capitulo 25

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Habían pasado varios días desde el viaje que había hecho, decidí pasar más tiempo con mi familia, salíamos a comer a lugares en los cuales a Romina le gustaba ir, visitábamos a nuestras amistades de los cuales todos adoraban a Romina; íbamos al parque, ese mismo donde di mi primer beso con Camila o cuando solíamos ir a platicar, Romina ya entendía lo importante que significaba ese lugar, para muchas personas podría ser insignificante ir a un parque normal pero para nosotras no era normal, era el lugar donde había ocurrido muchas cosas y se que lo seguirá siendo.

Taylor y Sofía habían decidido irse a estudiar fuera del país, por mas que nuestros padres no querían al final terminaron aceptándolo, se llevaban muy bien y estarían en el mismo colegio, por un lado Chris se quedaba en la ciudad para terminar sus estudios mientras trabajaba conmigo en la empresa, era mi asistente y de esa forma iba a ir aprendiendo ya que el también sería dueño de las empresas Jauregui.

Pasábamos mucho tiempo en casa, cada una iba a su trabajo pero tratábamos llegar lo antes posible a casa. En varias ocasiones Camila se demorará mas tiempo de lo debido, iba por ella o simplemente la esperaba en casa.

Había llegado a casa y como el día anterior Camila aún no estaba, decidí ir por ellas y las invitaría a comer, nunca se negaban ante mis propuestas.

Baje del auto que había dejado en el estacionamiento, me dirigí al salón de Camila para que supiera que estaba aquí, no le avise antes ya que quería que fuera sorpresa.

- Muévelas más - escuche a mi espalda, conocía esa voz y no era nadie mas que la mejor amiga de mi esposa.

- Dinah - me giré y me acerque para saludarla con un beso en la mejilla - Tu siempre lanzando piropos.

- Sabes muy bien que soy así, además deberías de tener a Camila detrás de ti cuidando lo que es de su propiedad - ambas reímos, siempre con un gran sentido del humor.

- Bueno, ahora parece que ya no es mi esposa, alguien más me está robando su atención - sonreí y le di un golpe en el brazo - Deja de mandarle mensajes.

- ¿Que? - su cara de confusión lo decía todo - Yo no le ando mandando mensajes a tu mujer, ya bastante tengo con verla todos los días aquí.

Dinah comenzó a caminar en dirección a su oficina, si ella no era quien le mandaba mensajes a Camila ¿Entonces quien era? La seguí para poder sacarle algo de información.

- ¿Ósea que tu no eres quien le mensajea? - pregunte quitándole importancia, no quería que notara lo ansiosa que estaba por su respuesta, me senté frente a su escritorio y comencé a jugar con un lapicero que estaba ahí.

- No Lauren - comenzó a revisar algunos papeles - De seguro es Sofi, ya vez como son de inseparables esas dos.

- Si, ya me he dado cuenta - sonreí, necesitaba sonreír para que no notará lo molestaba que estaba.

- Por cierto ¿Sabes donde está Camila?

- Esta en su salón, hablando con los padres de sus alumnos - me señaló la puerta sin levantar la vista de los papeles - puedes ir si quieres.

- Gracias - me puse de pie y alborote su cabello, lo cual hizo que me aventara lo que tenía en las manos, al parecer una grapadora llego a chocar en mi espalda.

Al salir de la oficina vi como Romina corría por el patio detrás de una pelota, no quise molestarla y la deje jugar un rato mientras iba por Camila, encontré su salón y entre a este, la vi platicando con dos personas, eran dos mujeres que de seguro querían saber como se comportaban sus hijos.

La espere en la puerta, en unos segundos noto mi presencia y me regaló una sonrisa, siguió con la platica, después de minutos ya nadie quedaba en el salón y me acerque para saludarla.

- Hola Amor, que sorpresa verte aquí - la abracé por la cintura y deje un beso en sus labios, tomo mis mejillas con ambas manos y ahora era ella quien me daba el beso.

- Vengo a invitar a comer a mis reinas, así que no te puedes negar.

- Eso suena muy bien - No podía dejar de mirar su sonrisa, era lo mejor que me había pasado.

- Entonces que esperamos para irnos - tome su mano para salir del salón pero me detuvo zafándose de mi agarre.

- Espera, aún tengo que arreglar todo - se acercó a su pequeño escritorio y comenzó a ordenar todos los papeles que estaban esparcidos en este - No me tardó mucho.

- Por mi no hay cuidado, me gusta la vista que tengo - y no era mentira, prácticamente el trasero de Camila estaba en mi cara, se agachaba para guardar algunos colores en gavetas, se giró y me aventó un plumón con una sonrisa.

- Eres una estúpida.

- Soy tu estúpida - aclare sus palabras.

* * * * *

- Mami quiero papa.

- Muy bien, entonces papa será - anuncie al mesero que se encontraba tomando nuestra orden. Romina estaba tan emocionada por comer papa, eso que siempre comía. Después de tomar nuestras orden se retiró.

- ¿Como estuvo tu día princesa?

- Muy bien, mi maestra me enseñó los números - parecía muy emocionada por el gran logro que había conseguido, me encantaba saber que mi hija aprendía cada día. Camila no era la persona que le enseñaba, ella no era su maestra ya que no pudieron asignarle el salón donde se encontraba Romina.

- Muy bien princesa, eres una niña muy inteligente - Romina sonrió a los besos que daba en su mejilla - me siento orgullosa de ti. Y tú Camila ¿Como fue te día? - levantó la vista del celular borrando su sonrisa cambiando a una mueca de confusión.

- ¿Que decías? - me molestó el hecho que estuviera con su celular, por algo la invite a comer para pasarla en familia, yo no lo utilizaba cada que estaba con ellas así fuera importante o de trabajo, ellas eran mi prioridad y ahora para Camila parece que eso fuera muy importante que platicar con su familia.

- ¿Como fue tu día? - pregunté algo molesta, tenía la razón suficiente para molestarme con ella en estos instantes.

- Muy bien - guardo su celular y me vio con una sonrisa, al parecer no noto mi molestia - Hoy estuve hablando con los padres de uno de mis niños, los estoy ayudando en algunos problemas que estos tienen - ver su sonrisa era lo menos, lo feliz que estaba en estos momentos al hablar de su trabajo, de eso que tanto le gusta hizo que en un instante el coraje se me pasará para prestarle atención - Por ejemplo Ami es una niña muy inteligente y el único problema que tiene es que no se siente segura de si misma, aún es una niña, lo se pero si desde ahora no le vamos enseñando, en un futuro de sera un problema - tomó un trago de agua y sin esperar mi respuesta siguió hablando - Joshep es un niño muy lindo, el problema con él es que su mamá los abandonó y a pesar de ser pequeño lo siente, es muy callado, todo el tiempo se la pasa en su cuarto y no habla con su papá, soy la única persona con quien habla, me cuenta que está triste porque no tiene su mamá.

Todo aquello que Camila me contaba, cada problema que tenían los niños era para impresionarme, nunca llegue a pensar que desde muy pequeña edad ellos ya comenzaban a darse cuenta de lo que pasaba a su alrededor y era para sorprenderme, ya que ella no solamente estaba ahí para enseñarles los colores, los números o que aprendan como tomar una tijera, si no que estaba ahí para ellos, para apoyarlos, para hacerlos sentir mejor y darle el cariño que algunos padres no se lo demostraban en su propia casa, Camila era un gran ejemplo a seguir ya que siempre estaba ayudando a los demás.

- Terry me pregunto que se sentía tener dos mamás - ambas miramos a Romina, nunca me había pasado por la cabeza que sentía al saber que tenía dos mamas y no un papá y mamá como muchos niños lo tenían.

- ¿Que le dijiste amor? - pregunté con mucha curiosidad.

- Le dije que es muy padre ya que tu me compras muchos dulces y me quieren mucho, Terry dice que su papá le pega y no le da nada, y ahora en quiere tener dos mamás.

- ¿Eso te dijo Terry? - Camila parecía muy preocupada por la confesión de la pequeña.

- ¿Quien es Terry? - pregunté con confusión.

- Mi mejor amigo, el siempre me da un abrazo y un beso aquí - señaló su mejilla.

Como es posible que un niño comenzará a darle besos a mi hija, nadie tiene el derecho de ir y darle besos a menos que sea alguien de su familia pero un niño no, si esto es ahora no me quiero imaginar que será después.

- Tranquila Amor - Camila me acaricio la rodilla, noto mi molestia y le ocasionó gracia - es solo su amigo.

- Esta bien, lo que sea. Que no te de muchos besos Romina, espero y quede claro.

* * *

Estaba sentada con Romina en su pequeño escritorio que estaba en su cuarto, estamos haciendo su tarea, tenía que aprenderse tres colores y era mi turno de enseñarle, Camila se encontraba sobre la cama con el celular en manos, en todo el camino de regreso a casa lo tenía, me molestaba en hecho de no saber con quien se encontraban mandando mensajes y que Dinah me aclaro que ella no era.

Decidí ir al baño y al salir me subí sobre Camila para besar su hombro, en ese instante ella colocó el celular sobre sus pecho evitando así que llegará a mirar. Parecía espantada.

- No hagas eso Lauren, me espantas.

Me levanté de la cama para volver al lugar donde estaba Romina "A si tendrás la conciencia" pensé. Pasado unos minutos pregunte.

- ¿Con quien hablas? - pregunté quitándole importancia y sin levantar la vista de la tarea de Romina.

- Con Dinah - otra vez la misma respuesta que la misma Dinah me aclaro era mentira.

- ¿De nuevo? ¿Todo este tiempo has estado hablando con ella? - la mire y claro su vista en mí, se quedó callada por unos segundos pensando la respuesta.

- Si... he... ha tenido algunos problemas - vacilo y un tono de llamada hizo que prestará atención al aparato que tenía en las manos. - Es Dinah, ahora vuelvo -  y sin más salió del cuarto.

Sería mentira si dijera que no me dieron celos y coraje por saber que Camila me estaba mintiendo, si antes era algo insignificante ahora comenzaba a preocuparme, mi mente me hizo llegar al extremo y pensar que a lo mejor Camila se estaba viendo con alguien más.
Pasaba todo el día con el celular en manos, en ocasiones salía al jardín o se encerraba en el cuarto por recibir alguna llamada que según ella era Dinah, salía tarde del trabajo y en ocasiones tenía que volver en las tardes. Eso era para pensar en otras cosas y no me podía ni imaginar si me llegará a enterar que Camila tuviera a alguien más, tal vez suene hipócrita ya que yo aún me veía con Alexa pero esto era muy diferente, Camila no debía de tener a alguien más y si yo me entero que mis suposiciones son ciertas soy capaz de ir a matarlo o matarla con mis propias manos.

- Hora de cenar - Camila había entrado al cuarto, no me había percatado del tiempo que nos tardamos, habían pasado ya dos horas - hice los panqueques que le encantan a mis dos amores - se acercó a darme un beso en los labios y otro a Romina - Vamos a comer, compré mermelada.

Espere a que ellas salieran del cuarto, Romina como siempre se emocionaba con todo lo que fuera para comer, si no fuera por la complexión que sacó de su madre, ahora fuera una bolitocha.

Guarde los libros y colores en la mochilita de Romina para acomodar todo el su lugar, dejándolo tal y como estaba antes. Baje para reunirme con ellas y ver a Camila me hizo recordar todo aquello, trate de controlarme para no preguntarle si me engañaba, sería algo muy estúpido de mi parte, sin decir nada me senté y comencé a cenar sin mirarla, si lo hacia no me podría controlar.

- ¿Tienes algo mi amor? - pregunto acariciando la mano que tenía sobre la mesa, en ese instante no quería su tacto y retire mi mano para limpiarme los labios.

- Mucho trabajo, sólo eso. - termine sólo un panque que había en mi plato y me levanté de la mesa - tengo que trabajar, estaré en mi despacho y por favor no me molesten, no es necesario que me esperes porque no se hasta que hora llegué a terminar.

Deje un beso en la frente a Romina y sin despedirme de Camila salí en dirección al despacho, sabía que el hecho de que no le diera un beso la sorprendió pero ahora no estaba de ánimos para satisfacer a nadie.

* * *

Las horas iban pasando y yo ya llevaba la mitad de la botella, estaba frente al computador mientras miraba cada una de las fotos donde aparecía Camila, desde que estábamos en la Universidad hasta ahora que éramos una familia. Las lágrimas recorrían mis mejillas por el simple hecho de pensar que Camila tuviera a otra persona, no lo soportaría simplemente no lo soportaría, sería una puñalada.

Mi mente comenzaba a ver panorama de posibles suposiciones, a lo mejor y hablaba con algunos padres de sus alumnos o incluso podría ser Sofi, recordarla me hizo sonreír porque si había una persona que Camila amaba mucho era ella, de seguro ahí estaba la respuesta a todas mis dudas y yo imaginándome otras cosas.

Decidí ir a dormir, era la una de la madrugada y de seguro Camila ya debería de estar durmiendo, era mejor así ya que no quería que notará el estado en el que me encontraba.

Subí al cuarto y comencé a quitarme la ropa para darme una ducha, me ayudo bastante ya que me relajo, con una simple camiseta y unas bragas decidí meterme a la cama, Camila ya estaba durmiendo, rodee su cintura con mi brazo y debe un beso en su hombro para poder dormir.

Después de varios minutos escuche como vibraba algo, abrí los ojos y el celular de Camila había brillado.

Esta era mi oportunidad, no había pasado por mi mente revisarlo pero ahora se encontraba durmiendo y nada me lo impediría hacerlo. Despacio y sin hacer ruido me levanté de la cama para dirigirme al pequeño buró que se encontraba a un costado de Camila, al llegar a este tome el celular y aparecía mensajes y llamadas perdidas, no podía ver el nombre ya que se encontraba bloqueado, Camila nunca había tenido el celular con contraseña, coloque su nombre pero nada, pensé cual podría serlo pero era una respuesta muy obvia, coloque Romina y de inmediato se desbloqueo.

Cuatro llamadas perdidas de un tal Zac, y cinco mensajes sin leer aparecían en la pantalla de inicio. Al abrirlo vi aquello que no quería. "Gracias por estar siempre conmigo cuando te necesito" "Estoy muy feliz por haberte conocido" " Te agradezco todo o que haz hecho por mí" "Eres la mejor" "Descansa Camila, hasta mañana"

La rabia inundó todo mi cuerpo y la impotencia por no haberlo evitado, no podía creer lo que estaba viendo, leí los cinco mensajes como mil veces y aun no lo podía creer, no lo podía creer, no lo quería creer, esto no podía estar pasando, Camila no podía tener a alguien más, nadie mas que yo podía besarla, tocarla, amarla.
No pude detener las lágrimas y sin más ya tenía el rostro húmedo, aparte le avisaba que la vería al otro día. Necesitaba saber donde y como lo conoció, ¿era de su trabajo o lo conoció por otro lado?

No quería sacar conclusiones en estos momentos, necesitaba hacer algo para saber la verdad pero me era inevitable sentirme de la forma en la que estoy ahora. Verla en la cama durmiendo tan tranquila, no lo podía creer de Camila, ella me ama, eso queda más que claro por eso no lo puedo creer.

Me dolía todo esto, tenía muchos sentimientos encontrados, coraje, decepción, dolor. No quería estar en estos momentos con ella, no lo soportaría. Decidí volver al despacho y dormir ahí, no sin antes terminarme lo que quedaba de la botella.


 * * * * *



Sentí como la luz llegaba a mi rostro y como pude logré despertar.

- Lauren despierta ¿Te acabaste una botella ayer?

Camila estaba frente a mí con ambas manos en su cintura y el ceño fruncido esperando mi respuesta, no le gustaba que tomará cuando después tendría que ir a trabajar. Sin decir nada me puse de pie para salir del despacho.

- Tengo que ir a trabajar - fue lo único que dije antes de salir, lo más rápido que pude me metí a la ducha y cambiarme para bajar, no quería hablar con Camila ni que se me acercará porque no quería hacer nada.

- Me tengo que ir, no me esperes que llegaré muy tarde - fue lo único que dije antes de salir, escuche su voz a mi espalda pero no hice caso, no quería hacerle caso.

Me fui a la oficina y comencé a firmar todos los papeles que tenía en ese instante, no podía dejar de pensar en Camila y en los mensajes que le habían mandado ¿Acaso se verían? ¿Con él era quien estaba todo este tiempo que no llegaba temprano a casa? ¿Acaso conocía a Romina? El simple hecho de pensar eso, mi cuerpo se alteró, ella no podía presentarle a Romina, Romina no debía de conocerlo.

No quería nada y por más que Lucy me preguntara que era lo que me pasara no le dije, no antes de asegurarme de lo que estaba pasando, sin darme cuenta el tiempo ya había transcurrido y faltaba media hora para las doce del día, tome mi chaqueta y salí de la empresa, por más que me hablaban para revisar o recibir algunos papeles los ignore, quería ver si Camila aún se encontraba en su trabajo.

Al llegar al colegio baje del auto para adentrarme, vi como los padres ya estaban entrando para recoger a sus hijos así que hice lo mismo, de lejos vi como cinco padres de familia entraban, no quise asomarme y mejor espere a que estos salieran para darme cuenta a donde iría Camila, después de cinco minutos cada persona salía y se iban con sus hijos que se encontraban jugando en una pequeña cancha, pasaron quince minutos y tres mujeres y un hombre ya habían salido, faltaba una persona por salir y justamente era hombre, espere a que saliera pero no salía, luego de diez minutos de espera y desesperación decidí ir a ver qué era lo que pasaba, vi a Dinah a lo lejos pero decidí ir al salón de Camila sin que esta o Romina me vieran, los nervios comenzaban a apoderarse en mi cuerpo sin entender el porqué.

Me acerque a la puerta y no escuche ningún ruido y tomando el valor me acerque para ver qué era lo que estaba pasando, hubiera preferido no hacerlo ya que la imagen que vi no era para nada agradable, al contrario, nunca pensé que llegaría a ver algo así.

El tipo tenia a Camila rodeándola de la cintura muy pegada a él mientras ella tenía sus manos en su pecho, él la estaba besando sin pudor alguno, él estaba besando a mi esposa.

Decisión Incorrecta - CamrenWhere stories live. Discover now