Capítulo 13

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Pov. Christian.

Tengo a mi nena en mis brazos y siento que he vuelto a la vida. No sé qué habría hecho si a ellos le hubieses pasado algo.

La contemplo y sus ojos azules me miran como si no creyeran que estoy a su lado y no puedo culparla porque me distancié y el camino que deben recorrer en este momento para sanar esas heridas que le cause sin proponérmelo.

-Ana sé que no tengo justificación por haberme comportado de la manera que hice. Digo. - Solo espero que el inmenso amor que te tengo cure cada herida y no deje cicatrices.

-Christian, puedo entender por lo que estabas pasando y sé que tus acciones no fueron con el fin de lastimarme. -Las personas sobrellevamos el dolor de maneras diferentes, unos se encierran en ellos mismos, otros se refugian en sus seres queridos y tú elegiste llorar tu duelo solo. Dice con ternura.

-Pero no me detuve a pensar que eso te hacía sufrir. Bajo la mirada. -Por mi culpa estás aquí y nuestro pequeño pudo salir.... La voz se pierde y el nudo no me deja continuar.

Sus suaves manos acarician mi cabello y apoyo mi rostro en su vientre y me permito disfrutar de ese consuelo que debía aceptar desde el primer momento y no encerrarme en ese mundo lleno de sombras que me hundían cada día más.

-Lo importante ahora, es que estas aquí y lo demás queda atrás. Anima.

El silencio que nos arropa en este momento es sanador y no necesitamos palabras para describir lo que ambos sentimos por estar en este momento tan conectados como siempre ha sido. Sin darme cuenta mis ojos se cierran y me dejo llevar a un tranquilo sueño.

*****

-El estaba cansado y eso nos da una muestra que no ha dormido en días. La voz de mi nena se escucha a lo lejos.

-Mi hijo ha llevado sobre sus hombros mucho sufrimiento y esta prueba lo ha superado. Dice Grace.

Me remuevo y abro los ojos lentamente para acostumbrarme a la claridad de la habitación. Una cálida sonrisa me da la bienvenida y mi corazón se infla de amor por esta castaña de ojos azules que ha llenado mi vida de luz y amor.

-Nena. Musito.

-Eres toda una delicia ver esos hermosos ojos grises al despertar, pero sobre todo ese perfecto rostro. Declara. -Acaricia mi rostro y deposita un beso en mi nariz.

Sonrío por sus dulces palabras. -Lo perfecto que es tenerte a mi lado y disfrutar de ese cielo que me arropa por completo llevándome a un lugar lleno de paz y amor. digo cerca de sus labios.

-Es lo mismo que siento por ti. Te amo Christian.

-Anastasia, no me alcanzara la vida para agradecerte por dejarme amarte. Digo. -Te amo mucho más. Beso sus labios y disfruto de todo lo que me entrega en este beso.

Mi madre finge una pequeña tos y nos separamos de manera abrupta saliendo de la burbuja que nos habíamos subergido.

-Lo siento, madre. Digo un poco apenado. Su rostro no puede ocultar una hermosa sonrisa.

-Así es que me gusta verlos. Sonríe mi madre. -Su amor debe sobrepasar el mayor de los obstáculo y su hijo le de esa alegría que todos padres con solo verlo sonreír.

Mi madre se despide con un beso y un abrazo en el estacionamiento con mi abuelo y mi padre.

En todo el camino al Escala he sostenido en mis brazos a mis dos grandes amores y su respiración es pausada y sé que se ha dormido.

La llevo en mis brazos en el camino del ascensor. Con delicadeza la deposito en la cama. Cierro las cortinas para luego salir de la habitación.

-¿Iras a trabajar? Pregunta con voz dormiloda.

Me volteo y le sonrió por el tierno puchero. -No. Iba a la cocina para indicarle a Gail que hiciera una crema de vegetales para tu cena. Respondo.

-No me dejes sola. Dice, mirándose las manos. -La cama se siente muy fría cuando no estás.

Pude sentir el miedo en sus palabras y sus ojos me miraban con suplica. Mi nena teme que vuelva a alejarme de ella y eso no volverá a pasar. Ella es mi vida y sin ella no puedo respirar.

-Regresare en breve y me quedaré todo en el tiempo en la cama contigo, compartiendo mi calor y no sientas en ningún momento frío. Asiente, beso sus labios.

Salgo de la habitación sintiendo que mi pecho se oprime por haber contribuido para que esa inseguridad que ahora se ha apoderado de mi nena. Tendré que recorrer un largo camino para hacer que recobre esa seguridad que hizo amarla como la amo.

Pov. Anastasia.

Mi corazón siente miedo de volver a sentir esa soledad que me ha acompañado todo este mes.

-Regresare en breve y me quedaré todo en el tiempo en la cama contigo, compartiendo mi calor y no sientas en ningún momento frío. Dice, pero el nudo que tengo solo me permite asentir y sus labios relajan mi cuerpo.

Quizás en cualquier instante vuelva a arroparnos esa nube negra que hizo que Christian se alejara. Camino al armario y busco una bata de seda para luego encaminarme al cuarto de baño para cepillar mis dientes.

Entro a la habitación y me encuentro con Christian con el ceño fruncido. -¿Por qué no me esperaste para ayudarte a vestirte? Pregunta

-No sabía el tiempo que tomarías en regresar y me siento cansada.

Con grandes zancadas llega a mi lado y sus fuertes brazos toman mis rodillas y espalada.

-Chrisrian, puedo llegar sola a la cama. Chillo, por la sorpresa.

-Pero me tienes a mí para llevarte, me hace feliz hacerlo y no se imagina lo que disfruto tenerla en mis brazos de todas las maneras posibles. Dice, rodando su nariz con la mía. -Siento mis mejillas sonrojadas y el calor recorriendo todo mi cuerpo.

Me coloca en la cama y lo atraigo más a mi cuerpo. -En este momento desearías que me tuvieras de la manera más íntima. Susurro. -Lo veo tragar duro y todo su cuerpo se tensa.

-Por más que muera por hacerte el amor, nena, sabes que eso es imposible en estos momentos. Dice frustrado.

-Podemos intentarlo despacio, por favor. Suplico. - A pasado mucho tiempo que no estamos juntos. Mis ojos se cristalizan y las lágrimas corren por mis mejillas.

-Lo sé. No llores, por favor, Ana. - Cierra sus ojos por dolor. -No sabes cómo lo lamento, pero no puedo arriesgarlo por dejarnos llevar con la necesidad que ambos sentimos. -No quiero que pienses que no te deseo porque eso no es así. Nena, te deseo como un loco y no te imaginas el control que estoy teniendo por no quitarte esa bata y desgarrar tus bragas y follarte y amarte como un completo salvaje. Confiesa.

Mi interior se contrae y mis bragas se humedecen por sus palabras y todo mi cuerpo arde por su atención.

-Te amo demasiado para ponerte en peligro. -acaricia mi rostro. -Te descuide una vez por estar cegado en el dolor y no lo haré por dejarme llevar por la pasión. Ahora me pondré la pijama y me acostare contigo para que descansemos. Besa mi frente y acomoda las almohadas para ir al armario.

Sale con un pantalón y una camiseta gris. Se dirige al cuarto de baño y después de unos minutos llega a mi lado.

-Ven acá. Me acomoda en su pecho mientras sus dedos desaparecen por mi cabello. -Vamos a descansar un trato. Dice, escondiendo su nariz en mi cabello.

Mi cuerpo empieza a relajarse y mis párpados se vuelven pesados llevándome a un profundo sueño.

Hola mis niñas!

Les dejo un capítulo más.

Nos leemos luego.

Yo!!

Todo cambió en... El crepúsculo al amanecer (2 T USLV) (Sin Editar)Where stories live. Discover now