolás interrumpiéndolo, sabiendo lo que iba a decir.

Jaime asintió y tomó su miembro con una mano para luego introducirlo lentamente en el interior de su novio. Con la otra mano, tomó la mano de su esposo para luego entrelazar los dedos cuando estuvo completamente en el interior de su novio. Sintió como este último también entrelazaba los dedos y le apretaba la mano con algo de fuerza. El híbrido vio unas pequeñas lágrimas en las mejillas de Nicolás, así que las limpió y comenzó a besarlo para que se olvidara del dolor.

Se quedó quieto hasta que Nicolás hizo un movimiento con sus caderas para decirle que ya se podía mover. Jaime empezó con embestidas lentas y profundas, haciendo que su moreno gimiera un poco más fuerte por el placer, mientras que ahora el enojón besaba el cuello de este. Siguieron con aquellas embestidas varios minutos hasta que el moreno casi le rogó que lo hiciera más fuerte y claro que Jaime no le negó eso. Este último comenzó con las embestidas rápidas y algo fuertes, haciendo que ahora Nicolás gimiera con más ganas el nombre de su alma gemela, animándolo más a seguir con aquellas embestidas.

Varios minutos después, el pequeño moreno avisó que se iba a correr. Jaime volvió a masturbar a su pareja, haciendo que unos segundos después llegara al clímax en su torso y en parte de su mano. Un minuto después, el enojón llego al éxtasis dentro de su novio. Pero algo pasó cuando quería salir de él, no podía. Por primera vez en toda su vida le había pasado eso.

Jaime había anudado dentro de Nicolás.

Broken (Jainico). Where stories live. Discover now