capítulo 30 ➵ la trifulca

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A pesar de que recibió una mirada interrogante de parte de Corey, ella lo ignoró y solo se enfocó en List ya que estaba sorprendida. Era justificable que enfatizara lo que eran, ya que no conocía a Corey y no iba a ser tan estúpida como para exponer la verdad ante él así como así; sin embargo, había algo en su reacción y su tono de voz que había llamado la atención de Rowan.

Desde la llamada telefónica que ella sospechaba algo, pero no fue hasta que le abrió la puerta y habló con ella directamente que lo confirmó. Y ahora, por la manera en la que se había dirigido a él, no pudo quitar sus ojos de ella.

Ella estaba a una distancia prudente, quieta como una piedra y analizando al extraño que estaba frente a ellas. No hizo comentarios fuera de lugar, no se puso a la defensiva, no fue irrespetuosa ni nada cercano a lo que solía hacer. Al menos no con Rowan.

Corey sonrió forzadamente y le tendió la mano.

Rowan no pudo evitar notar la desconfianza, molestia y la tensión que se generó en ella cuando él la saludó así, pero no dijo ni hizo nada más que mirar.

Peyton intuyó que él se estaba burlando, por lo que se mostró reacia a hacer cualquier tipo de contacto con él. Al retroceder un poco, miró a Rowan por encima de su hombro, dándose cuenta rápidamente de lo nerviosa e incómoda que él la ponía. Y ella lo sabía porque, antes de que ambas regresaran a Nueva York, solía hacer que Rowan se sintiera incómoda.

Es por eso que List no le creyó ni aceptó la fingida cortesía.

      —Corey Fogelmanis —se presentó él educadamente, bajando su mano al ver que ella no iba a estrechársela—. Soy... un viejo amigo y vine a hablar con tu novia —le informó, enfatizando la palabra que Peyton había dicho antes de manera burlesca—. No tomará mucho.

Rowan, que estaba perdida en sus pensamientos, prontamente regresó a la realidad cuando vio a List ponerse delante de ella y la escuchó decir:

      —Lo que sea que tengas que decirle, puedes decirlo conmigo aquí.

¿Podría ser que ella estuviese protegiéndola?

      —Me temo que es algo privado —declaró, tratando de sonar cortés—. Así que, agradecería que nos dieras un momento a solas.

      — ¿Quieres que te dibuje lo que acabo de decir?

Él frunció el ceño y dio un paso hacia ella, en un intento de asustarla o incomodarla para que se fuera; sin embargo, ella ni siquiera pestañeó. 

¿Por qué iba a dejarse intimidar por un idiota? 

La tensión era palpable entre el silencio. Peyton no bajó la cabeza y solo observó los ojos azules de Corey con cierta inquina. Ella permaneció quieta e imperturbable, esperando pacientemente el próximo movimiento de él con su mano en un puño, lista para golpearlo si era necesario.

No era un secreto que ella sabía defenderse en todo aspecto. Es por eso que, si se presentaba el caso, no dudaría en protegerse o, como era en este caso, en proteger a alguien que le importa.

Amablemente, Rowan puso su mano sobre el brazo de a chica para llamar su atención y List giró la cabeza hacia ella, relajándose cuando vio a Rowan menos tensa y más calmada; sin embargo, su mirada la inquietó ya que expresaba todo lo contrario. 

Sus ojos carecían de toda emoción.

      —Está bien, ve a la cocina y espérame allí —le pidió, pero la chica permaneció quieta y dubitativa—. Nos iremos pronto, lo prometo, solo déjame hablar con él a solas, ¿okay?

Peaches ©Where stories live. Discover now