5. Y esto me pasa por ser amable.

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Zack giró su rostro en mi dirección y pude ver mejor su estado.

Tenía la ceja y el labio inferior rotos, el ojo derecho morado-negro y el pómulo izquierdo hinchado.

Cámara, ¿dónde estás, cámara?

Debería considerar la idea de dormir con la cámara cerca más seguido.

—Tuve unos problemas —explicó ligeramente incómodo.

Rodé los ojos.

No me digas, pensé irónica, no me había dado cuenta de eso. Pensaba que un pony de "my little pony" había salido diabólicamente de la televisión y te había atacado.

Sin embargo, decidí guardarme mis pensamientos. Ya sacaría más información del tema.

—Espera aquí —dije en cambio levantándome de la cama y encendiendo la luz del cuarto. Fui directo al baño de mi cuarto para buscar el botiquín de primero auxilios que tenía para situaciones especiales.

Afortunadamente, no tenía que preocuparme por mi madre o mi hermano, ya que la primera estaba trabajando en un caso especial, por lo que me dijo que no llegaría a dormir y, Daniel, había ido a la fiesta de un amigo a dormir y así poder "disfrutar de la mejor parte", como él me había dicho.

Volví nuevamente a mi cuarto, tomé una silla que había utilizado para subir la nueva cortina que había puesto la semana pasada y me senté frente a él.

Tomé alcohol y algodón para luego comenzar a limpiarle el rostro en silencio.

No era una experta en esto, pero algo podía hacer.

—¿Qué tanto soñabas cuando llegué que no despertabas? —preguntó de repente con curiosidad, rompiendo el silencio.

Ejercí más fuerza en el algodón que tenía puesto sobre su labio, haciéndolo quejar entre dientes.

No era su problema si estaba soñando con Niall Horan o no.

—Eso dolió, Issy —Se quejó después de que quité el algodón de ahí y continué con mi trabajo.

—Bien, así mejor. No estás en posición de hacer preguntas —argumenté.

Una vez hube acabado con limpiar su rostro, quité el algodón de ahí y lo miré directo a los ojos.

—Dime, ¿cómo acabaste tan hecho mierda? —pregunté.

Él se removió incómodo, pero no aparté la mirada y esperé su respuesta.

Se aclaró la garganta.

—Estaba en una fiesta, unos idiotas comenzaron a decir comentarios que no debían, me enfadé, hubo una pelea y ahora estoy aquí —resumió. Asentí con la cabeza, con eso me bastaba, pero había otra pregunta rondando por mi cabeza.

—¿Y por qué viniste hasta acá y no fuiste directo a tu casa?

Otro silencio.

Y cuando creí que no iba a contestar, habló.

—No quería que mi madre me viese así, no quería que se alterase o algo similar —explicó.

Saqué una crema cicatrizante del botiquín y decidí no preguntar más. En cierta forma, entendía la razón por la que no quería ir a su casa.

Una vez hube aplicado la crema, comencé a pensar.

—¿Dijiste que te atacaron en grupo? —pregunté después de un rato.

—Sí... —guardó silencio unos minutos, sin entender la pregunta—. ¿Por qué la pregunta?

—Quítate la camisa.

Insoportable [Sin editar]Where stories live. Discover now