6.TE QUIERO Y...

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El teléfono me sacó de mi letargo.  Miré la pantalla y ví que quien llamaba era mi amigo James. Miré también la hora: las siete y media.


-Ya se ha podido desencadenar el apocalipsis zombie por lo menos,   porque no encuentro otra razón  para que me llames a estas horas...  Pero ¿tú sabes qué hora es aquí en Berlín,  pedazo de incordio con patas?   -dije con voz adormilada.

-A estas horas,  seguro que la única con cara de muerto viviente eres tú...  No entiendo cómo llamas patas a estas pedazo de piernas que luzco .   Y claro que sé la hora que es: las siete y treinta y uno de la mañana exactamente    -oí  decir a James al otro lado del auricular.

-Eso sí que es precisión   -dije  extrañada.

-Mucho más preciso va a ser esto...  Atenta ...   Toc Toc Toc   – noté que alguien golpeaba mi puerta al otro lado de la habitación-.   ¿No piensas abrirme?    -comentó divertido.



Salté de la cama y abrí  la puerta. Mi  amigo James estaba al otro lado de la misma con una maleta en sus manos y una sonrisa en la cara.  Antes de que pudiera decir nada me  lancé a su cuello.  Me llenó de felicidad verle allí.   Le necesitaba.  Llevaba unos días en los que no levantaba cabeza.  Me  costaba horrores concentrarme en lo que estaba haciendo en el rodaje  y cuando acababa de trabajar todavía era peor.


-Ey,  ey,  ey...  Yo también estoy muy  contento de verte   -dijo James deshaciendo mi abrazo mientras con el dorso de su mano limpiaba un par de lágrimas furtivas que resbalaban por mi rostro-.   ¿Estás bien, cariño?

-¿Qué haces aquí?   ¿Cómo así se  te ha ocurrido venir?     -balbuceaba yo.

-Ya ves. Tengo el don de la oportunidad... -zanjó.


Y era verdad. James era una bendición para mí en ese momento. Desde que la sombra de Eliza Taylor volvió a cruzarse en mi camino, nada había sido igual  y nada me hacía sentir bien.  ¿Por qué me desasosegaba pensara lo que pensara?  No quería tenerla otra vez alrededor,  por tanto no la quería en mi película. Verla cada día me haría sentirme mal.  Pero, ¿podía desecharla sin ni siquiera  ver su prueba sólo por lo que ella me hacía revivir?    No era justo  y lo sabía y eso me hacía también sentirme mal.


-Menuda cara tienes, niña.   ¿Ya estás durmiendo bien?   -James me sacó de mis meditaciones.

-Bien, bien... no mucho   -dije

-¿Cómo tienes hoy el día?  Cuéntame tus horarios    -me instó James.

-Hoy grabamos en exteriores a la tarde-noche.   Grabaremos de cinco y media a nueve y media, más o  menos   -le expuse.

-Bueno,  pues entonces te voy a explicar el plan del día.  Ahora vas a ir a la ducha y yo voy a bajar a recepción para ver si tienen una habitación libre para mi   -comenzó a narrar mi amigo.

-Alto,  alto, mal empezamos...   -dije

-¡No me digas que no te quieres dar  una ducha!    -dijo jocoso-.   Nunca hubiera imaginado eso de ti,  hasta dónde hemos llegado...

-(Le dí un manotazo en el brazo y él  puso cara de dolido)   ¿Por qué no te quedas en mi habitación conmigo?  ¿Cuántos días vas a estar por aquí?

ANTES DE AHORA(ELYCIA  AU) COMPLETAWhere stories live. Discover now