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POV Omnisciente

Han pasado unos días y créanme que los que le hicieron eso a Nicolás sufrieron bastante cuando se presentaron el día siguiente. Solo fueron tres, Michael, Esteban y otro weón que no conocía, pero ese había sido el que había violado a su moreno. En todo caso, Jaime se aseguró y usó la compulsión con los tres para que le digan si había alguien más o no, pero en realidad solo eran ellos tres. Lo menos que le hizo Jaime a ellos, fue convertirse en lobo solo para morder a cada uno de ellos, pero era obvio que no se quedó así. Al violador de Nicolás lo dejó al final, haciendo que este viera como Jaime despedazaba a sus otros amigos. Cuando llegó el turno de él, solo digamos que lo despedazaran fue el menor de sus problemas.

En cuanto a Nicolás, el seguía con sus ataques de pánico y estos no parecían disminuir, haciendo que Jaime se estresara y preocupara aún más, ya que no sabía que hacer.

Hoy, Nicolás volvió a despertar gritando y quejándose. Cuando Jaime se iba a acercar a él, el moreno se alejó de él, asustado, a tal punto que salió de la cama intentando "huir" del híbrido. Y les repito, no es que no confié en Jaime, solo estaba con esas visiones que no lo dejaban descansar en paz.

-Nico, no te voy a hacer daño!.-Dijo Jaime algo molesto, acercándose a Nicolás, haciendo que este retrocediera. El enojón intentó tomarlo del brazo pero este lo esquivó.

-Aléjate de mí!.-Dijo el moreno en un grito, con lágrimas en sus ojos.

-Nico, detente...

-No me toques!.-Dijo el pequeño moreno desesperado.

El híbrido estaba de los nervios cuando hizo algo que jamás pensó que haría. Cuando finalmente lo hizo, se quedó estático. Había golpeado a Nicolás. Este último se estaba tocando la mejilla y estaba con los ojos cerrados pero igualmente con lágrimas en sus mejillas. Cuando abrió los ojos, creyó que iba a ver aquél monstruo que lo había violado y ahora golpeado, pero solo vio a su esposo. Su esposo lo había golpeado.

-Nico, lo siento.-Dijo el híbrido, no sabiendo que decir. No pudo haber golpeado a su alma gemela, simplemente no lo creía. Jaime se acercó a él y lo iba a tocar pero este agachó su cabeza y se quiso esconder.

-N-No volveré a gritarte pero no me toques.-Dijo el vampiro roto en un murmuro con la voz temblorosa, al igual que su cuerpo.

-Nico...

-Si quieres no te vuelvo a despertar así, pero por favor, déjame solo.-Dijo Nicolás rogándole, mientras su cabeza seguía escondida en sus rodillas. De sus ojos caían lágrimas, sin detenerse en ningún momento.

Jaime lo miró unos segundos para luego desaparecer de ahí. Nicolás cuando se dio cuenta que su otra mitad ya no estaba, se desmoronó. Ya no estaba roto, estaba pulverizado.

El enojón apareció en el bosque donde lo habían enterrado y destruyó su tumba. Sabía que Nicolás estaba roto y ahora lo que le faltaba a este era que Jaime lo golpeara.

-Lo siento.-Dijo Jaime casi en un murmuro cuando terminó de destruir su tumba.-Lo siento!

Cuando dijo esto, se sentó en el pasto. No sabía que debía hacer, había lastimado a su esposo, a su única razón de vivir, al que había prometido que no dejaría que nadie más lo lastimara, lo había hecho y se odiaba por eso.

Pasaron varias horas en ese lugar hasta que Jaime volvió a la mansión, pero todavía sin saber si ir a ver a su esposo. Tomó una bolsa de sangre y subió las escaleras para luego entrar a la habitación. Nicolás ahora estaba en la cama, abrazándose a si mismo. Se sobresaltó un poco cuando escuchó la puerta de la habitación abrirse. Vio a su alma gemela entrar pero no le dijo nada.

-Te traje una bolsa de sangre.-Dijo Jaime, entregándosela y notando un pequeño moretón en la mejilla de su otra mitad, haciendo que sintiera un dolor en todo el cuerpo. El enojón iba a acariciar la mejilla de su alma gemela pero este lo miró con lágrimas en sus ojos.-Haré que se quite el dolor, si? Lo lamento mucho Nico, de verdad, no sé porque lo hice pero sé que esa no es excusa. Yo solo estaba tan preocupado y estresado por ti y tú no parabas de gritar y creer que te iba a hacer daño hasta que finalmente lo hice. Te hice daño Nico y nunca me perdonaré por eso, así que yo entiendo que tú nunca me perdonaras a mí, pero solo deja que te quite el dolor, si? Luego me alejaré de ti.

Nicolás lo miró unos segundos y asintió. Jaime cerró sus ojos y se concentró solo para quitarle el dolor físico a su esposo. En ese momento, el híbrido deseaba tener una manera de quitarle el dolor emocional a su alma gemela, pero sabía que no era posible.

Un minuto después, Jaime había removido el dolor físico y el moretón, haciendo que Nicolás se sintiera mejor.

-Gracias.-Dijo el moreno en un susurro, mirándolo fijamente.

El enojón lo miró y se alejó de él para irse de la habitación, al menos ese era el plan hasta que el moreno le habló.

-Quédate.-Dijo el vampiro roto, observándolo.

-Pero...

-Tú mentiste.-Dijo el pequeño moreno, interrumpiéndolo.

-Sé que dije que nadie te haría daño...

-No, no es sobre eso.-Dijo el pequeño travieso con una pausa.-Tú dijiste que nunca te perdonaría y mentiste sobre eso.-Dijo Nicolás, tomándose otro tiempo para seguir hablando.-Yo te perdono Jaime.

-No Nico, no lo merezco, yo te dañé...

-No me importa Jaime, es mi decisión y yo te perdono. Sé que no lo quisiste hacer y lo entiendo. Confió en ti hasta mi vida.-Dijo el moreno con una pausa.-Tú también eres mi felicidad y no me importa que me hayas hecho daño si después de eso puedo ser feliz a tu lado, si? Ten en cuenta eso. Yo te amo Jaime, más que a mi vida.

-Yo también te amo, Nico, tú me das un motivo para vivir.-Dijo Jaime, sintiendo como su esposo lo abrazaba.

-Pero ten claro que no dejaré que vuelva a pasar algo como eso, si?.-Preguntó el pequeño moreno, casi en su oído.

-Nico, en el momento en que lo hice, sé que no se volvería a repetir.-Respondió el enojón, volviendo a sentir los labios de su novio sobre los suyos.

Yo lo miraba, y puedo jurar que no me quedaban ganas de mirar a nadie más. En ese preciso momento comprendí que los ojos; siempre, siempre le pertenecen a la persona que los hace brillar.

Broken (Jainico). Where stories live. Discover now