Feel Again II: Red (CAMREN)

Ojos marrones

Capítulo 8: Parte III

Lauren, 20 de julio; cerca de Lago Grande, Brasil

A la mañana siguiente, bien temprano, todos volvieron a la sala de control que tenían en la pequeña cabaña. El mapa seguía igual que el día anterior, aunque en aquellos momentos habían cinco cruces que lo adornaban demostrando que aquellas zonas ya habían sido revisadas, aunque sin ningún hallazgo.

-¿Os parece bien que hoy nos centremos en la parte norte del perímetro?-comentó Liam, después de darle un sorbo a su taza de café.

Todos asintieron con la cabeza, dándole el visto bueno a aquella idea.

A decir verdad, todos tenían una taza en sus manos: café, leche, zumo... Cualquier cosa para desayunar. Junto con galletas, porque solo había galletas en la cabaña para desayunar.

-Hoy iré con Lauren-soltó de repente Harry haciendo que todo el mundo lo mirase a él.

Incluida Lauren.

Ella había estado mirando el mapa atentamente, hasta que escuchó su nombre de la nada y se centró en el joven con el don del fuego; este tan solo sonrió hacia ella para después encogerse de hombros, como diciendo, que no había ningún motivo oculto.

Pero, era evidente que no era así.

-Está bien...-susurró Liam tan confundido como los demás-. Aunque aún no estábamos haciendo las parejas... Pero, ¡está bien! Lauren y Harry iréis a la zona más alejada del norte y controlareis un radio de cinco kilómetros. Apuntaros las coordenadas para el GPS.

Y lo siguiente que hizo Lauren, sin muy bien cómo había acabado en aquella situación, fue coger un bolígrafo y apuntar rápidamente los números que le dictaba Liam.

-Hecho.

Justo después, los demás presentes empezaron también a emparejarse entre sí repartiendo las zonas de la parte norte. Liam y Normani estarían por un lado, Louis y Niall por otro, mientras que Camila, Dinah y Ally se irían a la zona del norte más cercana a la cabaña. Por ende, Lauren entendió que aquel día iba a estar lo más alejada posible de Camila.

Aquello no le gustó, y menos cuando Camila aún seguía con aquella terapia de silencio para ella, para todo el mundo. No había mejorado nada desde el día anterior, seguía hundida en sus pensamientos como si nada más importase, como si...

Pero, Lauren no quería pensar en nada más sin hablar con ella antes.

-¿En media hora salimos?-estableció Normani.

Rápidamente, todos volvieron a asentir.

Al instante que se dio por finalizada aquella reunión improvisada, todos se fueron a terminar sus quehaceres en aquellos treinta minutos. Lauren los invirtió en darse una rápida ducha y preparar una mochila con agua y comida, también sus guantes especiales y la pistola, por si acaso, en su cintura.

Y le sobraron diez minutos, después de todo.

Era hora de buscar a Camila para hablar con ella; porque incluso en aquellos veinte minutos que había estado moviéndose por la cabaña, tanto en el baño como en la habitación de las chicas o el salón, no había visto ni una sola vez a su novia. Y aquello ya le estaba poniendo mucho más nerviosa; como si el hecho de enfrentarse contra TV y Mahone no fuera suficiente...

Varios minutos después, se la encontró sentada en las escaleras del exterior de la cabaña. Camila estaba sentada con las rodillas replegadas contra su pecho concentrada en el horizonte del paisaje:

Parece totalmente ida...

-¿Estás bien?-le preguntó sentándose a su lado en la escalera.

Y durante unos largos segundos la joven de guantes negros no recibió respuesta:

-Solo...-empezó a decir sin mirarla-. Solo pensativa.

-¿Solo eso?

Lauren tenía la sensación de que la estaba mintiendo.

-Estoy bien.

Y ahí mismo, sentada en aquella escalera, Lauren lo confirmó. Camila le estaba mintiendo, pero no fue capaz de decirle nada más. Al menos, no en ese momento. La motorista tan solo se limitó a asentir, dolida por la evidente mentira, mientras se relamía los labios.

-Lauren, ¿nos vamos?-escuchó una voz masculina procedente de sus espaldas, y al girarse se encontró con Harry llevando su mochila y la de él en sus manos-. Somos los que tenemos la zona más alejada, ¿recuerdas?

-Cierto...

Sin embargo, volvió a mirar a Camila que seguía ida en el mismo sitio de las escaleras, en la misma posición acurrucada. Segundos más tarde, Lauren se levantó y dejó pasar a Harry que acabó de bajar las escaleras que le faltaban.

-Iremos en quart-dijo con tono divertido; Lauren lo vio sonreír de forma descarada-. Quiero que me des una vuelta.

Y le guiñó el ojo.

Era evidente que el joven había intentado bromear para romper el tenso momento que se notaba en el aire, pero ellas no estaban por la labor:

-Vale, ahora voy-le cortó la motorista haciendo un gesto con la mano, como diciendo, que quería despedirse de Camila. Harry lo entendió rápidamente, porque un segundo después desapareció de su vista.

Lauren no se movió de allí, tan solo se quedó mirando el perfil del rostro de Camila; aquella parte de su rostro que podía ver de pie en aquel escalón. No era mucho porque gran parte se lo tapaba el cabello, pero el destello de sus ojos marrones fue el que le llamó la atención:

-Lo hablaremos esta noche-le susurró justo antes de agacharse, cogiendo el rostro de su chica con sus manos enguantadas, y besarla ligeramente.

Y con aquel beso, se fue tras Harry.