Undertale AU UnderPower ||Overpower||

Abrazarte en la realidad

—No me hubiese importado mientas hubieses estado aquí, conmigo... Lo siento...lo siento tanto—las lágrimas que caían de los dorados ojos de Frisk ya no eran de felicidad, si no de tristeza y de desesperación

Ahogarse en ojos mientras ellos siguen ciegos

—No, no...shhh~ no pienses en eso... Ya...ya no tiene sentido. —la voz del de chaleco azul se quebró entonces sin poder seguir hablando

Sus piernas fallaron y ambos cayeron sobre la hierba sollozando por lo que podrían haberse perdido el uno del otro.

Amar mientras la noche siga escondiendo del marchitado amanecer

Cuando Frisk consiguió alzarse con sus brazos un poco aún sobre Sans siguieron mirándose unidos por ese mismo hilo de antes.

Lo tenían claro, el hilo rojo del destino.

Solo con la mirada ya lograban expresar más de lo que con las palabras podían llegar.

Sus almas brillando al unísono, sus sentimientos aflorando y pasando a través del otro sin problemas... Lágrimas mojando la hierba.

El primer día de amor nunca volverá
Una hora de pasión nunca es desechada

—Te he estado viendo—aseguraba el esqueleto sin saber qué decir

—Te he estado escuchando, hablándome en mis sueños, susurrando a mi oído

—Odiaba verte llorar

—Odiaba que no estuvieras a mi lado

La muchacha recordaba como había llorado cuando él la dejó. Había llorado mucho...pero no de la misma manera que los demás. Había llorado con el alma, no sólo lloró físicamente, lloró de verdad, de la manera que más duele, lloró también sin lágrimas. Despedirse de él no fue lo que dolió, lo que realmente dolió fueron todas esos momentos felices que se fueron con ese adiós que tampoco fue consumado.

El violín, la mano del poeta
Cada corazón descongelado toca tu tema con cuidado

Mientras sus ojos no apartaban la mirada de los del otro entrelazaron sus dedos y se aproximaron lentamente.

Besa mientras tus labios siguen rojos

Muchos podrían decir que como se besaron un humano y un esqueleto, que no es posible, pero lo hicieron. Esa determinación que tenían ambos y las capacidades que poseía el esqueleto lograron aquella maravillosa escena en la cual el amor y la pasión afloraron.

Se separaron con lentitud aún observándose con cautela. No estaban sonrojados, a ninguno le había pillado por sorpresa y ninguno estaba avergonzado de lo que acaban de pasar.

Mientras él sigue en silencio

Su abrazó se intensificó mientras la castaña ocultaba ahora sí su rostro en el pecho del monstruo y esto hacia lo mismo en su cabello aspirando su dulce aroma afrutado ahora algo perdido por el olor a polvo que desprendía la estructura cercana a ellos.

—No sé qué le voy a decir a tu madre ahora—murmuraba el chico

—Dile que quieres ser mi esposo

El esqueleto rió

—Quiero serlo—tuvo que hacer una pausa para poder dejar de reír—pero cuando seas mayor de edad. No pudo casarme contigo si tienes 15 años y sigas llevado camisetas a rayas. Ya sabes la regla...

—Cuando cumplas 16 deberás dejar de llavar cosas a rayas—canturreó la muchacha como si de una leyenda contada por una malvada anciana se tratase

Descansa mientras la flor sigue sin ser tocada, revelada

Sin querer realmente separarse y volver con lado demás se levantaron tomados de la mano.

El simple hecho de estar a esa distancia que era corta pero aun así lejana ya les hacía sentirse solos. Querían abrazarse y no soltarse jamás. Quizá por esa soledad que habían sentido durante tanto tiempo.

Sostén otra mano mientras la mano sigue sin una herramienta

Caminaron hacia el bosque. No podría decir cuánto tiempo estuvieron caminando a través de este , pero anocheció. La situación parecía la misma a cuando Sans se había hecho polvo en la noche estrellada, y la mano de la chica apretó con más fuerza la del esqueleto, solo para asegurarse de que no se volvería a marchar. Solo para segura ese de que no era una ilusión fruto de su locura.

Se sentaron en un pequeño riachuelo que fluía en calma ajeno a todo. Al estar todo en tan pulcro silencio los animales no se sentían amenazados y se aproximaban a beber. Conejillos, ciervos...

Hermosos animales y bellos intentos luminosos que no se aproximaban a ellos como pretendiendo darles intimidad.

Ahogarse en ojos mientras ellos siguen ciegos

El monstruo no dejó en ningún momento de mirar a la chica y en ningún momento soltó su mano. Quizá porque creía que al regresar junto a los demás ella tendría que volver junto al "nombres múltiples que no merece la pena ser recordado"

Pero mientras estuviesen ambos así, juntos... No podía decir que ella era suya, todo lo contrario, él le pertenecía a ella.

Su alma le pertenecía a esa niña pacifista con ojos de ángel y alma de cristal

Amar mientras la noche siga escondiendo del marchitado amanecer